viernes, 16 de julio de 2010

La versión femenina de Bruce Willis.

CAPÍTULO 6

No podía escuchar nada más que el tic-tac de mi reloj mientras bajaba las escaleras, era como si el mundo entero se parase de repente, me recordó al momento de silencio que precede a las catástrofes naturales y un escalofrío recorrió toda mi espalda.
Llegué al coche de Lye y sin ni siquiera pararme a regular el asiento lo encendí y pise el acelerador a fondo, tras un arranque digno de una carrera de formula uno puse rumbo a la casa de Garfiel.
Las siluetas que vislumbraba a través de las ventanillas eran casi imperceptibles por causa de la velocidad, cuando salí de la última curva que me separaba de mi destino pude ver a Garfiel esperándome delante de su portal, paré el coche un segundo y sin darle tiempo a cerrar la puerta salí quemando ruedas de nuevo:

- ¡¡Tía ten un poco más de cuidado que no me has dado tiempo ni a cerrar la puerta!!
- Un grupo armado tiene acorralada a mi hermana en un edificio del que desconozco la localización, ¡¿Te apetece que paremos a tomar un café?!
- Pues no es mala idea...
- ¡¡¡¡¡¡¡¡¡Garfiel!!!!!!!!!
- Vale, vale, relájate, respira profundamente y repite conmigo: “estoy calmada, nada me preocupa, yo puedo superar esto”
- ¡¡Quieres dejarte de chorradas y encender el ordenador de una vez, tenemos que localizar a mi hermana!!
- Ya está encendido, solo te estaba haciendo rabiar mientras cargaba la configuración. Oye ¿no vas un poco rápido?, está señalizado a cincuenta y tu vas a ciento diez.
- (ignoro el último comentario) Le he dicho que dejase el móvil encendido, ¿podrás localizarla por la señal del teléfono?
- Si tiene GPS en el móvil no hará falta ni llamarla, vamos a ver.... introduzco el número aquí........ meto el código.............. pincho este botón y........................ un redoble de tambores por favor, ya tengo localizada a Yaiza.
- Ese es el Garfiel que me gusta a mí, busca la ruta más corta para llegar y hazme de GPS humano.
- Con que te gusto, a ver si al final todo esto lo has organizado tú para tener una excusa y así poder quedar conmigo.
- Me has pillado, he contratado a unos sicarios rumanos por Internet para que persigan a mi hermana y la acribillen a balazos para poder quedar contigo sin que sospeches que estoy loquita por tus huesos. ¡¿Pero tú estás tonto o qué?!
- Je je je je je.
- A mi no me hace ni pizca de gracia.
- Son bromillas para relajar el ambiente.
- Garfiel, no es momento para bromas, ¿te puedes tomar esto en serio?
- Um (se frota las sienes con los dedos). Creo que podré hacer un esfuerzo....... ................. Pichón. Jejejeje
- Para que pediré imposibles.
- Bueno, allá vamos, en esa rotonda coge la primera salida.
- Ok.
- Sigue recto hasta que yo te diga.
- Entendido.
- Todavía pienso que vas conduciendo muy deprisa.
- No seas nenaza, a ciento diez no se le puede llamar velocidad.
- Si cuando vas por carreteras que parecen más bien caminos de cabras. La siguiente salida a la derecha.
- ¿Esta?
- Si, cuidado que te pasas.
- ¡¡Agárrate!! (Se escucha el chirrido de las ruedas al tomar la curva).
- Pa haberse matao, a poco más y salgo por la ventanilla, menos mal que no estaba abierta.
- ¿A caso no llevas el cinturón de seguridad?
- No, la siguiente a la derecha.
- ¡¿Cómo que no llevas el cinturón?! Ya te lo estás poniendo ahora mismo.
- Si mami.
- Ni mami ni leches, en mi coche todo el mundo se pone el cinturón.
- Pues te ha salido mal porque este no es tu coche. Cuando llegues a la siguiente rotonda toma la tercera salida.
- Tú ya me entiendes. ¿Falta mucho para llegar?
- A esta velocidad un par de minutos si no nos matamos antes.
- Tranquilo que lo tengo dominado. Además a estas horas apenas hay trafico.
- Lo único lo radares.
- Eso si, espero que no nos pillase alguno. (Meto un frenazo para no atropellar a un peatón que cruzaba en un paso de cebra, el hombre se gira y nos hace aspavientos con las manos con cara de enfado) Creo que el caballero se ha cabreado.
- Normal, casi le pasas por encima.
- No exageres, todavía faltan quince centímetros para que lo toque.
- Anda arranca que ya casi estamos, en el siguiente cruce toma la calle de la izquierda.
- Izquierda, perfecto.
- Por cierto.
- Dime.
- ¿Se sabe quienes son esos hombres que persiguen a tu hermana?
- Pues no tengo ni idea, pero me puedo imaginar con que tienen que ver.
- Con Scorpion.
- Elemental mi querido Watson.
- La verdad es que se ha metido en una buena.
- Si pero de todo se puede salir.
- ¡¡Frena que ya hemos llegado!! Es ese edificio de ahí.
- Por fin, ha llegado el momento de la verdad (abro la puerta del coche).
- Espera, tengo unos regalitos para ti.
- Date prisa que quiero sacar a Yaiza cuanto antes.
- Lo primero este auricular inalámbrico con el que nos mantendremos en contacto en todo momenteto, una vez que me cuele en su sistema de seguridad seré tus ojos y te tendré informada de cada paso que dan eso capullos.
- Genial, a ver que me lo coloco, ya está, dime algo para probarlo.
- Pichoncito a mi no me engañas, estás loquita por mi.
- Funciona perfectamente y no tengo tiempo para seguir con tus jueguecitos así que no me fastidies más y dime cual es el otro regalo.
- Mi arma secreta, dos pistolas eléctricas importadas directamente de Estados Unidos, son como las que utilizan los cuerpos de seguridad solo que les he hecho unos arreglillos para que sean más efectivas.
- ¿Qué arreglillos?
- Las he fusionado con un Taser de mano de creación propia por lo que contarás con un disparo perfecto para enemigo a distancia intermedia y todas las descargas eléctricas que quieras para la corta distancia.
- Es una idea genial, me encantan, ¿algo más?
- Si, gafas de visión nocturna porque en tres, dos, uno... Adiós a la luz del edificio, ahora si estas lista para adentrarte en la jungla de cristal, nos vemos en un rato Bruce Willis en versión femenina.
- Nos veremos pero mientras tanto te escucho, espero que seas un buen Pepito Grillo y me guíes de la mejor manera.
- No lo dudes.
- Comienza el juego.

Coloco las pistolas entre la espalda y el pantalón, cojo las gafas, cruzo la calle, abro la puerta de la entrada y me pongo las gafas de visión nocturna mientras me adentro en el edificio haciendo el menor ruido posible, me doy cuenta de que la iluminación de la calle se cuela en el edificio lo suficiente para que no necesite la visión nocturna por lo que opto por quitarme las gafas.

- Garfiel estoy dentro, ¿me escuchas?
- Alto y claro.
- Puedes localizar en que piso se encuentra mi hermana.
- Claro, dame un par de segundos que compruebe todas las cámaras de seguridad.
- Vale pero date prisa.
- Ya sabes que nadie es más rápido que yo.
- Espero que no seas igual para todo. Por cierto con la luz de la calle no necesito las gafas.
- Quirías. ¿Quién se lo esta tomando a broma ahora? Si tuviesen informatizado el alumbrado podría....
- Son los nervios y solo te las estoy devolviendo.
- No doy encontrado a Yaiza, puede que se haya escondido en algún lugar fuera del alcance de las cámaras.
- ¡Mierda! ¿Ahora como la voy a encontrar?
- Yo lo sigo intentando mientras pongo en práctica algo que se me ha ocurrido para apagar las luces de la calle pero puede llevarme un poco de tiempo.
- Ok. Tiene que haber otra manera de saber donde está. (Piensa Laura, piensa, no puede ser tan difícil, me estoy bloqueando por la presión, respira hondo y cuenta atrás desde diez. Diez, nueve, ocho, siete, seis.... Pero seré estúpida) Ya lo tengo.
- ¿Qué vas a hacer?
- Llamarla por teléfono.
- Pero en cuanto suene la van a localizar.
- ¿Por quien me tomas? Yo siempre tengo la situación controlada, le dije que lo pusiera en silencio. (Saco mi móvil del bolsillo y me doy cuenta de que se me había olvidado de quitarle el volumen, ¿Qué pasa? Nadie es perfecto, lo pongo en silencio y llamo a Yaiza)
- ¿Pour que has tardado tant en llamarme? ¿Dónde estás?
- Estoy en la entrada del edificio pero necesito saber en que planta te has metido para poder sacarte de aquí.
- Subí pour las escaleras para escapar, estoy en el treizième.
- Entendido, piso trece, menos mal que nos soy supersticiosa.
- Aquí Garfiel, dile que salga un momento de su escondite para que yo pueda localizar su posición exacta y así te dirijo directamente a la oficina en la que se encuentre.
- OK, me dice Garfiel que salgas un momento para que te pueda localizar con las cámaras.
- Tres bien, ¿me ve?
- ¡La tengo! Está en la cuarta oficina del lado derecho del pasillo de la izquierda. ¡Mierda! Tenemos un problema.
- ¿Qué sucede? (tapo el móvil con la mano para que Yaiza no escuche la conversación y no tenga más preocupaciones de las que ya tiene)
- El enemigo se acerca peligrosamente al objetivo, están subiendo por las escaleras que dan al piso en que se encuentra tu hermana.
- Joer, eso es un problema serio.
- Pues lo peor es que se han organizado muy bien. Tienen una persona vigilando la salida de emergencia y han hecho dos grupos de tres personas, todos se comunican por radiofrecuencia, un grupo se encarga de registrar de abajo para arriba y el otro de arriba para abajo, dejan una persona vigilando las escaleras y el ascensor mientras que los otros se encargan del los pasillos con sus oficinas uno el izquierdo y el otro el derecho, en cuanto terminan se lo comunican al otro grupo y pasan a la siguiente planta.
- Eso significa que no nos vamos a librar del enfrentamiento directo.
- Pues eso parece.
- Además irán perfectamente armados.
- Pues si, llevan todos una nueve milímetros con silenciador.
- ¿Cuánto tiempo tengo antes de que lleguen a donde está Yaiza?
- Pues yo calculo unos cuatro minutos más o menos.
- Eso significa que tengo que tardar unos de treinta segundo en subir cada piso sin contar. Va a estar muy justo, necesito ganar tiempo. ¿Yaiza sigues al teléfono?
- Oui.
- Cámbiate de oficina, vete hasta la más alejada de las escaleras y espérame allí.
- Compris.
- Nos vemos en nada, te dejo que necesito toda mi concentración (corto la llamada). ¿Garfiel?
- Dime, te escucho.
- Me gustaría enterarme de lo que se dicen esos tipos...
- Jejejeje.
- ¿De que te ríes?
- De que te conozco mejor de lo que te imaginas. Ya puedo escuchar sus conversaciones, localice la frecuencia que usan mientras hablabas con tu hermana porque sabía que me lo ibas a pedir.
- Hoy te estás luciendo, si sigues así tendré que hacerte un contrato indefinido.
- Tengo mis días.
- Pues vamos allá con el plan.
- ¿Plan? ¿Desde cuando tienes un plan?
- Desde ahora, se me ha ocurrido que puedo intentar despistarlos usando el ascensor, tu estate atento a los movimientos que hagan. Botón pulsado, espero que funcione.
- ¿y ese es tu plan maestro? ¿Llamar al ascensor?
- A veces los mejores planes son los más sencillos.
- No creo que este sea.... ¡increíble!
- ¿Qué pasa? ¿Funciona?
- Pues de momento has captado la atención de los dos que estaban vigilando las escaleras.
- Genial, ¿bajan a ver o no?
- Pues no se ponen de acuerdo... ¡Espera!
- ¿Qué ocurre?
- Lo has conseguido el vigilante de las escaleras del grupo de abajo se dirige hacia ti y el sujeto que recorría el pasillo donde está tu hermana ha tenido que ocupar la posición de las escaleras con lo que has ganado un montón de tiempo.
- Eso es lo que yo llamo un golpe de suerte, ahora a camuflarse para que no me descubran.
- Tampoco tantas, tenías el 50% de posibilidades de que te tocase la mejor opción.
- No exactamente, ten en cuenta que también podrían haber dejado la escalera sin vigilancia y continuar los dos sujetos con la ronda y la que tu mismo dijiste que no bajase ninguno.
- No lo había pensado, por cierto la “ardilla” está bajando las escaleras de la séptima planta en menos de dos minutos lo tienes ahí.
- ¿Ardilla?
- Era por usar alguna palabra en clave.
- ¿Y por que precisamente ardilla podría ser “el oso”?
- Pues porque las ardillas suelen estar en los árboles y BAJAN cuando necesitan buscar comida, el oso sale de la cueva por eso creo que pega mejor lo de ardilla. Quinta planta.
- Si no salgo de esta ponerme un epitafio guasón.
- ¿Alguna sugerencia?
- ¿Qué tal? Aquí yace Laura, su madre le aconsejó que estudiase medicina pero ella quiso ser detective.
- Un poco largo. Tercera planta.
- A ver este: Deja de leer tumbas y empieza una vida nueva, coge la mía, ya no la uso.
- Ese me gusta más, pero aún podría ser mejor.
- Este también podría estar bien: Envía MORIR al 666.
- Jajaja ese, ese es el bueno. Chuliña en nada tienes a tu contrincante ahí.
- Si ya veo la luz...
- ¿Tan pronto? Si que vas a necesitar el epitafio. Ahora en serio, ten cuidado.
- Gracias pero no te preocupes por mi, preocúpate por el otro, va a tener un encuentro de alto voltaje.

Escondida detrás de una columna observo como la luz de la linterna va iluminando los escalones que hacen esquina, entonces veo como se asoma una figura humana de al menos un metro noventa de altura y de complexión fuerte, mejor dicho de complexión tremendamente cuadrada (ya me podría haber avisado Garfiel de que mi rival a batir podría ser tranquilamente un luchador de Wrestling).
“La ardilla” hace una pasada con su linterna, escondo la cabeza apoyándola en la columna, la baja temperatura del mármol hace que me dé un escalofrió y me entren ganas de estornudar, me pinzo la nariz con el dedo gordo y el índice de la mano derecha y con la otra me tapo la boca en un intento desesperado de contener el impulso, tras unos interminables segundos de angustia y sensación de ahogo evito el estornudo, cojo aire y me preparo para abalanzarme sobre mi contrincante.
Echo un nuevo vistazo para localizar al asaltante, se encuentra inspeccionando el ascensor, aprovecho el momento en que me está dando las espalda para acercarme lo más sigilosamente que puedo. En cuanto me coloco a cinco centímetros de distancia deslizo la mano a mi espalda para coger la pistola-taser pero el pitido de un coche interrumpió mi maniobra e hizo que “La ardilla” se girase y nos encontrásemos de repente frente a frente, no sabría decir quien se sorprendió más de los dos, tampoco tuve mucho tiempo para pensarlo porque transcurridos tres segundos me encontraba esquivando los zarpazos del animal enfurecido que tenía delante, en estos momentos me alegro un montón de haber elegido como actividad extraescolar Taekwondo, nunca pensé que me fuera a resultar tan útil.
Veo venir un puñetazo circular por la derecha, me agacho para que me pase por encima, me lanza una patada frontal, doy un salto hacía atrás para que no me alcance, menos mal que la masa muscular le limita un poco la velocidad de ataque porque si no estaba apañada, tras unos cuanto intentos fallidos más “La ardilla” desiste del ataque cuerpo a cuerpo y se echa la mano a la bandolera, entonces se me ocurre una genialidad de las mías, cojo una papelera metálica que se encuentra al lado del ascensor y le asesto un golpe en las manos que sostenían el arma consigo que la pistola salga por los aires y me libro, por los pelos, de recibir un disparo, con la adrenalina a tope opto por darle un golpe en la cabeza con la papelera, echo los dos brazos para atrás para tomar impulso y como si de una pelota de béisbol se tratase “bateo” su cabeza con todas mis fuerza, PLOM, sonó como si de un Gong chino se tratase, el golpe fue maravilloso, con una técnica perfecta, una ejecución de diez pero el resultado... eso ya es otra cosa. Yo esperaba dejarlo inconsciente o por lo menos desestabilizarlo un poco pero en lugar de eso me quede con un papelera abollada en las manos y con un oponente todavía más enfurecido, las venas hinchadas y la mirada de asesino psicópata lo delataron.
Como el plan A falló y la situación se estaba poniendo más complicada por segundos opté por la opción más fácil, coger la pistola-taser y dispararle. Me aleje unos pasos para tomar una mejor posición mientras “La ardilla” se sacudía la cabeza, sin apartar la vista del objetivo eche la mano a la espalda en busca del arma, en ese mismo instante “La ardilla” me clavó su mirada enfurecida y pegando un grito inició una carrera para placarme, saqué el arma tan rápido como pude pero cuando quise apuntar al objetivo ya lo tenía encima, literalmente, es decir, con la fuerza del impulso nos caímos los dos al suelo y él quedo encima mía:

- Bueno hombre, si lo que querías es terminar encima mía haber empezado por ahí que yo me dejaba. No es que sea una chica fácil, que si antes me invitas a cenar y al cine pues mejor pero que tampoco son requisitos imprescindibles, porque la juventud de ahora está muy desmadrada pero yo aún tengo mis principios eso que quede claro ante todo yo soy...
- ¡Silencio!
- Muchacho que carácter, haz un poco de yoga que va muy bien.
- ¿Quine eres? ¿Qué haces aquí?
- ¡Como han cambiado las frases para ligar! ¿Dónde ha quedado el típico estudias o trabajas?
- ¿Te parece que estas en situación de bromear?
- Pues la verdad es que si.
- ¡¿Perdona?!
- Es que me parece que no te has dado cuenta en donde se ha quedado mi rodilla.
- ¿Tu rodilla? (se levanta un poco para tener un mejor ángulo de visión y poder averiguar donde está mi rodilla y entonces yo... zasca) ¡¡¡OSTIS!!!
- Exacto, en tu entrepierna.

Tras el rodillazo en sus partes nobles el hombre de metro noventa se doblo como si de una diminuta ramilla de árbol se tratase, aprovechando la situación lo remate con una pequeña descarda, terminando así con su horrible sufrimiento. Para no dejar el cuerpo muy a la vista lo escondí dentro del ascensor, ya sé que no es el mejor escondite pero intentar arrastras vosotros solos a un tío que debía pesar como mínimo cien quilos.

- Garfiel ¿me escuchas?
- .........................
- ¿Garfiel?
- .........................
- ¡Genial! ¿Dónde se habrá metido?
- Estoy aquí, es que me han visto uno colegas y se han parado a charlar un rato conmigo, no había manera de deshacerse de ellos.
- Una preguntita.
- Dime.
- ¿Fueron ellos los del coche que pitó antes?
- Si, jejejejeje, es que son unos cachondos y como yo estaba concentradísimo en el ordenador y no los vi. me pitaron para llamar mi atención.
- ¡¡Te mato, a ti y a tus colegas!!
- Pero ¿Por qué?
- ¿Es que no los has visto por las cámaras?
- Tuve que cerrar el portátil cuando se acercaron a hablar conmigo al coche para que no nos descubrieran.
- Yo aquí, jugándome la vida, pensando que me estás cubriendo las espaldas y tu dándole a la sin hueso con tus colegas.
- Esta vez no me puedes culpar a mi ¿Qué le voy a hacer si tengo muchos amigos? Te lo creas o no a la gente le caigo bien.
- Bueno, bueno, bueno, menos mal que tengo recursos y que el Taser funcionó.
- ¿Funcionó? ¡Genial porque no lo había probado!
- ¡¿QUÉ?!
- Dije que no lo había probado.
- Te escuche a la primera.
- ¿Entonces para que dices qué?
- Anda, vamos a dejarlo que me agotas y tengo que concentrar toda mi energía en lo que estoy haciendo.
- A las mujeres no hay quién os entienda.
- Lo que tú digas, ¿Cómo se encuentra la situación en la planta de Yaiza?
- Prácticamente igual.
- Perfecto. Es hora de poner The eyes of the tiger voy a subir las escaleras.
- Pero antes y como lo prometido es deuda...
- ¿Qué me has prometido?
- ¡Tachan! Di sayonara a la luz de la ciudad.
- Vaya tío, ¿Cómo lo has hecho?
- Un mago nunca revela sus trucos.
- Siempre haciéndote el interesante.
- Jejejeje ese soy yo.
- Bueno, ahora si que voy a usar las gafas de visión nocturna y a continuar con el plan.
- ¿Plan? ¿Qué plan?
- Dejarlos a todos fritos y comérmelos con patatas.
- Pues ten cuidado con el colesterol.
- Lo tendré en cuenta.

Con esta conversación de lo más insustancial como banda sonora encamino mis pasos hacia el inicio de la escalera, me paró delante de ella, me mentalizo para lo que está por llegar y alzo el pie derecho para subir el primer escalón.


CONTINUARÁ...

miércoles, 21 de abril de 2010

!OH MY GOD! Como pasa el tiempo.

Aloha!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Hoy, como podéis comprobar, no voy a publicar un nuevo capítulo de la novela, la verdad es que creo que hasta mediados del mes que viene no se si tendré tiempo para dedicarme a ella, es que estoy terminando el curso de consejero de seguridad y el teacher nos está metiendo caña con ejercicios prácticos y test, lo que me lleva la Piiiiiiiiii (suprimido por palabra mal sonante) de tiempo pero como hoy es una fecha especial, ¡HACE UN AÑO QUE VISITE LONDON! no quería dejar pasar la ocasión sin subir una foto.





¡¡¡¡¡SOY YO (en el puente de la Torre que cruza el río Támesis) JUSTO en el momento que descubrí que tengo superpoderes y puedo volar!!!

Jejejeje, la verdad es que la foto es buenísima, se lo debo agradecer a mi fotógrafa profesional, Thuran, que fue la que la saco y aturó mis payasadas durante todo el viaje, aunque la ciudad le debió de gustar porque se ha marchado de nuevo con la intención de quedarse y allí la tengo buscando trabajo como una posesa. Pero hablemos de la fotografía. Como podéis observar en la imagen todavía no tengo muy dominado lo del despegue porque se me vinieron todos los pelos para delante de la cara (aunque si no llega a ser así no hubiese colgado la foto porque no me gusta dejar mi imagen pululando por Internet, que la puede ver cualquiera).

También he señalado con un circulo blanco situaciones que tras analizar la fotografía detenidamente me he dado cuenta que estaban pasando a mis espaldas y que ahora me han hecho mucha gracia. Por ejemplo la pareja que se encuentra a la izquierda de la imagen, el señor con las manos en la cabeza y la mujer señalando no se muy bien lo que, es que hasta me imaginé lo que podían estar diciendo:

- Hombre: No puede ser que me haya perdido, que va, si yo pase el otro día con la furgoneta por aquí... Pero es que ahora hay mucha gente y parece una zona peatonal será mejor que aparque la furgoneta me trague mi orgullo de hombre y le pregunte a alguien. ¡Disculpe señorita!
- Mujer: ¿SI? (con acento ingles, por supuesto)
- Hombre: Es que han debido de cambiar las señales porque me he desorientado un poco y tengo la furgoneta ahí atrás aparcada con los congelados que si llegan a estar frescos salían bailando la macarena del mareo que traen de ir de arriba para abajo y de abajo para arriba.
- Mujer: ¿A dónde quería ir?
- Hombre: A París.
- Mujer: ¡¿París?! Pero si está usted en Londres.
- Hombre: ¡MANDA CARALLO! Esto me pasa por no preguntar antes, ¿Y como he llegado yo aquí conduciendo con la furgoneta si esto es una isla? Será mejor que llame a Iker Jiménez para que lo ponga en Cuarto Milenio.


Por otro lado tenemos a la parejita que aparece a la derecha de la foto, él concentradísimo en el camino y ella con sus gafas “megafasión” mirando o bien para los de antes o para el centro del puente intentado descubrir la identidad secreta que se esconde detrás del pelo de la superheroina voladora (o sea yo), también os puedo decir lo que se les estaba pasando por la mente:

- Chaval: Joer que calor hace y la pesada esta que no me suelta el brazo ni pa Dios.
- Chica megafasión: O sea, un paseo con mi darliling por el puente de London, que súper romántico.
- Chaval: ¿Por qué me dejaría convencer yo en venir de viaje a Londres? Ah ya me acuerdo, la culpa la tiene el picardías rojo que le regalaron sus amigas por su cumpleaños, es que es ponérselo y consigue de mi lo que quiere.
- Chica megafasión: (vaya que concentrado va, en que estará pensando) ¿Cari, en que piensas?
- Chaval: (en que estaba mucho mejor viendo el fútbol en el bar con los colegas) Que el sol de Londres te sienta genial, estas más guapa que de costumbre, si es que eso es posible.
- Chica megafasión: Que tonto eres, no me digas esas cosas que sabes que me da vergüenza -gira la cara ruborizada- (¡Ui pero que hace esa chica volando en le medio del puente, que súper mega fuerte debe ser superwoman!)


Y finalmente señale una chica solitaria que se puede observar justo detrás de mí, ¿Por qué la señale? Pues porque si os fijáis bien... Está intentando sacarme una foto para venderla al Daily Planet jejeje, es broma, me llamó la atención porque debe ser la única persona que se paró a sacar una foto a la torre que está al lado del puente y no al puente en si mismo, eso merece ser mencionado sin lugar a dudas, aunque viéndolo otra vez me entran dudas si la cámara está dirigida hacia la torre o hacia la chica megafasión, a ver si iba a ser alguna famosa y yo sin darme cuenta...

Bueno, ¿Qué opináis? ¿A que nunca una foto había dado tanto que comentar? Jejeje, la verdad es que ya me molaría hacer otra escapada de este estilo este año pero me parece que no va a ser posible, a no ser.... ¡¡¡Thuran, ya estas tardando en encontrar trabajo!!! En cuanto lo consigas me pillo el primer avión y.....




Me despido por hoy pero tranquilos porque volveré y la próxima vez con un nuevo capitulo de las aventuras de la detective Nit bajo el brazo (en este caso en el pen drive).
Ya sabéis a portarse mal pero siempre con encanto que la maldad sola no es buena compañera.

Mahalo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

miércoles, 14 de abril de 2010

Éramos pocos y parió la abuela.

CAPITULO 5


La conversación con mi hermana fue agotadora, consiguió que olvidase el insomnio por una noche y durmiese como un tronco, con decir que caí rendida en el sofá. Lo cierto es que el sueño acumulado paso factura porque me desperté a eso de las seis de la tarde y con un dolor de cabeza digno de la mejor de las resacas.
Busque a Yaiza por la casa, necesitaba aclarar unas cuantas cosas y comprobar que todo lo sucedido no fuese una malvada broma gastada por mi subconsciente mientras dormía, pero la prueba irrefutable de que no era ese el caso estaba sobre de la mesa del salón, una nota con una carita sonriente en la esquina superior que decía: “Hermanita salí un rato pour lo que toi ya sabes, te cojo el coche prestado, baisers”.
¡Esto es el colmo! Primero me suelta la bomba informativa y luego se escapa con mi coche sin ni siquiera pedírmelo prestado, que se le va a hacer, tengo una hermana con todas las consecuencias que ello conlleva y en mi caso con muchos extras. Será mejor que me vaya preparando para el encuentro con Lye, mi intuición me dice que va a ser de lo más interesante. Optaré por un buen baño con música relajante, no se me ocurre mejor manera para quedar como nueva. Cojo el reproductor de música, un CD con la recopilación de mis compositores clásicos favoritos: Dietrich Buxtehude, que al igual que le sucedió a Sebastián Bach al escucharlo, me asombró y conquistó con su obra “Jubilate Domino”, por cierto sabíais que Bach compuso expresamente para curar el insomnio a un noble, “Las Variaciones de Golberg” Es una obra para teclado que consta de un tema y 30 variaciones basadas en la secuencia de armonías en lugar de en la melodía, si podéis escuchadla, es sublime, Vivaldi con su obra más conocida “Las cuatro estaciones”, luego ya paso a composiciones hechas en el siglo de las luces también llamado Clasicismo: Joseph Haydn, Wolfgang Amadeus Mozart y Ludwig van Beethoven. En mi opinión, las mejores composiciones se hicieron en esta época, ¿Quién no ha escuchado alguna vez la sinfonía nº 9 de Beethoven? Y pensar que cuando la compuso estaba completamente sordo... para terminar algún compositor del siglo XIX que me llamó la atención, Giuseppe Verdi y Wagner compositores de las mejores óperas de la historia de la música, Felix Mendelssohn por ser el creador de la “Marcha Nupcial” y por haber rescatado del olvido la música de Johann Sebastian Bach (si no estuviera muerto le escribiría una carta de agradecimiento), para terminar dejo a mi favorito, Frédéric Chopin, cuando escuche por primera vez un fragmento su composición “Los Nocturnos” se me encogió el alma, tanta tristeza y melancolía plasmadas en el sonido solitario de un piano (ahora que lo pienso, seguro que este caballero fue el culpable de que me enamorase del piano y, aunque no se tocarlo, cada vez que escucho uno se me pone la piel de gallina) pero dejemos a un lado el mundo de la música, es que empiezo a hablar sobre el tema y no hay quien me pare, sigamos con la historia principal.
Seleccionado el CD llevo el reproductor al cuarto de baño y abro el grifo para que se vaya llenando la bañera, se me ocurre encender unas velas aromáticas para dar un poco de ambiente y hacer un poco de espuma con sales de baño. Una vez terminado el proceso de preparación le doy al botón del play del reproductor, saco el móvil del bolsillo del pantalón par dejarlo sobre la tapa del inodoro, echo mis vestimentas a la cesta de la ropa sucia y me meto dentro del agua. Sumerjo la cabeza, me encanta la sensación que produce y el silencio que se consigue. Aguanto la respiración hasta lo que dan mis pulmones y luego salgo para tomar aire, inspiro profundamente apreciando el aroma a vainilla y lavanda de las velas encendidas... ¡esto es vida! Parecía que hacía un siglo que no tenía un momento de relax, pero como todo lo bueno no duró mucho, alguien me estaba llamando al móvil. Alargo la mano para alcanzarlo, en la pantalla aparece el nombre de mi hermana:

- Dime Yaiza.
- Bon soir hermanita. ¿No te habré despertado?
- No, me pillas dándome un baño
- Preparándote pour la diner con Lye
- Aja, ¿a que se debe la llamada?
- Solo te llamaba pour avisar.
- ¿avisar? ¿De qué?
- Oui, ¿leíste la nota del salón?
- Oui, digo si, al final voy a terminar hablando yo en francés.
- Jejeje, pues de que fui yo quien te cogió la voiture.
- Ya!! Pues puedes usar mi coche cuando quieras pero por favor pídemelo antes.
- Excuse moi, pero parecías tener un sueño tan agradable que ne quise despertarte. Además hoy ne lo vas a necesitar.
- Hoy no pero otro día quizás, vamos a tener que ir pensando en adquirir otro medio de transporte.
- Je me encargo. Ya le eche el ojo a uno.
- Recuerda que robar sigue siendo delito en este país.
- Ne tenía pensado robarlo sympathique, además sería el delito de mineur importancia de los que estoy cometiendo últimamente.
- Parece mentira que vaya a decir esto pero tienes razón, ahora mismo si robases un coche ese sería el menor de tus problemas.
- También llamaba pour decirte que me van a devolver un paquete los de la compañía aérea y debe estar a llegar el mensajero.
- Un problema con la facturación, ¡que típico! Y ¿a que hora quedo de pasar?
- Tendría que haber llegado hace quince minutos précis.
- Pues aún no llego...
- Pouvez que estuviese a dormir.
- Incorrecto.
- ¿pour que?
- Pues es que me parece que acaba de llegar porque hay alguien llamando al timbre.
- ¿et a que esperas pour abrir?
- Digo yo que será mejor que me ponga una toalla por encima, porque lo de darle como propina un strip tease al mensajero sería un buen argumento para comenzar una película X pero no me convence para la vida real.
- Pregúntaselo, igual te sorprende et rechaza el dinero.
- Jejeje, es que me parto contigo, dame un par de minutos para atender al muchacho.

Abro la puerta, efectivamente me encuentro con un chico que trae una maleta y un caja con un lazo.

- Traigo un paquete para señorita Yaiza.
- (mi mente piensa en verde durante un segundo y se me escapa una breve sonrisa) No está pero yo soy su hermana si quiere me puede dejar a mi las cosas.
- Perfecto, pues ponga su nombre y DNI sobre la línea de puntos, ahora écheme una firmita aquí por favor.
- Listo.

Entonces se escucha por el teléfono a Yaiza diciendo: “¿Qué ya le hiciste el strip tease como propina?” Miro para el móvil con ganas de matar a mi hermana y luego miro al repartidor que estaba sonriendo de manera picaresca: “Por mi encantado, vamos que yo...” Cojo la maleta y la caja rápidamente antes de que el muchacho termine la oración, le digo gracias, adiós y cierro la puerta.

- Yaiza, yo te mato, además creo que lo voy a hacer lentamente para disfrutarlo más.
- Jajaja, no se había marchado quand dije lo del strip tease.
- ¡Pues no!
- Ma premier “Yaizada”* de vuelta en España.
- ¿Por qué me da que tampoco será la última?
- Bon, tienes el paquete del lazo.
- Si.
- Ábrelo, est un présent para toi.
- ¿Un regalo? ¡¿Para mí?!
- Oui.
- ¡¡Vaya!! (al abrir la caja me encontré con un par de botas altas de cuero negro con cordones que se zigzagueaban por toda la parte delantera e incluso un par de tiras cruzadas que cerraban con hebilla) Son preciosas aunque ya sabes que a mi los tacones no me van mucho.
- Pero si son seulement dix centimètres.
- !Diez centímetros! En si mismo no es mucho pero ahora súmale un metro setenta y dos que es mi altura, con eso puesto voy a medir más que muchos tíos que conozco.
- ¿Et cual est el problème? Así lo miras todo sin obstáculos, ideal para tu profesión.
- Jajajaja, ahora en serio, no tenías porque molestarte pero gracias, las estrenaré un día de estos.
- ¡¿Cómo que un día de estos?! Mañana te las quiero voir puestas.
- Bueno te dejo que voy a vestirme, dentro de poco tengo a Lye en la puerta.
- Très bien. Cambia de tema pero no te librarás de estrenar mi regalo.
- Si, vale. Adiós y ten cuidado.
- Au revoir.

Cuelgo el teléfono, lo pongo sobre la caja de las botas y los levanto con una mano, con la otra agarro la maleta y me lo llevo todo para la habitación. Abro la puerta con el codo, entonces me encuentro frente a frente con Agatha (ya no me acordaba que estaba allí), un segundo de cruce de miradas y grito “!Agatha no, quieta!” pero no me hace caso y se dirige corriendo hacia mi con su lengua babosa colgando, se pisa las orejas y se tropieza, yo en el intento de huir de ella me resbalo con la alfombra, las botas y el móvil salen despedidos mientras me caigo de espaldas al suelo, entonces se me sube encima y comienza a lamerme la cara, “!!Agatha, puaj, quieta, baja de ahí!! Joer que estaba recién bañada y ahora voy a ir oliendo a perra”. Me saco a Agatha de encima como puedo y me levanto diciendo unas cuantas palabras mal sonantes por culpa del dolor del leñazo. Esto si que es empezar el día con el pie izquierdo, ah que daño, miro a Agatha con cara de asesina y ella sale corriendo de la habitación. Me pongo a buscar las partes del móvil que debido al golpe se había desmontado, la batería por un lado y la tapa por otro, menos mal que el teléfono salió resistente porque después de montarlo seguía funcionando. Con el móvil de nuevo operativo ya podía vestirme tranquilamente, cojo la ropa del armario, la llevo para el cuarto de baño para darme un agua antes de ponérmela. En cinco minutos ya estaba lista, libre de babas y vestida, de todas maneras opté por echarme un poco de perfume, es que me daba la sensación de que seguía oliendo a chucho.
Voy al salón y me pongo a ver la tele para hacer tiempo hasta que llegue Lye, me siento en el sofá y Agatha viene corriendo a mi lado, me ladra un par de veces y se marcha de nuevo, de allí a un rato vuelve, me ladra otra vez y me tira del pantalón, “¿Qué quieres?”, me ladra de nuevo, entonces la sigo y descubro que lo que quiere es salir del piso. Me doy cuenta de que el animalillo no hizo sus necesidades desde que llegó “¿Quieres salir para hacer tus cosas verdad? Espera que voy a coger una bolsa, ¡¿Pero que hago yo hablándole a un perro como si pudiera entenderme?!”, ya con la bolsa en mi poder, abro la puerta del piso y bajo las escaleras intentando seguirle el ritmo a Agatha, nada más pisar la calle observo como la perra olfatea por todos lados y en una esquina confirma que mi teoría era correcta. Ahora toca recoger los excrementos, es un gesto que no cuesta mucho, además luego todos agradecemos encontrar las aceras libres de minas antipersona, abro la bolsa y usándola como guante cojo la caca, entonces escucho una voz a mis espaldas que me resulta familiar:

- Parece que te pillo con las manos en la masa.
- Jajaja, pues tiene gracia y todo. Hola Lye ¿Cómo estas?
- Ni fu ni fa.
- Vaya, eso no suena muy bien. Espera que tire la bolsa en el contenedor, subimos al piso a llevar a Agatha y me cuentas.
- ¿Agatha?
- Si es esa perra.
- ¿Y desde cuando tienes perra? Que yo recuerde no es que te gustasen precisamente.
- No es mía, tampoco me disgustan, solo digo que para tener un animalillo encerrado en un piso no lo tengo.
- Eso si.
- ¡Agatha, vamos! (nada más decírselo ya estaba subiendo por las escaleras)
- Por lo menos es obediente.
- Si, la verdad es que me ha sorprendido, parece mentira que esté tan bien educada y sea tan obediente con lo cabra loca que es su dueña.
- ¿Quién es la dueña?
- Mi hermana.
- ¡¿Yaiza?! ¿te la ha enviado desde Francia?
- Más bien se ha venido con ella.
- ¡¿Qué tu hermana está aquí?!
- Y viviendo conmigo.
- ¡Menuda sorpresa!
- Ya te dije que tenía novedades que contarte.
- Y que lo digas, además son de las buenas.
- Pues hay más, ¡Agatha, venga, entra en el piso!
- Todavía más.
- Si, pero tenemos tiempo para ponernos al día, espera aquí un segundo que voy a meter a la perra en la habitación. Voy a llevar de paso un poco de agua y dejarle algo para comer.
- Todavía no me puedo creer que tu hermana se haya venido desde Francia, si hacía un montón de tiempo que no os veíais.
- Aja, ya he dejado a la perra en su sitio y con víveres. Pues si, se ha plantado aquí y sin avisar de que venía.
- Pues después de decirme esto se me va a hacer más difícil pedirte el favor.
- ¿Qué favor?
- Mejor te lo cuento mientras cenamos, se está haciendo tarde y yo se por experiencia propia lo que fastidia que lleguen unos clientes a última hora para cenar.
- Vale, pues vamos al sitio de siempre, ¿Te parece bien?
- Me parece perfecto.

En lo que dura el viaje en coche os voy poniendo en antecedentes sobre Lye. Empezaré diciendo que también forma parte de mi familia, es tres años mayor que yo y tiene su propio restaurante en el que hace tanto las funciones de jefa de sala como se pone un delantal y prepara uno de sus platos estrella. Lo cierto es que se lo ha currado mucho para llegar hasta donde está por lo que sus empleados le tienen una especial admiración y respeto, aún cuando se estresa un poco y empieza a pegar berridos porque las cosas no le salen como ella quiere. Vive con un “amigo” en un piso cerca del restaurante, la verdad es que más que un piso parece una casa de lo grande que es, creo que no exageraría al decir que tiene tres veces el tamaño del mío. Solemos quedar una vez al mes para ponernos al día y compartir nuestros problemas o preocupaciones pero esta vez, por motivos diversos, hacía más tiempo que no nos veíamos.

- ¡Ya llegamos!
- Genial porque me estoy muriendo de hambre.
- ¿Es que no has almorzado nada?
- No, dejémoslo en que he dormido hasta tarde.
- ¿Problemas con el sueño otra vez?
- Efectivamente, ya sabes que soy muy especial para dormir.
- Bueno, ¿En que mesa nos sentamos? ¿la de la esquina?
- A ver si no está reservada, como es la que tiene sofás para sentarse...
- (entonces nos atiende una camarera) ¿Una mesa para dos?
- Si (decimos Lye y yo a la vez)
- ¿Dentro o fuera? (el restaurante está dentro de un centro comercial y tiene terraza)
- ¿Podría ser la mesa de los sofás? (le pregunto amablemente)
- Claro, adelante.
- Oye Lye.
- Dime
- Que no te he preguntado, ¿pedimos lo de siempre verdad?
- Claro, para que vamos a cambiar si está buenísimo.
- Por lo que veo ya saben lo que van a pedir, ¿le tomo nota?
- Si (le pido el menú de siempre y continúo la conversación con Lye) Pues tu dirás para que querías hablar conmigo.
- Veo que sigues teniendo la costumbre de ir al grano Laura.
- La vida son dos días y ya vamos por el segundo, por lo que no me gusta perder el tiempo dando rodeos.
- Pues me ha surgido un problema y necesito un lugar en el que pasar un tiempo.
- Y pensaste en mí.
- Si, pero ahora que se que has tenido que acoger a tu hermana en casa me da más reparo pedirte el favor.
- Supongo que el problema es con el chico con el que vivías ¿me equivoco?
- Chicas aquí tenéis las bebidas, la comida saldrá enseguida.
- Gracias.
- Pues si, el problema es con el compañero de piso por eso me voy.
- ¿Has considerado la posibilidad de volver con tus padres?
- Si pero no me agrada mucho, no me mal interpretes que yo los quiero un montón y se que me van a acoger con los brazos abiertos pero tener que volver a vivir con mis padres, ¡a mis años! Y después de todo lo que he luchado para ser independiente...
- Entiendo, no es plato de buen gusto para nadie.
- Por eso estoy buscando otras posibilidades.
- Aquí tenéis la comida. ¡Buen provecho!
- Gracias.
- Gracias.
- Lo que te decía, estoy buscando otras posibilidades y pensé que como tú vivías sola podrías hacerme un hueco...
- Es que ahora con mi hermana y teniendo en cuenta que solo tengo una cama de matrimonio...
- Lo se, lo se, no te preocupes, seguro que encuentro algo (pone ojitos y cara triste)
- Bueno, (parece mentira que me vaya a dejar convecer por una cara triste con ojitos) podemos adaptar la habitación multiusos.
- ¡¿En serio?! Pero si ahí tienes tus maquinas para hacer ejercicio, la mesa de dibujo y todos tus aparatos de investigación.
- Los podemos meter en el mini cuarto que utiliza como trastero.
- ¡¡¡Lo dices de vedad!!! Ya sabía yo que podía contar contigo, si es que eres un encanto, lo de tía dura, fría e indiferente no es más que una mera fachada.
- Vale, vale, no grites tanto que se está enterando todo el restaurante y yo tengo una reputación que mantener, por cierto, seguimos teniendo el problema de los muebles, como no duermas en el suelo.
- No te preocupes, hacemos mudanza.
- ¿Mudanza?
- Claro, yo compre el mobiliario completo de una de las habitaciones así que pillamos una furgoneta y lo llevamos todo para tu casa.
- Es una solución, ¿Cuándo tienes pensado mudarte?
- ¿Qué tal hoy?
- ¡¿Hoy?!
- Si, alguien me dijo que la vida son dos días y ya vamos por el segundo por lo que cuanto antes lo haga mejor ¿verdad?
- Si señor, me has marcado un gol por toda la escuadra, Lye 1, Laura 0.
- Jejeje, aprendo rápido.
- ¿Sabes que te digo?
- ¿Qué?
- Que me parece bien que hagamos ahora la mudanza, total no tengo nada mejor que hacer.
- Yo tampoco.
- Pues déjame llamar a Carso que creo que su padre tiene una furgoneta grande a ver si nos la puede prestar. (Saco el móvil, voy a la agenda y le doy a la tecla de llamada en el nombre de Carso)

- Hola guapísima.
- Hola, ¿te pillo en mal momento, no estarás cenando?
- No, ya terminé, estaba viendo la tele antes de ir a acostarme.
- Pues yo te voy a dar trabajo.
- Dispara, ¿en que puedo ayudarte?
- Tengo que hacer una mudanza y me acordé de que tu padre tenía una furgoneta grande, ¿me preguntaba si nos la podía prestar?
- No hará falta pedírsela porque la tengo yo.
- ¡Genial!
- ¿Para cuando la necesitas?
- Para dentro de un rato, estoy cenando con Lye, en cuanto terminemos nos pasamos por tu casa, ¿te parece bien?
- Si, además os puedo echar una mano, seguro que necesitáis un hombre atlético y fuerte para mover las cajas con más peso.
- ¿Conoces alguno? Pues dile que se venga.
- Jajá, sabes perfectamente que me refería a mi mismo.
- Si pero era por tomarte un poco el pelo. Bueno pues quedamos así, que se me enfría la cena, cuando terminemos nos pasamos por tu casa.
- OK, os espero.
- Nos vemos luego.
- Adiós.
- Hasta luego. (cuelgo el teléfono, esbozo un sonrisa y continuo la conversación con Lye)

- Parece que ya tenemos medio de transporte y dos manos más para trabajar.
- Eso es genial.
- Pues terminemos de cenar para ponernos manos a la obra
- Estoy de acuerdo, y mientras me puedes contar que tal con tu hermana como compañera de piso.
- Pues la verdad es que pensé que sería peor pero tampoco es que llevemos mucho tiempo conviviendo.
- Pero fijo que ya hizo alguna de las suyas.
- Esta tarde me hizo pasar un poco de vergüenza con un mensajero.
- ¡Cuéntamelo todo!
- Pues me estaba dando un baño mientras hablaba por teléfono con mi hermana que me decía que estaba a punto de llegar un mensajero y fue dicho y hecho, entonces me dice Yaiza “a que esperas” y yo le digo que sería mejor que me vistiese porque pagarle con un strip tease no me parecía correcto, pues va la muy oportuna y antes de que el mensajero se marche me suelta “que ya le pagaste con el strip tease”, el chico lo escucho todo, puso una mirada un tanto pervertida e intento soltar alguna pillería pero no le di tiempo.
- Jajajaja. Que bueno, creo que me va a encantar vivir con vosotras.
- Por lo menos no vas a tener tiempo para aburrirte.
- De eso no me cabe duda.

Continuamos conversando durante la cena, pedimos postre y café, pagamos la cuenta y nos pudimos de camino a la casa de Carso sin perder ni un segundo. Nada más aparcar el coche ya teníamos a Carso esperando por nosotras en la acera:

- Carso: Hola guapísimas ¿No me vais a dar dos besos?
- Nit: Tu siempre igual, a ver, marchando dos besos para que podamos seguir con los asuntos importantes.
- Carso: Ahora si. Tengo la furgoneta aparcada aquí al lado, ¿empezamos con la mudanza?
- Nit: Por mi perfecto, ¿tu que dices Lye?
- Lye: Ya estamos tardando.
- Nit: ¡pues manos a la obra!
- Carso: Ir vosotras delante con el coche y yo os sigo con la furgoneta.
- Lye: Ok. Próximo punto de encuentro mi casa.


Nos subimos cada uno en su respectivo medio de transporte y nos pusimos de camino a casa de Lye, cuando llegamos eran las dos y media de la madrugada, no es que fuera una hora muy adecuada para hacer una mudanza pero la ventaja es que no teníamos el inconveniente del tráfico.
Como todos sabemos que las mudanzas son una autentica lata yo voy a resumirla un poco para no aburriros con los detalles. Bajamos las herramientas necesarias de la furgoneta y las subimos a la habitación para comenzar a desmontar el mobiliario, empezamos por el armario, primero quitamos la ropa la doblamos, la metimos en cajas y directas al maletero del coche de Lye, luego a desmontarlo para que entrase en la furgoneta, luego continuamos con las camas y finalmente con una cómoda y un par de mesillas de noche. Lo cargamos todo de manera organizada en la furgoneta para tener que hacer un solo viaje y nos fuimos para el piso.
Una vez que llegamos tuvimos que ponernos a vaciar la habitación en la que íbamos a meter las cosas para que se instalase Lye, entre unas cosas y otras nos dieron las seis y cuarto de la madrugada, en ese instante recibí una llamada que hizo que la noche se pusiese todavía más interesante:

- Dime Yaiza.
- Hermanita creo que estoy metida en un lío.
- Aún te das cuenta ahora.
- Esta vez est distinto, me han seguido unos hommes armados... (se escucha un ruido)
- ¿Eso que se oyen son disparos?
- ¡OH Dios mío!, se acaban de cargar al segurata del edificio. Necesito ayuda et rapide, estos tíos ne andan con tonterías.
- Vale enseguida voy, ¿Dónde estas?
- Je ne se pas.
- No te preocupes, pon el móvil en silencio y espera mi llamada, voy a contactar con Garfiel, él podrá localizar la señal de tu teléfono, además necesito que me preste unos gadget, ¡joder esos tíos van armados!
- Très bien pero date prisa.
- Aguanta un poco.
- Merci por todo hermanita.
- Ya me compensarás cuando te saque de ahí. Hasta ahora.
- Adiós.

Cuelgo el teléfono y marco rápidamente el número de Garfiel, el teléfono da señal pero no me lo coge, lo vuelvo a intentar otra vez, ¡vamos, vamos Garfiel coge el maldito móvil!:

- Nit, estas no son horas de llamar, estaba durmiendo.
- Lo se, perdona pero es que tenemos un código rojo.
- ¿código rojo?
- Mi hermana esta atrapada en un edificio y la persiguen un grupo de hombres armados.
- Entendido.
- !Ten listo el material! En cinco minutos estoy en tu casa.
- Perfecto, además tengo unos gadget nuevos que me encantará probar. Te espero. Chao
- Hasta ahora. ¡Lye!
- Dime.
- ¡Necesito que me prestes el coche!
- Claro toma las llaves.
- Chicos os dejo solos con la mudanza.
- No te preocupes nos las apañaremos.

Abro la puerta del piso y salgo como alma que lleva el diablo, al bajar las escaleras me tropiezo con un chico, la preocupación hace que me olvide de pedirle disculpas.

¡Aguanta Yaiza enseguida estoy contigo!







CONTINUARÁ...




* “Yaizada”: Termino empleado para cuando mi hermana hace una oportuna metedura de pata o alguna situación cómica. En la vida real también lo empleamos solo que en vez de Yaiza usamos su nombre verdadero.

miércoles, 17 de marzo de 2010

"La mía familia"

CAPÍTULO 4

El portazo sonó por todo el piso dejando lugar a una inquietante sensación de intranquilidad. Parece que me quedo sola otra vez, aprovecharé para tomar el postre mientras miro la televisión.
Voy a la nevera y saco un flan, me hago con una cuchara del cajón y vuelvo para el sofá. En la televisión están poniendo la nueva temporada de entre fantasmas, se me hace raro ver una serie de ciencia ficción a esas horas de la tarde en las que solo hay programas de cotilleo y telenovelas, subo un poco el volumen para enterarme de los diálogos, al parecer un fantasma está rondando al hijo de la mejor amiga de la protagonista pero como siempre el fantasma termina yendo hacia la luz, que forma más bonita de decir que la han espichado definitivamente y no le tocarán más las narices a los familiares.
Una vez terminada la serie me dediqué a hacer un poco de zapping para matar el tiempo, llegué a la conclusión de que no me pierdo nada interesante en las tardes que estoy de seguimiento en un caso, por favor, tantos canales y en ninguno ponen algo que merezca la pena. Al fin, las cuatro y media, ahora podré hacerle una visita a Garfiel en su tienda y encargarle el material que necesito.
Cojo las llaves del coche y me dirijo al garaje, lo cierto es que llevo un día en el que no hago más que subir y bajar escaleras se me van a poner unas piernas tremendamente estilizadas. Una vez puesto en marcha el coche decido cambiar el CD de música que llevo puesto, lo tengo aburrido de tanto escucharlo voy a optar por uno de Dover que siempre me sube la moral y hace que me olvide de los problemas “The phone is singing in the... ♪♪”.
A las cinco menos cuarto estaba delante de la tienda, llegué un poco pronto por lo que todavía no estaba abierta, parece que me toca esperar hasta las cinco, lo mejor será que haga un poco de tiempo en una cafetería mientras aprovecho para tomarme un café. En el mismo instante que me doy la vuelta me encuentro de frente a Garfiel.

- Hola chuliña ¿Qué haces aquí?
- Vaya que susto me has dado, ¿es qué siempre apareces por la espalda?
- Jajaja. A ver si va a ser que eres una miedica.
- Si, va a ser eso. ¿vas a abrir la tienda ya?
- Bueno lo cierto es que iba a tomar un café antes, todavía faltan quince minutos hasta la hora de abrir pero como te vi esperando decidí acercarme.
- Me alegro, así podemos ir a tomar el café los dos juntos y charlar un rato, ¿A dónde vamos?
- Aquí al lado hay una cafetería a la que suelo ir yo.
- Genial, no conozco muy bien esta zona así que vamos a donde tú digas.
- A la de Manoliño entonces.
- Te sigo, espero que no quede muy lejos.
- No te preocupes, está aquí al lado, por cierto ¿a qué se debe la visita?
- Pues necesito unos nuevos gadgets e inmediatamente pensé en ti.
- Ya, ya por los gadgets, lo que pasa es que me echabas de menos y te has inventado una excusa para verme.
- ¡¡Vaya!! Me has descubierto, estoy locamente enamorada de ti pero se que tu también sientes lo mismo, se te nota que estas coladito por mi.
- Jajaja ¡¡Quirias!!
- Jeje. Seguro que si, no duermo por las noches pensando en ti.
- Bueno pues ya hemos llegado, ¿entramos?
- Hombre, si te parece nos quedamos en la puerta, creo que las ironías de antes te han dejado exhaustas las neuronas.
- Anda que te encanta meterte conmigo.
- Pues si jejejeje.
- Buenos días Manoliño me pones un café cuando puedas, ¿y tú que tomas Laura?
- Yo quiero un café con leche por favor.
- Que educada te has vuelto de repente.
- ¡¡Oye!! Yo soy muy educada solo que depende de la situación.
- Chicos aquí tenéis vuestros cafés, además os traigo unos trocitos de bizcocho casero que están buenísimos.
- Tu si que sabes Manoliño.
- Gracias, aunque debo confesar que yo ya he tomado un flan como postre, es que esta mañana fui a hacer la compra porque ahora tengo compañera de piso.
- ¿compañera de piso?
- Si, mi hermana se ha venido a vivir conmigo.
- ¿Yaiza? ¿Pero no estaba en Francia?
- Si, pero ha vuelto.
- ¿Por qué? Quiero decir, ¿viene de vacaciones o va a quedarse?
- Pues creo que va a ser la última opción aunque no me ha confesado por qué se ha marchado de Francia.
- Que raro ¿no?
- Ya te digo. Además le dije si quería venir conmigo a hacerte una visita y primero me dijo que si ilusionada, luego la llamaron por teléfono y se marchó corriendo sin darme ninguna explicación.
- Sigo diciendo que es muy raro. Pero como no me quiero meter en asuntos familiares voy a cambiar de tema, ¿Qué tal con la camisa espía que te presté?
- Mierda, te la a iba a traer hoy y con las movidas que me han pasado se me olvidó.
- No te preocupes, no me corre prisa pero me gustaría saber que puntuación le das a mi creación.
- Pues sin considerar que me diste una camisa que me quedaba pequeña debo decir que le doy un nueve sobre diez, aunque me faltó probar si efectivamente es invisible para los detectores de micrófonos y cámaras.
- ¡¡¡Un nueve, pero si es perfecta!!! ¿Cuando has visto tú una cámara que tenga el tamaño de un botón, con un alcance de grabación y escucha de doscientos metros, con localizador por GPS y que sea indetectable?
- Si, pero... ¿Qué pasa si los malos te hacen quitar la ropa para comprobar que no lleves micros?
- Ah!! Pues no había pensado en ello.
- Pues te digo yo que es mucho más fácil que te hagan quitar la ropa a que dispongan de un detector para comprobar que no lleves micrófonos.
- Si, aunque digo yo que en algún momento te vestirás de nuevo y entonces podrás seguir grabando.
- Pues si, era para sacarle algún defecto.
- Aja, ¡ya son las cinco! vamos que tengo que abrir la tienda. Manoliño te dejo en la barra el dinero de los cafés, a este te invito yo Laura.
- Muy amable, vamos para la tienda y te comento lo que necesito.

Nos levantamos y nos pusimos camino a la tienda, la verdad es que no quedaba muy lejos de la cafetería, a unos trescientos veinte pasos, llegamos enseguida, Garfiel abrió el cerrojo y me hizo un gesto para que pasase, nada más entrar pude comprobar que había cambiado los productos del escaparate y de las estanterías, ahora había robots de diferente usos, unos para cocinar, otros para limpiar, un robot de vigilancia y muchos de animales, perros, gatos, dinosaurios incluso un R2 a tamaño real.

- Veo que has cambiado la decoración.
- Jejeje, si digamos que unos señores de traje y corbata me pidieron “amablemente” que firmase un contrato de exclusividad por mis creaciones con ellos, por lo que he tenido que poner otro tipo de artículos a la venta. Lo que se viene llamando una tapadera.
- ¿señores de traje y corbata? ¿estás trabajando para el gobierno?
- Bueno, en realidad colaboro con la policía secreta.
- No me lo puedo creer, Garfiel el pirata informático antisistema trabajando codo con codo con los papas pitufos. El mundo al revés, si no lo veo no lo creo.
- No me dieron otra opción, o lo hacía por las buenas o por las malas. El lado positivo es que ahora tengo presupuesto ilimitado para mis proyectos.
- Y como se te da bien mentir, siempre puedes ocultarles alguna de tus nuevas creaciones (le digo guiñandole un ojo)
- Ya te digo, vamos para la trastienda que tengo montado allí mi laboratorio.
- Guau, esto si que es una trastienda, se nota que apuestan por ti como investigador, menuda maquinaria que te han puesto los de la secreta.
- Y que lo digas, ni en mis mejores sueños tenía un equipo informático similar, con esto las posibilidades son infinitas. Por ejemplo, mira este portátil, tiene una capacidad de almacenamiento digna de uno de los mejores ordenadores de mesa además de una autonomía de más de dos días a pleno rendimiento.
- Que pasada, ¿De que está hecha la batería de ese trasto?
- Pues es el mismo material solo que... Ostiiii!!.
- ¿Que pasa?
- Pues ... ¡¿o soy un semidiós y dí vida a una camisa que tiene libre albedrío o alguien con buen gusto te la cogió prestada?!
- ¿Cómo?
- Lo que escuchas, es que antes estaba mejorando un programa de localización por vía satélite, lo probé con el GPS de la camisa, se me olvidó cerrarlo y ahora pone que se encuentra en un polígono industrial a unos cuantos quilómetros de aquí.
- ¡Claro! Al ordenar el armario la debí dejar del lado de las cosas de mi hermana y se la habrá puesto sin darse cuenta.
- Pues vamos a ver que está haciendo en un lugar como ese.
- No creo que sea de buena hermana espiar a... ¿eso que estoy viendo son armas?
- Si y no me parece que sean de curso legal, vamos que no creo que las esté comprando en una armería.
- Joder, esto no me gusta una mierda, ponlo a grabar y dale volumen para que escuchemos lo que están diciendo. ¿Tienes una silla o un taburete para dejarme?
- Si, debajo de la mesa del centro tienes un taburete.

Me lanzo sin pensármelo a por el taburete, lo coloco con un ligero lanzamiento al lado de la silla de Garfiel y me siento rápidamente para no perderme ni un segundo de lo que está pasando, entonces como si de la mejor de las películas se tratase nos quedamos los dos petrificados y boquiabiertos observando lo que estaba mostrando la pantalla del ordenador.
Una sola mesa cubierta con todo tipo de revólveres, subfusiles, fusiles y alguna que otra escopeta era la única decoración de una especie de nave industrial, todo ello protegido por al menos tres hombres armados que se pasean de un lado para otro... en realidad cuatro ya que se une uno más a la fiesta en ese mismo instante y se sienta al otro lado de la mesa, justo en frente de mi hermana, la cual comienza a hablarle.

- Bon soir, supongo que tu eres Scorpion.
- Efectivamente, y usted la señorita Yaiza. Me han hablado tanto de usted que es casi como si la conociera.
- Pues ne puedo decir lo mismo de toi.
- Jejeje Es que mantengo mis asuntos y mi vida personal en un estricto silencio.
- C´est lo mejor pour este trabajo.
- Si, los que hablan demasiado suelen terminar muertos.
- Aun así me puede la curiosité, ¿Pour que el nombre de Scorpion?
- (entonces el hombre saca bruscamente su arma y la pone encima de la mesa con el resto) Esta arma siempre me acompaña, ¿la reconoce?
- Un subfusil, el Scorpion VZ86.
- Sorprendente. No todo el mundo la conoce.
- Digamos que j´adore las armas de fuego.
- Como sigamos por este camino terminaré pidiéndote matrimonio.
- Ne mezclo le placer avec les negocios.
- OH, me acabas de romper el corazón.

Me levanto bruscamente del taburete y echo las manos a la cabeza como si ello pudiese ayudarme a comprender mejor la situación, buscando una explicación racional a lo que mis ojos estaban viendo en la pantalla del ordenador.

- ¡No me lo puedo creer! ¿Pero que diablos hace mi hermana ligando con un traficante?
- Es muy fuerte.
- Y que lo digas Garfiel, pero tiene que haber una explicación.
- Puede que Yaiza se halla sentido atraída por el lado oscuro. Allí la fuerza es muy poderosa.
- Tu siempre con tus referencias a la guerra de las galaxias, pero esto es muy serio (Tiri ri riri tiriri♪♪), mierda quien me llamara ahora, que inoportuno, Garfiel tu sigue prestando atención a la grabación. Detective Nit al teléfono.
- Nit, necesito tu ayuda!!!
- Lye, ¿eres tú? ¿Por qué me llamas con número oculto?
- ...
- Lye, LYE!!! Contesta joder.
- Piiiiiiiiiiiii, pi pi pi...
- ¡¿Pero que pasa hoy?! Creo que esto no se soluciona ni pisando un millón de mierdas.
- ¿Qué pasa se ha cortado la llamada?
- Y parecía importante.
- Si, era Lye puedes probar suerte llamándola a su móvil.
- Tienes razón (saco el móvil y voy al grupo de familiares en la agenda de contactos) Aquí está Lye, llamando, ¡genial! Da señal.
- Laura perdona por colgarte pero estaba llamando desde el trabajo de extranjis y casi me pilla el jefe.
- Pues me has dado un susto de muerte, ya me imaginaba lo peor.
- Hombre, pues necesito tu ayuda pero no es un asunto de vida o muerte.
- Pues tú dirás.
- Igual es mejor que quedemos para hablarlo, es que no me atrevo a pedírtelo por teléfono.
- OH OH parece que va a ser un favor de los gordos, pero lo cierto es que ahora estoy muy liada...
- Por eso, no te preocupes, mañana te invito a cenar y lo hablamos.
- Muy bien, además yo también tengo novedades.
- Entonces quedamos así. Mañana sobre las nueve de la noche, te paso yo a recoger.
- Perfecto, pues hasta mañana entonces. (cuelgo el teléfono y me dirijo a Garfiel) Que es lo que me he perdido.
- Eh...
- Dios mío, esa cara no me da buena espina.
- Es que no creo que te guste lo que ha pasado.
- Vamos tío suéltalo ya que me estas poniendo más nerviosa si es posible.
- Pues... (traga saliva mientras se pasa la mano por la cabeza)
- ¡¡¿Garfiel?!!
- Creo que debes cambiarte el apellido por el de Corleone.
- ¿Qué quieres decir?
- Que tu hermana va camino de convertirse en una mafiosa con todas las de la ley, o mejor haciendo todo lo contrario que dice la ley.
- Te lo voy a pedir por favor, ¿Puedes andarte sin rodeos?
- Ahí va. Lo del tráfico de armas es solo el principio, han hablado de otro tipo de mercancía.
- ¿Qué mercancía?
- Drogas.
- No puede ser, no puede ser, se nos tiene que estar pasando algo.
- Pues como no se lo preguntes a ella, yo te cuento lo que he visto, ni más ni menos.
- Tienes razón otra vez.
- Si, hoy me estoy luciendo.
- Pásame la grabación al móvil, necesitaré pruebas por si lo niega todo.
- Vale, pero mejor te lo envió en un correo electrónico encriptado y con contraseña, ¿todavía tienes el programa que te pase para estos casos?
- Claro que si.
- Es lo mejor en este caso, el Bluetooth puede ser muy traicionero y si el video fuera a parar a las manos equivocadas...
- No quiero ni imaginármelo.
- Puede que llegue el momento en el que seas tu misma la que se vea obligada a entregárselo a la policía.
- No adelantemos acontecimientos.
- Bueno, el video ya está enviado.
- ¿y mi hermana?
- Terminó hace rato con el encuentro, se está moviendo según el GPS.
- Será mejor que me marche a casa y la espere allí. Esta va a ser una noche muy larga.
- ¡Oye! ¿tú no venías para pedirme algo?
- Si pero puede esperar.
- Entendido. Ya me contaras que tal.
- Vale, nos vemos.

Salgo de la tienda sin ser capaz de sacar las imágenes que acababa de ver de mi cabeza, intentando analizar cada uno de los gestos buscando una explicación menos negativa, porque la de que mi hermana esté haciendo meritos para forjarse un nombre como traficante no me gusta una mierda, si solo le falta ir metiendo cabezas de caballo en la cama para asustar a sus enemigos y decir “nadie se mete con la mía familia” menos mal que es francesa y no italiana porque sino sería la versión femenina de esa película, “La Madrina”, solo en los mejores cines y ahora en 3D.
Estos pensamientos me hicieron compañía hasta que al intentar abrir la puerta del piso me di cuenta de que había algo detrás de ella que dificultaba la maniobra, ¡pero que diablos!, veo que la alfombra del salón estaba movida y alguno de mis archivadores estaban esparcidos por el suelo.
Alguien ha entrado en mi casa, entonces escucho un ruido que viene de la habitación, parece que las visitas todavía no se han marchado. El corazón se me acelera al pensar que puede ser alguno de los nuevos amigos de mi hermana, aunque dispongo de la licencia de armas como no soy partidaria de ellas no tengo ninguna en casa, sin embargo en estos momentos cambiaría mis principios sin dudarlo, quien me diera tener una pistola, una katana o mismo un bate de béisbol a mano, si salgo de esta le puedo encargar una a mi hermana seguro que me hace buen precio.
Echo un vistazo a mí alrededor y pienso que el jarrón de la entrada parece bastante consistente para usarlo como arma, un jarronzazo en la cabeza bien dado sin duda lo dejaría inconsciente. Con el jarrón en alto me dirijo a la habitación, el corazón me late tan fuerte que me da la impresión de que se podría escuchar a diez metros de distancia, la puerta esta entreabierta y sin ninguna duda hay alguien haciendo ruido en el interior, extiendo el brazo para abrir la puerta completamente, respiro hondo y cuento: uno, dos y tres, le doy un empujón mientras me preparo para el ataque...

- Gua gua.
- ¡Ah, coño un perro!
- Gua gua gua. (se abalanza sobre mi y empieza a babearme)
- ¡Quita chucho! ¿de donde diablos has salido?
- Pues me lo han dejado a mí y yo lo he metido en tu piso porque no paraba de pelearse con mi Bolita, mi gatito Persa. (aparece Lola en escena observando sorprendida el espectáculo)
- ¡Lola! Pues me ha dado un susto de muerte, pensé que...
- ¿Qué pensaste?
- Que había entrado un ladrón a robar, por eso llevaba el jarrón.
- Ah, bo. (dice desilusionada)
- Me puedes decir quien me envía el perro.
- Pues creo que es de tu hermana.
- Pero será, no le llega con venirse ella que además me trae el perro, además este que no hace más que babearme, ¡quita chucho!
- Pero si es un encanto mira que ojitos tiene, por cierto es una perra y se llama Agatha.
- Si un encanto (digo irónicamente mientras me la saco de encima), Dejémosla aquí mientras recojo el salón. (le hago un gesto amable a Lola para que salga de la habitación primero)
- Menudo estropicio te ha hecho.
- Nada que no tenga solución. Yo no quiero parecer maleducada pero tengo muchas cosas que hacer...
- No te preocupes te ayudo a recoger.
- No hace falta Lola, gracias (parece que no coge las indirectas)
- En serio, a mi no me cuesta nada, no tengo nada mejor que hacer.
- Gracias de nuevo pero no hace falta (le digo mientras la dirijo hacia la puerta)
- Por cierto todavía no me has dicho cuando vienes a cenar con mi hijo.
- Es que estoy muy liada, en cuanto tenga una noche libre sin falta voy a esa cena encantada.
- Te tomo la palabra.
- Claro, adiós Lola.

Cierro la puerta, dejo el jarrón en su sitio y respiro profundamente mientras me siento en el sofá, cuando pensaba que no me podía pasar nada más... ZASCA!! Ahora tengo mascota. En que más líos me va a meter mi queridísima hermana, vaya, hablando de Roma por la puerta asoma.

- Bon soir hermanita, ya estoy en casa. ¿Qué ha pasado ici?
- Pues que ya ha llegado Agatha, tu Basset Hound.
- ¡¡Magnifique!! ¿Te pasa algo? ¿Estas muy sérieux?
- Será mejor que te sientes, tenemos que hablar.
- Ya se que ne t´avise de que traía a Agatha mais ne la podía dejar en Francia.
- No es por eso.
- Pues tu dirás hermanita (se sienta a mi lado y me sonríe)
- Yaiza, ¿Dónde has estado?
- Esa mirada... Que te parece si cenamos algo, je lo prepare (se levanta rápidamente del sofá)
- Yaiza, ¿estas traficando con armas?
- Touche, tarde o temprano lo tenías que descubrir.
- Así que no lo niegas.
- Ne pouve negar lo evidente, certainment tendrás hasta pruebas.
- ¡¿pero en que estas pensando?! (me levanto y me pongo en frente de ella)
- Ne lo hago por gusto. (agacha la cabeza y vuelve a sentarse en el sofá)
- Pues no es lo que parecía cuando tonteabas con Scorpion.
- ¿Cómo sabes eso?
- La camisa que te has llevado.
- ¿Qué le pasa? C´est mía.
- No, es un prototipo que me ha prestado Garfiel, lleva una cámara espía incorporada y tengo grabado todo el encuentro con intercambio de mercancía incluido.
- Incroyable.
- Lo increíble es que seas una traficante, ¿Qué pretendes?
- Nada, es una histoire muy larga.
- Tengo todo el tiempo del mundo pero muy poca paciencia, así que, será mejor que empieces a hablar.
- Très bien, te lo contaré todo...



CONTINUARÁ...

miércoles, 3 de marzo de 2010

Cariño, confianza y convivencia.

CAPÍTULO 3



Veo como mi hermana se adentra en el dormitorio y la sigo tan rápido como puedo, en apenas tres segundos, que fue lo que tardé en llegar, ya tenía encima de la cama toda mi ropa del armario y la estaba cambiando por la que traía ella. Me pregunto cuanta ropa podrá caber en una maleta, no hace más que sacar una prenda tras otra y otra y otra y otra... parece que no se terminan nunca, está tan entusiasmada que no se que decirle, no me gusta la idea de perder mi libertad pero la familia es la familia y eso siempre lo he tenido muy claro, estaré ahí para lo bueno y para lo malo aunque haga más de diez años que no nos vemos.

- ¿Qué te pasa hermanita? Estás muy silencieux.
- Me preguntaba si tienes pensado dejarme un hueco en el armario para mi ropa.
- Oui, claro, en cuanto ordene un peu la mía verás comme entra tout parfaitement.
- Y eso de que se te escapen palabras en francés, me resulta gracioso, ¿Has pasado tanto tiempo en Francia que ya no sabes hablar correctamente el castellano?
- Jejeje, c’est posible, he vivido mas años an France que en España.
- Si, hace muchísimos años que te fuiste, diecisiete si no me equivoco, pero lo recuerdo como si fuera ayer.
- Non est facile de olvidar, fue le jour en que papa et mama se separaron.
- Si, papa consiguió tu custodia y te llevó con él a Paris, mientras mama y yo nos quedamos aquí, la pobre lo pasó tan mal que al mes de marcharos se...
- Bueno, es meilleur dejar le passé atrás. Hemos vivido momentos muy tristes pero nos han servido pour ser plus fuertes.
- Y para reencontrarnos porque la última vez que nos vimos fue cuando asistí al entierro de papa en Francia.
- Dix années han pasado desde entonces, mírate ahora, eres toda une femme.
- Una femme fatal, como la de las películas de los ochenta si hasta soy detective y todo.
- ¿Detective? Tout le temps te gustó Sherlock Holmes.
- Si, jejeje, aunque mis casos son muy diferentes a los suyos, creo que me parezco más a Verónica Mars pero en moreno.
- ¿Tienes quelque un ahora?
- Pues si, uno un poco extraño la verdad, un padre que busca a su hija, de la que no sabe nada desde hace más de tres años y que “casualmente” es mi mejor amiga, ¿sospechoso? A mi me lo parece.
- Lo has aceptado.
- Si, presiento que algo interesante se esconde tras este caso.
- Regardes tu met les pieds, puede ser peligroso.
- Siempre lo hago, se cuidar de mi misma.
- N´ai dudas.
- ¿Qué? ¿Le falta mucho a la ropa?
- Non, ça fini.
- Genial, pero ahora a ver donde meto la mía.
- Es que l´armoire es très petit.
- ¿Muy pequeño? A mí me sobraba sitio, lo que pasa es que tu traes mucha ropa, anda quita de ahí que verás que rápido hago espacio (apretujo las prendas colgadas, reduzco la cantidad de pinzas que necesito poniendo dos pantalones en cada una de ellas y hago lo mismo con las que tienen camisas, entonces las coloco en el espacio vacío, cojo las camisetas, las doblo y las coloco unas encima de las otras y para dentro) Listo, lo he resuelto en un plis plas.
- Yo n´est pour fastidiar mais falta la ropa interior.
- Al tercer cajón de la cómoda que está vacío, supongo que te llegará ¿no?
- Je ne se pas.
- ¡Como que no sabes! Pues si no te llega montamos un mercadillo de ropa de segunda mano, que la verdad, no se para que necesitas tanta.
- Si seul he traído trois trapitos.
- Creo que será mejor dejar el tema, ¿Has cenado?
- Non, ¿te apetece un plato typique francés? Cocino yo.
- Hecho.

Guardamos las maletas debajo de la cama para que no molestasen por el medio de la habitación y nos pusimos rumbo a la cocina, nada más llegar a ella me di cuenta de que todavía no la había limpiado y no fui la única que lo notó.

- ¿Qu´est que-ce? ¿Qué ha pasado ici?
- OH, jejeje un pequeño accidente con el almuerzo. Pilla lo que necesites de la nevera mientras yo voy arreglando este desastre.
- Très bien, veamos que hay en le réfrigérateur, mais si está casi vacío, un peu de viande, anchois, tomates, carottes, fromage, mayonnaise, bières et yogourts.
- Se me olvido hacer la compra, podemos preparar “viande avec assaisonnement de bleu fromage” (carne con salsa de queso azul), todavía te gusta ¿no?
- Oui, es mon plato favorito.
- Pues no se hable más, tú preparas la carne y yo preparo mi ensalada especial.

Nos pusimos manos a la obra y entre las dos en muy poco tiempo teníamos la cena casi preparada, mientras Yaiza le daba los últimos retoques a la carne yo puse los platos y los cubiertos en la mesa del salón.

- ¿Qué vas a beber? Tengo agua o cervezas fresquitas.
- Bière, sil vous plais.
- Marchando dos cervecitas entonces. La mesa ya está puesta, ¿le falta mucho a eso?
- Solo cinq minutos.
- Um, huele que alimenta, has mejorado tus dotes culinarias.
- Ton cocina ne puede pas decir lo mismo de toi.
- Ah! Eso ha sido un golpe bajo, no fue culpa mía, eran los huevos que estaban muy frescos y salpicaban un montón, además que hago yo dándote explicaciones.
- Jojojojo, no te enfades, c´est una broma.
- Muy graciosa, tienes una chispa, de mayor vas a ser mechero.
- La dîner está lista.
- Pues a cenar se ha dicho, vamos al salón.

Cenamos entre risas y anécdotas de la infancia, pero sin abordar los temas realmente importantes, como por ejemplo el motivo de su regreso, no salió de ella contármelo y yo no quise hacer ninguna pregunta que nos fastidiase el momento, ya llegaría la hora de averiguarlo. Cuando nos quisimos dar cuenta nos sorprendió el sol por la ventana, eran las ocho de la mañana, se nos pasó la noche volando, lo cierto es que más bien fue el día entero lo que se me pasó volando, hacía mucho tiempo que no tenía una conversación nocturna tan larga con nadie, teníamos tantas cosas que contarnos y las que se quedaron todavía en el tintero pero Yaiza estaba cansada del viaje y empezaba a tener mucho sueño.

- ...y cuando fuimos de picnic, jejeje
- Si.
- Me acuerdo que te perseguía una abeja y tú corrías y corrías.
- Si.
- Gritabas: “papa quítamela que me persigue, PAPA”
- Uhum.
- Y mama te decía Yaiza tranquila no te va a picar, pero tu no la escuchabas y seguías corriendo.
- Uhum.
- ¿Al final te picó o no?
- Uhum.
- Vaya, creo que no me haces ni caso.
- Uhum.
- Está medio dormida la pobre. Anda Yaiza vamos a la cama que te estás quedado frita en el sofá.
- Oui, será lo mejor, estoy muy fatiguée. Et toi ¿no duermes?
- No, yo voy a hacer unos recados, descansa tranquila, volveré para la hora de comer.
- Très bien, despiértame et comemos juntas.
- Vale. Que descanses.

Cierro la puerta de la habitación haciendo el menor ruido posible, aunque la verdad es que las bisagras necesitan un poco de aceite porque chirrían como las de un casa del siglo dieciocho. Entonces me invade una sensación agradable, casi como de felicidad, ¡¡Será posible, si me va a terminar gustando estar acompañada, me estoy convirtiendo en una sentimental!! Puede, pero seré una sentimental con pasta, saco el cheque de su escondite y lo guardo en mi cartera, ha llegado la hora de ir al banco a ingresarlo. Así pues, cojo las llaves de mi coche y me bajo al garaje, no os daré muchos datos sobre él, ya sabéis, para un detective es imprescindible pasar desapercibidos y la mayoría de las investigaciones las realizamos con un vehículo, lo que implica máxima discreción en temas de transporte, nada de deportivos caros ni descapotables llamativos.
Pongo en marcha el motor, meto primera y salgo del garaje, no hay mucha distancia hasta el banco por lo que en menos de cinco minutos ya tengo el coche aparcado en frente de la puerta. Bajo rápidamente, entro en las instalaciones, me dirijo a caja y meto el cheque por el agujero para dárselo a la chica de detrás de la ventanilla.

- Buenos días, vengo a ingresar este cheque.
- Hola, un segundito que enseguida le atiendo.

Continúa archivando unos papeles, escribiendo algo en el teclado del ordenador, entonces se levanta y va a junto de un compañero, se entretienen hablando sobre algo divertido porque no hacen más que reírse. Parece mentira, para una vez que no tengo que esperar en la cola del banco es la persona de detrás de la ventanilla la que me hace esperar.

- Ya estoy con usted. ¿En que puedo ayudarle?
- Venía a ingresar este cheque y si es tan amable querría sacar seiscientos euros ahora que puedo. (le paso el cheque por el agujero de la ventanilla).
- ¡Vaya! Un cheque al portador por un importe de tres mil euros, estos no se ven todos los días.
- Si, yo estoy igual de sorprendida, se lo puedo asegurar.
- Pues tendrá que esperar un poco más porque tengo que hacer unas comprobaciones antes de ingresarlo... (se levanta rápidamente y se va junto al compañero con el que se había estado riendo antes. Se susurran algo, me miran los dos a la vez con cara de asombro y vienen los dos a hablar conmigo)
- Buenos días doña Laura, me llamo Juan y soy el director del banco.
- Mucho gusto, ¿Qué sucede? ¿hay algún problema con el cheque?
- No, para nada, son simplemente comprobaciones rutinarias...
- No me lo diga, al ser un cheque al portador con una cantidad medianamente considerable tenéis que comprobar que tiene fondos y que la persona que lo expidió está al tanto de la operación ¿me equivoco?
- Jajaja pues la verdad es que ni yo mismo lo habría explicado mejor. Pero vayamos a hablar a mi despacho.
- Menos mal que no suele ser mi método de cobro habitual sino no me quedaría tiempo para cumplir mis encargos.
- ¡¿Encargos?!
- Si. Es que soy asesina a sueldo
- ¡¡¿Cómo ha dicho?!!
- Que es broma hombre, si fuera cierto ahora tendría que matarle...
- ...
- ...
- ...
- Bueno, será mejor que no le entretenga más, así podrá comprobar que efectivamente que todo está OK.
- En realidad ya lo está haciendo mi compañera, yo simplemente quería explicarle el proceso para que no se extrañase por la tardanza.
- OH!! Muy considerado por su parte. ¿Faltará mucho? Es que tengo que hacer unos recados y se me va a pasar la mañana...
- Seguro que en breve estará listo.

Tras esta afirmación pasó una hora hablando de temas económicos, que si con el cambio al euro la economía española se fue al traste, que si el euribor fue la perdición de los españoles hipotecados, que las inversiones en bolsa estaban más paradas que nunca...
Entonces llegó el momento en el que se requirió los servicios del director del banco para solucionar no se que asunto con un ricachón, con lo que tras disculparse educadamente el señor Juan me dejó esperando sola en su despacho, miro el reloj y veo pasar el tiempo, un minuto, dos minutos, tres minutos, cuatro minutos... Echo un vistazo a mi alrededor y me doy cuenta de que el despacho está ordenado de manera meticulosa, no hay ni una sola hoja fuera de lugar, los libros de las estanterías están ordenados por orden alfabético, lo único que le da un poco de vida al lugar es un cactus y una fotografía en la que se ve a director sonriendo junto a una hermosa mujer rubia y dos pequeñas criaturitas de no más de tres años, por el asombroso parecido físico diría que son gemelos, vamos, lo que viene siendo una familia feliz.
Siento como se me empieza a entumecer una pierna, es lo que tiene estar sentada tanto tiempo en la misma postura, además no se puede decir que la silla fuera muy cómoda, seguro que lo hacen apropósito para que el cliente se marche lo antes posible. Me levanto antes de que me de un calambre y me pongo a pasear por el despacho mientras investigo un poco, que se le va a hacer, me viene de formación profesional, me llama especialmente la atención un Diploma, Licenciado en económicas por la Universidad de Madrid. ¿Por qué en Madrid? Residiría allí en aquella época, entonces ¿Por qué se vino a trabajar a Galicia? En ese instante en el que comenzaba a dar rienda suelta mi imaginación entró la chica de la ventanilla.

- Disculpe señora Laura.
- Por favor llámame Laura a secas, si ya hay confianza.
- Pues Laura entonces, ya hemos comprobado que está todo correcto, si me acompañas a caja te doy esos seiscientos euros que querías.
- Genial, pues a que estamos esperando (nos dirigimos a caja y la chica me pasa el cheque por debajo de la ventanilla)
- Antes de nada tienes que firmármelo.
- Yo pensaba que eso era solo para los que van con nombre y no los cheques al portador, ya está firmado, ¿necesitas algo más?
- No y aquí tienes los seiscientos euros y el recibo. Gracias y disculpa por hacerte esperar tanto.
- Si, lo cierto es que me habéis hecho esperar... (miro el reloj y son las 13:30) lo suyo; y me voy pitando que tengo prisa. Adiós.

Salgo tan rápido como puedo de la sucursal, todavía tengo que ir a hacer la compra al supermercado para llenar la nevera. Ahora que tengo compañía no me puedo tomar la libertad de salir a comer fuera yo sola cuando me quede sin reservas de comida. Me monto en el coche y pongo rumbo al súper más cercano, como no quiero perder ni un segundo aparco en el primer espacio que encuentro, cojo el primer carro que me viene a la mano y entro en la tienda mientras voy haciendo mentalmente una lista de todo lo que puedo necesitar empezando por la leche, luego se me olvida y adiós al café del desayuno, cereales y galletas para acompañar el café, luego pasamos a los alimentos de verdad, carne de ternera, costillas de cerdo, un poco de lomo, jamón, unos chorizos y un pollo entero, de pescado un poco de pez espada, salmón y bacalao (eso es lo que yo llamo un variado de carne y pescado), añadimos unos paquetes de arroz, lentejas y garbanzos, también lechuga, tomates, zanahorias, patatas y una docena de huevos (hijos de puta los huevos) para terminar algunos dulces, flanes, yogures y golosinas diversas, AH!! Casi se me olvidan las bebidas, cocacolas, kases, y por supuesto el alcohol: una botella de tequila, dos de whisky y una de vodka, creo que serán suficientes para la celebración de esta noche, porque el reencuentro familiar se merece una celebración de verdad.
Bueno creo que no me falta nada, es hora de pasar por caja, así que empujo el carro dirección a la salida y me pongo en la cola para que me cobren, espero a que terminen las dos personas que se encontraban delante mía y empiezo a colocar mis productos en la cinta, la velocidad de la dependienta al pasar los productos por el lector me deja sorprendida, lo cierto es que solo nos dio tiempo a decirnos:

- Hola.
- Buenas.
- Son ciento sesenta y ocho con cincuenta y nueve.
- Toma.
- Aquí tiene la vuelta. Gracias por venir.
- Gracias. Adiós.

Recojo todas las bolsas y me dirijo a meterlas en el coche, entonces escucho una voz familiar:

- Laura que casualidad encontrarte aquí.
- (no puede ser, con lo tranquila que estaba siendo la mañana) Hola Lola.
- Llevas mucha comida, ¿es que tienes invitados?
- No.
- Entiendo, pero como ayer salió un señor muy atractivo de tu piso pensé que...
- Solo venía para que le ayudase a encontrar a alguien.
- Es una lastima que no me estuviese buscando a mi (dice en voz baja).
- ¿Cómo dices?
- No nada, nada.
- Bueno Lola no me gustaría parecer mal educada pero tengo que irme, ya sabes no se debe romper la cadena de frío de los alimentos.
- Si, por supuesto, nos vemos luego.
- Claro, en los rellanos.


Ya con las bolsas guardadas en el maletero regreso a casa, meto el coche en el garaje y pienso que todavía queda lo peor, subirlas por las escaleras, en momentos como estos mataría por un ascensor.
Tras varios minutos y con los dedos amoratados a causa de las bolsas de plástico llego a la puerta del piso, abro intentando hacer el menor ruido posible por si Yaiza está todavía descansando, no veo a nadie en el salón por lo que supongo que estoy en lo cierto y sigue durmiendo. Llevo las bolsas a la cocina y empiezo a colocar las cosas en su sitio, una vez terminé llegó el momento de poner manos a la obra y preparar el almuerzo, con la poca idea que tengo de cocinar, um... no se yo que preparar, está claro que tiene que ser algo típico de la tierra nada de nouvelle cousine que Yaiza tiene que estar más que harta de tanta comida de posturno, Ya lo tengo!! Una empanada con el lomo que acabo de comprar, será mejor que empiece cuanto antes que se va a despertar la ocupa y me va a coger con las manos en la masa (jejeje, en la masa de la empanada jajaja que ocurrente soy, si es que tengo una chispa que de mayor voy a ser mechero) empecemos por la preparación de la masa, harina, dos huevos, la manteca blanda, un poco de vino blanco, agua, aceite y sal y a reposar una horita, mientras tanto voy poniendo la mesa para hacer un poco de tiempo antes de preparar el relleno. Para el relleno doramos en una sartén con aceite, bien picaditos, ajos, cebolla, jamón, y unos pimientos rojos que tengo y creo que le quedaran genial, pues para adentro también, le añadimos el lomito ya salado lo sofreímos todo junto, agregamos puré de tomate, vino, azafrán y pimienta (lo cierto es que como uso pocas especies para cocinar tenía los botecillos casi sin usar) y lo reducimos hasta que absorba todo el caldo, un olor tremendamente apetecible empieza a invadir el piso y como si del más sonoro de los despertadores se tratase hizo que mi hermana se despertarse de su apacible sueño y viniese a para a la cocina.

- Bon jour.
- Hola, ¿has dormido bien?
- Comme un tronco.
- Me alegro.
- ¿Que est que tu preparas? Huele que alimenta.
- Pues una empanada de lomo de cerdo.
- Um c´est magnifique. La de temps que je ne la comía.
- Pues seguro que menos tiempo que de la última vez que preparé yo una.
- No est posible. ¿a no ser...
- A no ser que sea la primera vez que preparo una y ese es el caso así que no esperes demasiado.
- Sûr que está très buena.
- En caso contrario siempre podemos llamar a un chino para que nos traigan la comida a casa.
- ¿puedo ayudarte?
- Pues si la masa ya subió puedes ir estirándola porque el relleno ya está listo.
- Bon.


Estiramos la masa y la pusimos en un recipiente, vertí el relleno y la tapamos con otra capa de masa pegando los bordes con los dedos, le dimos los retoques finales, unos adornos con la masa sobrante, una pasada con huevo batido y para dentro del horno a unos ciento ochenta grados, esperamos a que se dorase, entonces la sacamos del horno, la cortamos, nos servimos un trozo cada una y fuimos al salón para empezar a comer.

- Como cocinera tengo el deber de ser la primera que pruebe la comida, yo que tu esperaría cinco minutos no vaya a morir intoxicada.
- Serás brute.
- Se dice bruta y si lo soy un poco pero he de decir que la empanada está buenísima, parece mentira que la preparase yo.
- C´est verdad, está très buena.
- Si no te importa voy a encender el televisor, me gusta ver las noticias para estar un poco informada.
- Oui, pon la télévision.
- Por cierto, tenía pensado montarte una fiesta de bienvenida esta noche, ¿te gusta la idea?
- Ya sabes que ne dit jamais que no a una bonne fiesta.
- Así me gusta, pues como esta tarde tengo que ir a comprar unas cosas para el trabajo seguro que me paso por donde está trabajando Garfield, ¿te gustaría venir conmigo?
- Oui, como no voy a saludar a mon meilleur ami.
- Seguro que él también se lleva una alegría al verte, aún el otro día me pregunto si sabía algo de ti.
- ¿et comme le va?
- Ya sabes como es, le va bien pero siempre liándola, ahora trabaja en una tienda que vende todo tipo de cacharros electrónicos.
- Será genial pouvoir visitarlo y... sapristi mon téléphone, excuse moi.


Efectivamente un teléfono móvil empezó a sonar en la habitación, Yaiza salió corriendo para responder a la llamada y entonces pude escuchar como Yaiza le contestaba a alguien en francés pero en ese mismo instante cerró la puerta impidiéndome enterarme de la conversación.
A los diez minutos salió de la habitación, se había cambiado de ropa y la noté un poco nerviosa.

- Te has cambiado, ¿vas a salir?
- Oui.
- Pero no vas a tomar algo de postre, traje yogures y flanes.
- Non, merci. Tengo prisa.
- Quieres que te acerque a algún lado en el coche.
- NON!! (me contestó alterada)
- Vale pero no me pegues (le digo de broma)
- Excuse moi, es un asunto delicado
- Entiendo, si te puedo ayudar solo tienes que pedirlo, ¿lo sabes no?
- Oui, será meilleur deja la fiesta pour otra soir ne se cuanto voy a tardar.
- Vale, llámame si quieres que te recoja más tarde...
- No te preocupes (me dice con una sonrisa en el rostro mientras sale por la puerta dejándome con la palabra en la boca).


No me gusta nada esta situación, se que aquí pasa algo, ¿Por qué no me cuenta cual es el problema? Y esa sonrisa, es la misma que ponía cuando éramos pequeñas y quería ocultarme los problemas para protegerme, lo que sucede es que ahora ya no soy esa niña ingenua que creía que todo iba bien cuando se lo decían sonriendo y mi instinto me dice que se avecina una tempestad, será mejor que vaya tapiando las ventanas...

Y en los próximos capítulos....


- Marva tu padre me ha contratado para que te encuentre.
- No, no quiero saber nada de él.
- Pero ¿Por qué?
- Eso es asunto mío, ¿no habrás aceptado el caso?
- Si.
- Eres, eres una...


- Detective Nit al teléfono.
- Nit, necesito tu ayuda!!!
- Lye, ¿eres tú? ¿Por qué me llamas con número oculto?
- ...
- Lye, LYE!!! Contesta joder.
- Piiiiiiiiiiiii, pi pi pi...



- Alto policía, las manos donde pueda verlas!!
- Tranquilo hombre que soy de los buenos.
- No se mueva!!
- Agente estoy investigando un caso, soy la detective Nit.
- Si y yo soy Colombo. Vamos a tener una charla en comisaría, queda usted detenida, tiene derecho a guardar silencio, todo lo que diga puede se utilizado en su...