miércoles, 17 de marzo de 2010

"La mía familia"

CAPÍTULO 4

El portazo sonó por todo el piso dejando lugar a una inquietante sensación de intranquilidad. Parece que me quedo sola otra vez, aprovecharé para tomar el postre mientras miro la televisión.
Voy a la nevera y saco un flan, me hago con una cuchara del cajón y vuelvo para el sofá. En la televisión están poniendo la nueva temporada de entre fantasmas, se me hace raro ver una serie de ciencia ficción a esas horas de la tarde en las que solo hay programas de cotilleo y telenovelas, subo un poco el volumen para enterarme de los diálogos, al parecer un fantasma está rondando al hijo de la mejor amiga de la protagonista pero como siempre el fantasma termina yendo hacia la luz, que forma más bonita de decir que la han espichado definitivamente y no le tocarán más las narices a los familiares.
Una vez terminada la serie me dediqué a hacer un poco de zapping para matar el tiempo, llegué a la conclusión de que no me pierdo nada interesante en las tardes que estoy de seguimiento en un caso, por favor, tantos canales y en ninguno ponen algo que merezca la pena. Al fin, las cuatro y media, ahora podré hacerle una visita a Garfiel en su tienda y encargarle el material que necesito.
Cojo las llaves del coche y me dirijo al garaje, lo cierto es que llevo un día en el que no hago más que subir y bajar escaleras se me van a poner unas piernas tremendamente estilizadas. Una vez puesto en marcha el coche decido cambiar el CD de música que llevo puesto, lo tengo aburrido de tanto escucharlo voy a optar por uno de Dover que siempre me sube la moral y hace que me olvide de los problemas “The phone is singing in the... ♪♪”.
A las cinco menos cuarto estaba delante de la tienda, llegué un poco pronto por lo que todavía no estaba abierta, parece que me toca esperar hasta las cinco, lo mejor será que haga un poco de tiempo en una cafetería mientras aprovecho para tomarme un café. En el mismo instante que me doy la vuelta me encuentro de frente a Garfiel.

- Hola chuliña ¿Qué haces aquí?
- Vaya que susto me has dado, ¿es qué siempre apareces por la espalda?
- Jajaja. A ver si va a ser que eres una miedica.
- Si, va a ser eso. ¿vas a abrir la tienda ya?
- Bueno lo cierto es que iba a tomar un café antes, todavía faltan quince minutos hasta la hora de abrir pero como te vi esperando decidí acercarme.
- Me alegro, así podemos ir a tomar el café los dos juntos y charlar un rato, ¿A dónde vamos?
- Aquí al lado hay una cafetería a la que suelo ir yo.
- Genial, no conozco muy bien esta zona así que vamos a donde tú digas.
- A la de Manoliño entonces.
- Te sigo, espero que no quede muy lejos.
- No te preocupes, está aquí al lado, por cierto ¿a qué se debe la visita?
- Pues necesito unos nuevos gadgets e inmediatamente pensé en ti.
- Ya, ya por los gadgets, lo que pasa es que me echabas de menos y te has inventado una excusa para verme.
- ¡¡Vaya!! Me has descubierto, estoy locamente enamorada de ti pero se que tu también sientes lo mismo, se te nota que estas coladito por mi.
- Jajaja ¡¡Quirias!!
- Jeje. Seguro que si, no duermo por las noches pensando en ti.
- Bueno pues ya hemos llegado, ¿entramos?
- Hombre, si te parece nos quedamos en la puerta, creo que las ironías de antes te han dejado exhaustas las neuronas.
- Anda que te encanta meterte conmigo.
- Pues si jejejeje.
- Buenos días Manoliño me pones un café cuando puedas, ¿y tú que tomas Laura?
- Yo quiero un café con leche por favor.
- Que educada te has vuelto de repente.
- ¡¡Oye!! Yo soy muy educada solo que depende de la situación.
- Chicos aquí tenéis vuestros cafés, además os traigo unos trocitos de bizcocho casero que están buenísimos.
- Tu si que sabes Manoliño.
- Gracias, aunque debo confesar que yo ya he tomado un flan como postre, es que esta mañana fui a hacer la compra porque ahora tengo compañera de piso.
- ¿compañera de piso?
- Si, mi hermana se ha venido a vivir conmigo.
- ¿Yaiza? ¿Pero no estaba en Francia?
- Si, pero ha vuelto.
- ¿Por qué? Quiero decir, ¿viene de vacaciones o va a quedarse?
- Pues creo que va a ser la última opción aunque no me ha confesado por qué se ha marchado de Francia.
- Que raro ¿no?
- Ya te digo. Además le dije si quería venir conmigo a hacerte una visita y primero me dijo que si ilusionada, luego la llamaron por teléfono y se marchó corriendo sin darme ninguna explicación.
- Sigo diciendo que es muy raro. Pero como no me quiero meter en asuntos familiares voy a cambiar de tema, ¿Qué tal con la camisa espía que te presté?
- Mierda, te la a iba a traer hoy y con las movidas que me han pasado se me olvidó.
- No te preocupes, no me corre prisa pero me gustaría saber que puntuación le das a mi creación.
- Pues sin considerar que me diste una camisa que me quedaba pequeña debo decir que le doy un nueve sobre diez, aunque me faltó probar si efectivamente es invisible para los detectores de micrófonos y cámaras.
- ¡¡¡Un nueve, pero si es perfecta!!! ¿Cuando has visto tú una cámara que tenga el tamaño de un botón, con un alcance de grabación y escucha de doscientos metros, con localizador por GPS y que sea indetectable?
- Si, pero... ¿Qué pasa si los malos te hacen quitar la ropa para comprobar que no lleves micros?
- Ah!! Pues no había pensado en ello.
- Pues te digo yo que es mucho más fácil que te hagan quitar la ropa a que dispongan de un detector para comprobar que no lleves micrófonos.
- Si, aunque digo yo que en algún momento te vestirás de nuevo y entonces podrás seguir grabando.
- Pues si, era para sacarle algún defecto.
- Aja, ¡ya son las cinco! vamos que tengo que abrir la tienda. Manoliño te dejo en la barra el dinero de los cafés, a este te invito yo Laura.
- Muy amable, vamos para la tienda y te comento lo que necesito.

Nos levantamos y nos pusimos camino a la tienda, la verdad es que no quedaba muy lejos de la cafetería, a unos trescientos veinte pasos, llegamos enseguida, Garfiel abrió el cerrojo y me hizo un gesto para que pasase, nada más entrar pude comprobar que había cambiado los productos del escaparate y de las estanterías, ahora había robots de diferente usos, unos para cocinar, otros para limpiar, un robot de vigilancia y muchos de animales, perros, gatos, dinosaurios incluso un R2 a tamaño real.

- Veo que has cambiado la decoración.
- Jejeje, si digamos que unos señores de traje y corbata me pidieron “amablemente” que firmase un contrato de exclusividad por mis creaciones con ellos, por lo que he tenido que poner otro tipo de artículos a la venta. Lo que se viene llamando una tapadera.
- ¿señores de traje y corbata? ¿estás trabajando para el gobierno?
- Bueno, en realidad colaboro con la policía secreta.
- No me lo puedo creer, Garfiel el pirata informático antisistema trabajando codo con codo con los papas pitufos. El mundo al revés, si no lo veo no lo creo.
- No me dieron otra opción, o lo hacía por las buenas o por las malas. El lado positivo es que ahora tengo presupuesto ilimitado para mis proyectos.
- Y como se te da bien mentir, siempre puedes ocultarles alguna de tus nuevas creaciones (le digo guiñandole un ojo)
- Ya te digo, vamos para la trastienda que tengo montado allí mi laboratorio.
- Guau, esto si que es una trastienda, se nota que apuestan por ti como investigador, menuda maquinaria que te han puesto los de la secreta.
- Y que lo digas, ni en mis mejores sueños tenía un equipo informático similar, con esto las posibilidades son infinitas. Por ejemplo, mira este portátil, tiene una capacidad de almacenamiento digna de uno de los mejores ordenadores de mesa además de una autonomía de más de dos días a pleno rendimiento.
- Que pasada, ¿De que está hecha la batería de ese trasto?
- Pues es el mismo material solo que... Ostiiii!!.
- ¿Que pasa?
- Pues ... ¡¿o soy un semidiós y dí vida a una camisa que tiene libre albedrío o alguien con buen gusto te la cogió prestada?!
- ¿Cómo?
- Lo que escuchas, es que antes estaba mejorando un programa de localización por vía satélite, lo probé con el GPS de la camisa, se me olvidó cerrarlo y ahora pone que se encuentra en un polígono industrial a unos cuantos quilómetros de aquí.
- ¡Claro! Al ordenar el armario la debí dejar del lado de las cosas de mi hermana y se la habrá puesto sin darse cuenta.
- Pues vamos a ver que está haciendo en un lugar como ese.
- No creo que sea de buena hermana espiar a... ¿eso que estoy viendo son armas?
- Si y no me parece que sean de curso legal, vamos que no creo que las esté comprando en una armería.
- Joder, esto no me gusta una mierda, ponlo a grabar y dale volumen para que escuchemos lo que están diciendo. ¿Tienes una silla o un taburete para dejarme?
- Si, debajo de la mesa del centro tienes un taburete.

Me lanzo sin pensármelo a por el taburete, lo coloco con un ligero lanzamiento al lado de la silla de Garfiel y me siento rápidamente para no perderme ni un segundo de lo que está pasando, entonces como si de la mejor de las películas se tratase nos quedamos los dos petrificados y boquiabiertos observando lo que estaba mostrando la pantalla del ordenador.
Una sola mesa cubierta con todo tipo de revólveres, subfusiles, fusiles y alguna que otra escopeta era la única decoración de una especie de nave industrial, todo ello protegido por al menos tres hombres armados que se pasean de un lado para otro... en realidad cuatro ya que se une uno más a la fiesta en ese mismo instante y se sienta al otro lado de la mesa, justo en frente de mi hermana, la cual comienza a hablarle.

- Bon soir, supongo que tu eres Scorpion.
- Efectivamente, y usted la señorita Yaiza. Me han hablado tanto de usted que es casi como si la conociera.
- Pues ne puedo decir lo mismo de toi.
- Jejeje Es que mantengo mis asuntos y mi vida personal en un estricto silencio.
- C´est lo mejor pour este trabajo.
- Si, los que hablan demasiado suelen terminar muertos.
- Aun así me puede la curiosité, ¿Pour que el nombre de Scorpion?
- (entonces el hombre saca bruscamente su arma y la pone encima de la mesa con el resto) Esta arma siempre me acompaña, ¿la reconoce?
- Un subfusil, el Scorpion VZ86.
- Sorprendente. No todo el mundo la conoce.
- Digamos que j´adore las armas de fuego.
- Como sigamos por este camino terminaré pidiéndote matrimonio.
- Ne mezclo le placer avec les negocios.
- OH, me acabas de romper el corazón.

Me levanto bruscamente del taburete y echo las manos a la cabeza como si ello pudiese ayudarme a comprender mejor la situación, buscando una explicación racional a lo que mis ojos estaban viendo en la pantalla del ordenador.

- ¡No me lo puedo creer! ¿Pero que diablos hace mi hermana ligando con un traficante?
- Es muy fuerte.
- Y que lo digas Garfiel, pero tiene que haber una explicación.
- Puede que Yaiza se halla sentido atraída por el lado oscuro. Allí la fuerza es muy poderosa.
- Tu siempre con tus referencias a la guerra de las galaxias, pero esto es muy serio (Tiri ri riri tiriri♪♪), mierda quien me llamara ahora, que inoportuno, Garfiel tu sigue prestando atención a la grabación. Detective Nit al teléfono.
- Nit, necesito tu ayuda!!!
- Lye, ¿eres tú? ¿Por qué me llamas con número oculto?
- ...
- Lye, LYE!!! Contesta joder.
- Piiiiiiiiiiiii, pi pi pi...
- ¡¿Pero que pasa hoy?! Creo que esto no se soluciona ni pisando un millón de mierdas.
- ¿Qué pasa se ha cortado la llamada?
- Y parecía importante.
- Si, era Lye puedes probar suerte llamándola a su móvil.
- Tienes razón (saco el móvil y voy al grupo de familiares en la agenda de contactos) Aquí está Lye, llamando, ¡genial! Da señal.
- Laura perdona por colgarte pero estaba llamando desde el trabajo de extranjis y casi me pilla el jefe.
- Pues me has dado un susto de muerte, ya me imaginaba lo peor.
- Hombre, pues necesito tu ayuda pero no es un asunto de vida o muerte.
- Pues tú dirás.
- Igual es mejor que quedemos para hablarlo, es que no me atrevo a pedírtelo por teléfono.
- OH OH parece que va a ser un favor de los gordos, pero lo cierto es que ahora estoy muy liada...
- Por eso, no te preocupes, mañana te invito a cenar y lo hablamos.
- Muy bien, además yo también tengo novedades.
- Entonces quedamos así. Mañana sobre las nueve de la noche, te paso yo a recoger.
- Perfecto, pues hasta mañana entonces. (cuelgo el teléfono y me dirijo a Garfiel) Que es lo que me he perdido.
- Eh...
- Dios mío, esa cara no me da buena espina.
- Es que no creo que te guste lo que ha pasado.
- Vamos tío suéltalo ya que me estas poniendo más nerviosa si es posible.
- Pues... (traga saliva mientras se pasa la mano por la cabeza)
- ¡¡¿Garfiel?!!
- Creo que debes cambiarte el apellido por el de Corleone.
- ¿Qué quieres decir?
- Que tu hermana va camino de convertirse en una mafiosa con todas las de la ley, o mejor haciendo todo lo contrario que dice la ley.
- Te lo voy a pedir por favor, ¿Puedes andarte sin rodeos?
- Ahí va. Lo del tráfico de armas es solo el principio, han hablado de otro tipo de mercancía.
- ¿Qué mercancía?
- Drogas.
- No puede ser, no puede ser, se nos tiene que estar pasando algo.
- Pues como no se lo preguntes a ella, yo te cuento lo que he visto, ni más ni menos.
- Tienes razón otra vez.
- Si, hoy me estoy luciendo.
- Pásame la grabación al móvil, necesitaré pruebas por si lo niega todo.
- Vale, pero mejor te lo envió en un correo electrónico encriptado y con contraseña, ¿todavía tienes el programa que te pase para estos casos?
- Claro que si.
- Es lo mejor en este caso, el Bluetooth puede ser muy traicionero y si el video fuera a parar a las manos equivocadas...
- No quiero ni imaginármelo.
- Puede que llegue el momento en el que seas tu misma la que se vea obligada a entregárselo a la policía.
- No adelantemos acontecimientos.
- Bueno, el video ya está enviado.
- ¿y mi hermana?
- Terminó hace rato con el encuentro, se está moviendo según el GPS.
- Será mejor que me marche a casa y la espere allí. Esta va a ser una noche muy larga.
- ¡Oye! ¿tú no venías para pedirme algo?
- Si pero puede esperar.
- Entendido. Ya me contaras que tal.
- Vale, nos vemos.

Salgo de la tienda sin ser capaz de sacar las imágenes que acababa de ver de mi cabeza, intentando analizar cada uno de los gestos buscando una explicación menos negativa, porque la de que mi hermana esté haciendo meritos para forjarse un nombre como traficante no me gusta una mierda, si solo le falta ir metiendo cabezas de caballo en la cama para asustar a sus enemigos y decir “nadie se mete con la mía familia” menos mal que es francesa y no italiana porque sino sería la versión femenina de esa película, “La Madrina”, solo en los mejores cines y ahora en 3D.
Estos pensamientos me hicieron compañía hasta que al intentar abrir la puerta del piso me di cuenta de que había algo detrás de ella que dificultaba la maniobra, ¡pero que diablos!, veo que la alfombra del salón estaba movida y alguno de mis archivadores estaban esparcidos por el suelo.
Alguien ha entrado en mi casa, entonces escucho un ruido que viene de la habitación, parece que las visitas todavía no se han marchado. El corazón se me acelera al pensar que puede ser alguno de los nuevos amigos de mi hermana, aunque dispongo de la licencia de armas como no soy partidaria de ellas no tengo ninguna en casa, sin embargo en estos momentos cambiaría mis principios sin dudarlo, quien me diera tener una pistola, una katana o mismo un bate de béisbol a mano, si salgo de esta le puedo encargar una a mi hermana seguro que me hace buen precio.
Echo un vistazo a mí alrededor y pienso que el jarrón de la entrada parece bastante consistente para usarlo como arma, un jarronzazo en la cabeza bien dado sin duda lo dejaría inconsciente. Con el jarrón en alto me dirijo a la habitación, el corazón me late tan fuerte que me da la impresión de que se podría escuchar a diez metros de distancia, la puerta esta entreabierta y sin ninguna duda hay alguien haciendo ruido en el interior, extiendo el brazo para abrir la puerta completamente, respiro hondo y cuento: uno, dos y tres, le doy un empujón mientras me preparo para el ataque...

- Gua gua.
- ¡Ah, coño un perro!
- Gua gua gua. (se abalanza sobre mi y empieza a babearme)
- ¡Quita chucho! ¿de donde diablos has salido?
- Pues me lo han dejado a mí y yo lo he metido en tu piso porque no paraba de pelearse con mi Bolita, mi gatito Persa. (aparece Lola en escena observando sorprendida el espectáculo)
- ¡Lola! Pues me ha dado un susto de muerte, pensé que...
- ¿Qué pensaste?
- Que había entrado un ladrón a robar, por eso llevaba el jarrón.
- Ah, bo. (dice desilusionada)
- Me puedes decir quien me envía el perro.
- Pues creo que es de tu hermana.
- Pero será, no le llega con venirse ella que además me trae el perro, además este que no hace más que babearme, ¡quita chucho!
- Pero si es un encanto mira que ojitos tiene, por cierto es una perra y se llama Agatha.
- Si un encanto (digo irónicamente mientras me la saco de encima), Dejémosla aquí mientras recojo el salón. (le hago un gesto amable a Lola para que salga de la habitación primero)
- Menudo estropicio te ha hecho.
- Nada que no tenga solución. Yo no quiero parecer maleducada pero tengo muchas cosas que hacer...
- No te preocupes te ayudo a recoger.
- No hace falta Lola, gracias (parece que no coge las indirectas)
- En serio, a mi no me cuesta nada, no tengo nada mejor que hacer.
- Gracias de nuevo pero no hace falta (le digo mientras la dirijo hacia la puerta)
- Por cierto todavía no me has dicho cuando vienes a cenar con mi hijo.
- Es que estoy muy liada, en cuanto tenga una noche libre sin falta voy a esa cena encantada.
- Te tomo la palabra.
- Claro, adiós Lola.

Cierro la puerta, dejo el jarrón en su sitio y respiro profundamente mientras me siento en el sofá, cuando pensaba que no me podía pasar nada más... ZASCA!! Ahora tengo mascota. En que más líos me va a meter mi queridísima hermana, vaya, hablando de Roma por la puerta asoma.

- Bon soir hermanita, ya estoy en casa. ¿Qué ha pasado ici?
- Pues que ya ha llegado Agatha, tu Basset Hound.
- ¡¡Magnifique!! ¿Te pasa algo? ¿Estas muy sérieux?
- Será mejor que te sientes, tenemos que hablar.
- Ya se que ne t´avise de que traía a Agatha mais ne la podía dejar en Francia.
- No es por eso.
- Pues tu dirás hermanita (se sienta a mi lado y me sonríe)
- Yaiza, ¿Dónde has estado?
- Esa mirada... Que te parece si cenamos algo, je lo prepare (se levanta rápidamente del sofá)
- Yaiza, ¿estas traficando con armas?
- Touche, tarde o temprano lo tenías que descubrir.
- Así que no lo niegas.
- Ne pouve negar lo evidente, certainment tendrás hasta pruebas.
- ¡¿pero en que estas pensando?! (me levanto y me pongo en frente de ella)
- Ne lo hago por gusto. (agacha la cabeza y vuelve a sentarse en el sofá)
- Pues no es lo que parecía cuando tonteabas con Scorpion.
- ¿Cómo sabes eso?
- La camisa que te has llevado.
- ¿Qué le pasa? C´est mía.
- No, es un prototipo que me ha prestado Garfiel, lleva una cámara espía incorporada y tengo grabado todo el encuentro con intercambio de mercancía incluido.
- Incroyable.
- Lo increíble es que seas una traficante, ¿Qué pretendes?
- Nada, es una histoire muy larga.
- Tengo todo el tiempo del mundo pero muy poca paciencia, así que, será mejor que empieces a hablar.
- Très bien, te lo contaré todo...



CONTINUARÁ...

miércoles, 3 de marzo de 2010

Cariño, confianza y convivencia.

CAPÍTULO 3



Veo como mi hermana se adentra en el dormitorio y la sigo tan rápido como puedo, en apenas tres segundos, que fue lo que tardé en llegar, ya tenía encima de la cama toda mi ropa del armario y la estaba cambiando por la que traía ella. Me pregunto cuanta ropa podrá caber en una maleta, no hace más que sacar una prenda tras otra y otra y otra y otra... parece que no se terminan nunca, está tan entusiasmada que no se que decirle, no me gusta la idea de perder mi libertad pero la familia es la familia y eso siempre lo he tenido muy claro, estaré ahí para lo bueno y para lo malo aunque haga más de diez años que no nos vemos.

- ¿Qué te pasa hermanita? Estás muy silencieux.
- Me preguntaba si tienes pensado dejarme un hueco en el armario para mi ropa.
- Oui, claro, en cuanto ordene un peu la mía verás comme entra tout parfaitement.
- Y eso de que se te escapen palabras en francés, me resulta gracioso, ¿Has pasado tanto tiempo en Francia que ya no sabes hablar correctamente el castellano?
- Jejeje, c’est posible, he vivido mas años an France que en España.
- Si, hace muchísimos años que te fuiste, diecisiete si no me equivoco, pero lo recuerdo como si fuera ayer.
- Non est facile de olvidar, fue le jour en que papa et mama se separaron.
- Si, papa consiguió tu custodia y te llevó con él a Paris, mientras mama y yo nos quedamos aquí, la pobre lo pasó tan mal que al mes de marcharos se...
- Bueno, es meilleur dejar le passé atrás. Hemos vivido momentos muy tristes pero nos han servido pour ser plus fuertes.
- Y para reencontrarnos porque la última vez que nos vimos fue cuando asistí al entierro de papa en Francia.
- Dix années han pasado desde entonces, mírate ahora, eres toda une femme.
- Una femme fatal, como la de las películas de los ochenta si hasta soy detective y todo.
- ¿Detective? Tout le temps te gustó Sherlock Holmes.
- Si, jejeje, aunque mis casos son muy diferentes a los suyos, creo que me parezco más a Verónica Mars pero en moreno.
- ¿Tienes quelque un ahora?
- Pues si, uno un poco extraño la verdad, un padre que busca a su hija, de la que no sabe nada desde hace más de tres años y que “casualmente” es mi mejor amiga, ¿sospechoso? A mi me lo parece.
- Lo has aceptado.
- Si, presiento que algo interesante se esconde tras este caso.
- Regardes tu met les pieds, puede ser peligroso.
- Siempre lo hago, se cuidar de mi misma.
- N´ai dudas.
- ¿Qué? ¿Le falta mucho a la ropa?
- Non, ça fini.
- Genial, pero ahora a ver donde meto la mía.
- Es que l´armoire es très petit.
- ¿Muy pequeño? A mí me sobraba sitio, lo que pasa es que tu traes mucha ropa, anda quita de ahí que verás que rápido hago espacio (apretujo las prendas colgadas, reduzco la cantidad de pinzas que necesito poniendo dos pantalones en cada una de ellas y hago lo mismo con las que tienen camisas, entonces las coloco en el espacio vacío, cojo las camisetas, las doblo y las coloco unas encima de las otras y para dentro) Listo, lo he resuelto en un plis plas.
- Yo n´est pour fastidiar mais falta la ropa interior.
- Al tercer cajón de la cómoda que está vacío, supongo que te llegará ¿no?
- Je ne se pas.
- ¡Como que no sabes! Pues si no te llega montamos un mercadillo de ropa de segunda mano, que la verdad, no se para que necesitas tanta.
- Si seul he traído trois trapitos.
- Creo que será mejor dejar el tema, ¿Has cenado?
- Non, ¿te apetece un plato typique francés? Cocino yo.
- Hecho.

Guardamos las maletas debajo de la cama para que no molestasen por el medio de la habitación y nos pusimos rumbo a la cocina, nada más llegar a ella me di cuenta de que todavía no la había limpiado y no fui la única que lo notó.

- ¿Qu´est que-ce? ¿Qué ha pasado ici?
- OH, jejeje un pequeño accidente con el almuerzo. Pilla lo que necesites de la nevera mientras yo voy arreglando este desastre.
- Très bien, veamos que hay en le réfrigérateur, mais si está casi vacío, un peu de viande, anchois, tomates, carottes, fromage, mayonnaise, bières et yogourts.
- Se me olvido hacer la compra, podemos preparar “viande avec assaisonnement de bleu fromage” (carne con salsa de queso azul), todavía te gusta ¿no?
- Oui, es mon plato favorito.
- Pues no se hable más, tú preparas la carne y yo preparo mi ensalada especial.

Nos pusimos manos a la obra y entre las dos en muy poco tiempo teníamos la cena casi preparada, mientras Yaiza le daba los últimos retoques a la carne yo puse los platos y los cubiertos en la mesa del salón.

- ¿Qué vas a beber? Tengo agua o cervezas fresquitas.
- Bière, sil vous plais.
- Marchando dos cervecitas entonces. La mesa ya está puesta, ¿le falta mucho a eso?
- Solo cinq minutos.
- Um, huele que alimenta, has mejorado tus dotes culinarias.
- Ton cocina ne puede pas decir lo mismo de toi.
- Ah! Eso ha sido un golpe bajo, no fue culpa mía, eran los huevos que estaban muy frescos y salpicaban un montón, además que hago yo dándote explicaciones.
- Jojojojo, no te enfades, c´est una broma.
- Muy graciosa, tienes una chispa, de mayor vas a ser mechero.
- La dîner está lista.
- Pues a cenar se ha dicho, vamos al salón.

Cenamos entre risas y anécdotas de la infancia, pero sin abordar los temas realmente importantes, como por ejemplo el motivo de su regreso, no salió de ella contármelo y yo no quise hacer ninguna pregunta que nos fastidiase el momento, ya llegaría la hora de averiguarlo. Cuando nos quisimos dar cuenta nos sorprendió el sol por la ventana, eran las ocho de la mañana, se nos pasó la noche volando, lo cierto es que más bien fue el día entero lo que se me pasó volando, hacía mucho tiempo que no tenía una conversación nocturna tan larga con nadie, teníamos tantas cosas que contarnos y las que se quedaron todavía en el tintero pero Yaiza estaba cansada del viaje y empezaba a tener mucho sueño.

- ...y cuando fuimos de picnic, jejeje
- Si.
- Me acuerdo que te perseguía una abeja y tú corrías y corrías.
- Si.
- Gritabas: “papa quítamela que me persigue, PAPA”
- Uhum.
- Y mama te decía Yaiza tranquila no te va a picar, pero tu no la escuchabas y seguías corriendo.
- Uhum.
- ¿Al final te picó o no?
- Uhum.
- Vaya, creo que no me haces ni caso.
- Uhum.
- Está medio dormida la pobre. Anda Yaiza vamos a la cama que te estás quedado frita en el sofá.
- Oui, será lo mejor, estoy muy fatiguée. Et toi ¿no duermes?
- No, yo voy a hacer unos recados, descansa tranquila, volveré para la hora de comer.
- Très bien, despiértame et comemos juntas.
- Vale. Que descanses.

Cierro la puerta de la habitación haciendo el menor ruido posible, aunque la verdad es que las bisagras necesitan un poco de aceite porque chirrían como las de un casa del siglo dieciocho. Entonces me invade una sensación agradable, casi como de felicidad, ¡¡Será posible, si me va a terminar gustando estar acompañada, me estoy convirtiendo en una sentimental!! Puede, pero seré una sentimental con pasta, saco el cheque de su escondite y lo guardo en mi cartera, ha llegado la hora de ir al banco a ingresarlo. Así pues, cojo las llaves de mi coche y me bajo al garaje, no os daré muchos datos sobre él, ya sabéis, para un detective es imprescindible pasar desapercibidos y la mayoría de las investigaciones las realizamos con un vehículo, lo que implica máxima discreción en temas de transporte, nada de deportivos caros ni descapotables llamativos.
Pongo en marcha el motor, meto primera y salgo del garaje, no hay mucha distancia hasta el banco por lo que en menos de cinco minutos ya tengo el coche aparcado en frente de la puerta. Bajo rápidamente, entro en las instalaciones, me dirijo a caja y meto el cheque por el agujero para dárselo a la chica de detrás de la ventanilla.

- Buenos días, vengo a ingresar este cheque.
- Hola, un segundito que enseguida le atiendo.

Continúa archivando unos papeles, escribiendo algo en el teclado del ordenador, entonces se levanta y va a junto de un compañero, se entretienen hablando sobre algo divertido porque no hacen más que reírse. Parece mentira, para una vez que no tengo que esperar en la cola del banco es la persona de detrás de la ventanilla la que me hace esperar.

- Ya estoy con usted. ¿En que puedo ayudarle?
- Venía a ingresar este cheque y si es tan amable querría sacar seiscientos euros ahora que puedo. (le paso el cheque por el agujero de la ventanilla).
- ¡Vaya! Un cheque al portador por un importe de tres mil euros, estos no se ven todos los días.
- Si, yo estoy igual de sorprendida, se lo puedo asegurar.
- Pues tendrá que esperar un poco más porque tengo que hacer unas comprobaciones antes de ingresarlo... (se levanta rápidamente y se va junto al compañero con el que se había estado riendo antes. Se susurran algo, me miran los dos a la vez con cara de asombro y vienen los dos a hablar conmigo)
- Buenos días doña Laura, me llamo Juan y soy el director del banco.
- Mucho gusto, ¿Qué sucede? ¿hay algún problema con el cheque?
- No, para nada, son simplemente comprobaciones rutinarias...
- No me lo diga, al ser un cheque al portador con una cantidad medianamente considerable tenéis que comprobar que tiene fondos y que la persona que lo expidió está al tanto de la operación ¿me equivoco?
- Jajaja pues la verdad es que ni yo mismo lo habría explicado mejor. Pero vayamos a hablar a mi despacho.
- Menos mal que no suele ser mi método de cobro habitual sino no me quedaría tiempo para cumplir mis encargos.
- ¡¿Encargos?!
- Si. Es que soy asesina a sueldo
- ¡¡¿Cómo ha dicho?!!
- Que es broma hombre, si fuera cierto ahora tendría que matarle...
- ...
- ...
- ...
- Bueno, será mejor que no le entretenga más, así podrá comprobar que efectivamente que todo está OK.
- En realidad ya lo está haciendo mi compañera, yo simplemente quería explicarle el proceso para que no se extrañase por la tardanza.
- OH!! Muy considerado por su parte. ¿Faltará mucho? Es que tengo que hacer unos recados y se me va a pasar la mañana...
- Seguro que en breve estará listo.

Tras esta afirmación pasó una hora hablando de temas económicos, que si con el cambio al euro la economía española se fue al traste, que si el euribor fue la perdición de los españoles hipotecados, que las inversiones en bolsa estaban más paradas que nunca...
Entonces llegó el momento en el que se requirió los servicios del director del banco para solucionar no se que asunto con un ricachón, con lo que tras disculparse educadamente el señor Juan me dejó esperando sola en su despacho, miro el reloj y veo pasar el tiempo, un minuto, dos minutos, tres minutos, cuatro minutos... Echo un vistazo a mi alrededor y me doy cuenta de que el despacho está ordenado de manera meticulosa, no hay ni una sola hoja fuera de lugar, los libros de las estanterías están ordenados por orden alfabético, lo único que le da un poco de vida al lugar es un cactus y una fotografía en la que se ve a director sonriendo junto a una hermosa mujer rubia y dos pequeñas criaturitas de no más de tres años, por el asombroso parecido físico diría que son gemelos, vamos, lo que viene siendo una familia feliz.
Siento como se me empieza a entumecer una pierna, es lo que tiene estar sentada tanto tiempo en la misma postura, además no se puede decir que la silla fuera muy cómoda, seguro que lo hacen apropósito para que el cliente se marche lo antes posible. Me levanto antes de que me de un calambre y me pongo a pasear por el despacho mientras investigo un poco, que se le va a hacer, me viene de formación profesional, me llama especialmente la atención un Diploma, Licenciado en económicas por la Universidad de Madrid. ¿Por qué en Madrid? Residiría allí en aquella época, entonces ¿Por qué se vino a trabajar a Galicia? En ese instante en el que comenzaba a dar rienda suelta mi imaginación entró la chica de la ventanilla.

- Disculpe señora Laura.
- Por favor llámame Laura a secas, si ya hay confianza.
- Pues Laura entonces, ya hemos comprobado que está todo correcto, si me acompañas a caja te doy esos seiscientos euros que querías.
- Genial, pues a que estamos esperando (nos dirigimos a caja y la chica me pasa el cheque por debajo de la ventanilla)
- Antes de nada tienes que firmármelo.
- Yo pensaba que eso era solo para los que van con nombre y no los cheques al portador, ya está firmado, ¿necesitas algo más?
- No y aquí tienes los seiscientos euros y el recibo. Gracias y disculpa por hacerte esperar tanto.
- Si, lo cierto es que me habéis hecho esperar... (miro el reloj y son las 13:30) lo suyo; y me voy pitando que tengo prisa. Adiós.

Salgo tan rápido como puedo de la sucursal, todavía tengo que ir a hacer la compra al supermercado para llenar la nevera. Ahora que tengo compañía no me puedo tomar la libertad de salir a comer fuera yo sola cuando me quede sin reservas de comida. Me monto en el coche y pongo rumbo al súper más cercano, como no quiero perder ni un segundo aparco en el primer espacio que encuentro, cojo el primer carro que me viene a la mano y entro en la tienda mientras voy haciendo mentalmente una lista de todo lo que puedo necesitar empezando por la leche, luego se me olvida y adiós al café del desayuno, cereales y galletas para acompañar el café, luego pasamos a los alimentos de verdad, carne de ternera, costillas de cerdo, un poco de lomo, jamón, unos chorizos y un pollo entero, de pescado un poco de pez espada, salmón y bacalao (eso es lo que yo llamo un variado de carne y pescado), añadimos unos paquetes de arroz, lentejas y garbanzos, también lechuga, tomates, zanahorias, patatas y una docena de huevos (hijos de puta los huevos) para terminar algunos dulces, flanes, yogures y golosinas diversas, AH!! Casi se me olvidan las bebidas, cocacolas, kases, y por supuesto el alcohol: una botella de tequila, dos de whisky y una de vodka, creo que serán suficientes para la celebración de esta noche, porque el reencuentro familiar se merece una celebración de verdad.
Bueno creo que no me falta nada, es hora de pasar por caja, así que empujo el carro dirección a la salida y me pongo en la cola para que me cobren, espero a que terminen las dos personas que se encontraban delante mía y empiezo a colocar mis productos en la cinta, la velocidad de la dependienta al pasar los productos por el lector me deja sorprendida, lo cierto es que solo nos dio tiempo a decirnos:

- Hola.
- Buenas.
- Son ciento sesenta y ocho con cincuenta y nueve.
- Toma.
- Aquí tiene la vuelta. Gracias por venir.
- Gracias. Adiós.

Recojo todas las bolsas y me dirijo a meterlas en el coche, entonces escucho una voz familiar:

- Laura que casualidad encontrarte aquí.
- (no puede ser, con lo tranquila que estaba siendo la mañana) Hola Lola.
- Llevas mucha comida, ¿es que tienes invitados?
- No.
- Entiendo, pero como ayer salió un señor muy atractivo de tu piso pensé que...
- Solo venía para que le ayudase a encontrar a alguien.
- Es una lastima que no me estuviese buscando a mi (dice en voz baja).
- ¿Cómo dices?
- No nada, nada.
- Bueno Lola no me gustaría parecer mal educada pero tengo que irme, ya sabes no se debe romper la cadena de frío de los alimentos.
- Si, por supuesto, nos vemos luego.
- Claro, en los rellanos.


Ya con las bolsas guardadas en el maletero regreso a casa, meto el coche en el garaje y pienso que todavía queda lo peor, subirlas por las escaleras, en momentos como estos mataría por un ascensor.
Tras varios minutos y con los dedos amoratados a causa de las bolsas de plástico llego a la puerta del piso, abro intentando hacer el menor ruido posible por si Yaiza está todavía descansando, no veo a nadie en el salón por lo que supongo que estoy en lo cierto y sigue durmiendo. Llevo las bolsas a la cocina y empiezo a colocar las cosas en su sitio, una vez terminé llegó el momento de poner manos a la obra y preparar el almuerzo, con la poca idea que tengo de cocinar, um... no se yo que preparar, está claro que tiene que ser algo típico de la tierra nada de nouvelle cousine que Yaiza tiene que estar más que harta de tanta comida de posturno, Ya lo tengo!! Una empanada con el lomo que acabo de comprar, será mejor que empiece cuanto antes que se va a despertar la ocupa y me va a coger con las manos en la masa (jejeje, en la masa de la empanada jajaja que ocurrente soy, si es que tengo una chispa que de mayor voy a ser mechero) empecemos por la preparación de la masa, harina, dos huevos, la manteca blanda, un poco de vino blanco, agua, aceite y sal y a reposar una horita, mientras tanto voy poniendo la mesa para hacer un poco de tiempo antes de preparar el relleno. Para el relleno doramos en una sartén con aceite, bien picaditos, ajos, cebolla, jamón, y unos pimientos rojos que tengo y creo que le quedaran genial, pues para adentro también, le añadimos el lomito ya salado lo sofreímos todo junto, agregamos puré de tomate, vino, azafrán y pimienta (lo cierto es que como uso pocas especies para cocinar tenía los botecillos casi sin usar) y lo reducimos hasta que absorba todo el caldo, un olor tremendamente apetecible empieza a invadir el piso y como si del más sonoro de los despertadores se tratase hizo que mi hermana se despertarse de su apacible sueño y viniese a para a la cocina.

- Bon jour.
- Hola, ¿has dormido bien?
- Comme un tronco.
- Me alegro.
- ¿Que est que tu preparas? Huele que alimenta.
- Pues una empanada de lomo de cerdo.
- Um c´est magnifique. La de temps que je ne la comía.
- Pues seguro que menos tiempo que de la última vez que preparé yo una.
- No est posible. ¿a no ser...
- A no ser que sea la primera vez que preparo una y ese es el caso así que no esperes demasiado.
- Sûr que está très buena.
- En caso contrario siempre podemos llamar a un chino para que nos traigan la comida a casa.
- ¿puedo ayudarte?
- Pues si la masa ya subió puedes ir estirándola porque el relleno ya está listo.
- Bon.


Estiramos la masa y la pusimos en un recipiente, vertí el relleno y la tapamos con otra capa de masa pegando los bordes con los dedos, le dimos los retoques finales, unos adornos con la masa sobrante, una pasada con huevo batido y para dentro del horno a unos ciento ochenta grados, esperamos a que se dorase, entonces la sacamos del horno, la cortamos, nos servimos un trozo cada una y fuimos al salón para empezar a comer.

- Como cocinera tengo el deber de ser la primera que pruebe la comida, yo que tu esperaría cinco minutos no vaya a morir intoxicada.
- Serás brute.
- Se dice bruta y si lo soy un poco pero he de decir que la empanada está buenísima, parece mentira que la preparase yo.
- C´est verdad, está très buena.
- Si no te importa voy a encender el televisor, me gusta ver las noticias para estar un poco informada.
- Oui, pon la télévision.
- Por cierto, tenía pensado montarte una fiesta de bienvenida esta noche, ¿te gusta la idea?
- Ya sabes que ne dit jamais que no a una bonne fiesta.
- Así me gusta, pues como esta tarde tengo que ir a comprar unas cosas para el trabajo seguro que me paso por donde está trabajando Garfield, ¿te gustaría venir conmigo?
- Oui, como no voy a saludar a mon meilleur ami.
- Seguro que él también se lleva una alegría al verte, aún el otro día me pregunto si sabía algo de ti.
- ¿et comme le va?
- Ya sabes como es, le va bien pero siempre liándola, ahora trabaja en una tienda que vende todo tipo de cacharros electrónicos.
- Será genial pouvoir visitarlo y... sapristi mon téléphone, excuse moi.


Efectivamente un teléfono móvil empezó a sonar en la habitación, Yaiza salió corriendo para responder a la llamada y entonces pude escuchar como Yaiza le contestaba a alguien en francés pero en ese mismo instante cerró la puerta impidiéndome enterarme de la conversación.
A los diez minutos salió de la habitación, se había cambiado de ropa y la noté un poco nerviosa.

- Te has cambiado, ¿vas a salir?
- Oui.
- Pero no vas a tomar algo de postre, traje yogures y flanes.
- Non, merci. Tengo prisa.
- Quieres que te acerque a algún lado en el coche.
- NON!! (me contestó alterada)
- Vale pero no me pegues (le digo de broma)
- Excuse moi, es un asunto delicado
- Entiendo, si te puedo ayudar solo tienes que pedirlo, ¿lo sabes no?
- Oui, será meilleur deja la fiesta pour otra soir ne se cuanto voy a tardar.
- Vale, llámame si quieres que te recoja más tarde...
- No te preocupes (me dice con una sonrisa en el rostro mientras sale por la puerta dejándome con la palabra en la boca).


No me gusta nada esta situación, se que aquí pasa algo, ¿Por qué no me cuenta cual es el problema? Y esa sonrisa, es la misma que ponía cuando éramos pequeñas y quería ocultarme los problemas para protegerme, lo que sucede es que ahora ya no soy esa niña ingenua que creía que todo iba bien cuando se lo decían sonriendo y mi instinto me dice que se avecina una tempestad, será mejor que vaya tapiando las ventanas...

Y en los próximos capítulos....


- Marva tu padre me ha contratado para que te encuentre.
- No, no quiero saber nada de él.
- Pero ¿Por qué?
- Eso es asunto mío, ¿no habrás aceptado el caso?
- Si.
- Eres, eres una...


- Detective Nit al teléfono.
- Nit, necesito tu ayuda!!!
- Lye, ¿eres tú? ¿Por qué me llamas con número oculto?
- ...
- Lye, LYE!!! Contesta joder.
- Piiiiiiiiiiiii, pi pi pi...



- Alto policía, las manos donde pueda verlas!!
- Tranquilo hombre que soy de los buenos.
- No se mueva!!
- Agente estoy investigando un caso, soy la detective Nit.
- Si y yo soy Colombo. Vamos a tener una charla en comisaría, queda usted detenida, tiene derecho a guardar silencio, todo lo que diga puede se utilizado en su...