martes, 26 de enero de 2010

Guerra, amor y reencuentro. C. II

Capítulo 2

Así que el padre de Marva está vivo, ¿Por qué me habrá mentido al respecto? ¿Qué esconde está familia? ¿Y la falta de contacto con su padre? ¿Por qué la buscará él? ¿Qué querrá averiguar sobre ella? ¿Sabrá que soy amiga de su hija y por eso me ha dado el caso a mí? ¿Debería aceptar el encargo? El tío tiene pinta de estar forrado, ¿En que trabajará?, ¿Cuánto tendrá pensado pagarme? Demasiadas preguntas y todas sin respuesta, será mejor que...

- Detective Nit me está prestando atención, estoy hablando con usted.
- Disculpe señor Mann estaba pensando en el mejor proceso de actuación para este caso. ¿Qué es lo que me estaba diciendo?
- Pues le comentaba que el dinero no es problema, y le proponía entregarle la mitad por adelantado y el resto a medida que me vaya dando información (vuelve a buscar en el maletín y ahora saca un talonario). ¿Dos mil euros le parece bien para empezar?
- Todavía no le he dicho que vaya a aceptar el...
- Tiene razón es muy poco, tres mil euros para ir comenzando con la investigación, creo que es una muy buena oferta.
- Si es muy tentadora, pero la cuestión no es el dinero (no me puedo creer que este rechazando tres mil euros, no he tenido tanta pasta junta en mi vida)
- ¿A no?
- No, es que tengo muy poca información, es posible que me lleve mucho tiempo localizar al sujeto.
- A mi hija.
- Eso quería decir, a la señorita... (extiendo el brazo para hacerme con los papeles de encima de la mesa y busco el nombre como si no me lo supiera de memoria, aunque debo confesar que mi asignatura pendiente sigue siendo el recordar los nombres, a los cinco minutos de la presentación ya no me acuerdo de cómo se llaman y siempre resulta muy embarazoso.), la señorita Marva Mann.
- Se que no dispongo de mucha información pero tenía entendido que ha usted le gustaban los retos.
- Y me gustan, pero lo que quiero decirle es que no le puedo garantizar que vaya a encontrar a su hija y por lo tanto, tampoco obtendría ninguna información.
- Jajaja eres el primer detective que contrato que no se abalanza sobre el dinero nada más verlo encima de la mesa, por no mencionar lo de la garantía de obtener información jejeje. Al final voy a pensar que no quieres aceptar el caso.
- No es eso, solo que...
- Solo que nada, ya se que no hay garantías de que la vayas a encontrar, ni de que obtengas información pero aún así quiero que lo intentes; y quiero que aceptes el dinero para que te sea más fácil conseguirlo, inviértelo para comprar material o para sobornar a alguien, lo que hagas con él me da igual.
- Pues si que lo veo convencido.
- Terminaré encontrando a mi niña y si no lo hace usted lo hará cualquier otro.
- Muy bien, aceptaré el caso si me responde a una pregunta.
- Usted dirá
- ¿Qué quiere exactamente que averigüe sobre ella? Y no me salga con todo lo posible. Necesito saber porque está tan interesado.
- Pues básicamente si está bien, a salvo. En un principio pensé que la habían secuestrado para pedir un rescate, ya que desapareció sin dejar rastro. Ahora sé que se marcho voluntariamente y necesito oír de su boca una explicación. (noto como sus ojos empiezan a llenarse de lágrimas, se agacha a firmar el cheque en un intento de disimular sus emociones).
- ¿Y si ella no quiere hablar con usted? Digo yo que no se escapa nadie de casa así como así, sin ningún motivo importante.
- ¿Me está insinuando algo o directamente me está acusando señorita?
- No lo pretendía, pero debe tener en cuenta que mis principios me prohíben darle información que comprometa la seguridad de cualquier persona y en este caso particular es la señorita Marva la que me preocupa.
- Pero que daño querría hacerle un padre a su hija.
- Cosas más raras se han visto. Así que haremos lo siguiente: primero intento localizarla, averiguar si se encuentra bien e indagar sobre los motivos de su huida, en segundo lugar y una vez obtenida está información se la entrego para finalmente, si su hija acepta, organizarles un encuentro en el que puedan hablar de sus asuntos. Si le gusta bien, sino búsquese a otro que le haga el trabajo.
- Um! (frunce el ceño mientras hace un gesto de desaprobación con la cabeza) Tendré que conformarme, pero si consigue que acepte verme seguro que el importe del pago por sus servicios se incrementará notablemente.
- No se ofenda pero parece que usted lo soluciona todo con dinero.
- Mis años de experiencia me han valido para darme cuenta que el dinero soluciona muchas más cosas de lo que la gente se cree, aunque es cierto que ni compra la felicidad ni la salud te puedo asegurar que ayuda, y mucho, a tener ambas.
- Me lo imagino y creo que tiene toda la razón. ¿Cerramos el trato?
- Si, aquí tiene su cheque, es al portador así que tenga cuidado de no perderlo.
- No se preocupe lo guardaré muy bien. (agarro el cheque y miro la cantidad escrita, nunca por mi mente pasaron imágenes mías con tanto dinero en las manos, me hubiese gustado que fuera en efectivo y en billetes de varias cantidades, la sensación de ver tanto dinero junto tiene que ser impactante, mientras que en un cheque solo ves un trocito de papel que apenas tiene valor real y no pesa nada).
- ¿Todo Ok?
- Si, todo perfecto. ¿Tiene algo más que añadir? ¿alguna pregunta?
- No, además seguiremos en contacto, ya tiene mi teléfono en la memoria de su móvil. (recoge su maletín del suelo y se levanta)
- Se como ponerme en contacto con usted no se preocupe. (lo acompaño hasta la puerta)
- Espero tener buenas noticias pronto.
- No me cabe la menor duda de que tendrá noticias, lo que no le puedo asegurar es que vayan a ser de su agrado.
- Jeje, siempre tan sincera. Adiós señorita Nit.
- Ha sido un placer señor Mann.

Cierro la puerta y me dirijo rápidamente a mi dormitorio, saco del cajón de mi mesa de trabajo el bloc de dibujo y un lápiz con la finalidad de hacer un retrato del “supuesto” padre de Marva, los primeros trazos salen solos, las líneas que configuran su barbilla poco pronunciada, la mandíbula ancha con su piel perfectamente afeitada, las orejas casi cubiertas en su totalidad por un tupido cabello canoso, la frente con sus arrugas de expresión, unas cejas a las que no les sobresale ni un pelo de más, enormes ojos azules que ocupan gran parte del cuadrante superior del rostro, la nariz alargada con un toque aguileño (una de las pocas notables diferencias que le encontré con Marva, ¿será que se ha hecho una rinoplastia?) y los labios, quizás un poco más anchos de lo común pero sin exagerar. No, no me han quedado iguales y ahora donde está la goma para borrarlo, ¡aja! al fondo del cajón, ¡te pille! parece que me tenias miedo. Borro las líneas que forman los labios, siempre tengo problemas para dibujarlos, nunca me salen naturales y no se porqué. Los hago de nuevo pero esta vez sin delimitarlos tanto y difuminándolos un poco, extendiendo el grafito con la punta de los dedos, ahora si tienen un pase. Para terminar, sombreo un poco las mejillas para dar sensación de profundidad y le añado unas arruguitas de expresión en la comisura de boca y ojos. Perfecto ya tengo una imagen que poder enseñar par identificar al señor Mann, ahora que he terminado el retrato me doy cuenta de que es un hombre muy atractivo y pienso que en su juventud debió tener bastante éxito con las mujeres.
De repente me ruge el estomago, miro el reloj y me sorprendo al ver que son las tres y veintidós de la tarde, normal que tenga hambre, si solo he desayunado un café. No se qué prepararme, creo que... me tomaré unos huevos fritos, con mucha yema, sin que se pasen demasiado para poder mojar el pan, y con sus patatitas fritas crujientes a las que se le puede echar un poco de salsa brava ñam ñam, que rico. Está decidido hoy almuerzo unos huevos con patatas fritas.
Voy del dormitorio a la cocina y al pasar por el salón me doy cuenta de que me he olvidado de guardar el cheque, el cual se encuentra todavía en la mesa, inmóvil, impasible, ocupando un espacio mínimo; y pensar que tiene el valor de tres mil euros. Antes de nada decido guardarlo en mi escondite secreto, sabéis eso que dicen que el dinero no crece debajo de las piedras, pues como a mi me gusta romper con las leyes impuestas decidí desmontar está teoría de la naturaleza y lo hice empleando un regalo al que en un principio no le vi mucha utilidad, aunque hoy por hoy es mi cofre del tesoro. Una pequeña caja de madera que le hace la función de soporte a mi basalto, ¿sabéis lo que es un basalto? pues una prismática roca volcánica de color negro verdoso, al parecer compuesta de feldespato y piroxena o augita, lo cierto es que me parece una piedra hermosísima.
Una vez puestas a buen recaudo mis ganancias debajo de la piedra, ahora si que es el momento de cocinar. Me recojo el pelo en una coleta para que no me caiga ninguno mientras preparo la comida, que después fastidia un montón encontrárselo en el plato; y ya no digamos comérselo, que no sería tampoco la primera vez que me pasa y claro, después con que nivel de credibilidad puedo decir yo que no tengo pelos en la lengua. Lo cierto es que no necesito un gato en casa para tener el suelo lleno de pelos, un día de estos va a pasar rodando una bola como esas que salen en las películas del lejano oeste cuando se van a retar los dos vaqueros en un duelo, pues igual, solo que hecha de diferente materia prima.
Pero volvamos al momento preparación del almuerzo aunque lo del duelo tampoco va muy desencaminado, ya lo veréis:
Le echo aceite a la sartén, enciendo el hornillo y la pongo encima. Mientras se calienta el aceite voy cortando las patatas muy finitas para meterlas en la freidora, una vez cortadas les añado un poco de sal y para dentro a freír; el aceite ya chirría en la sartén, es el momento de echar los huevos, los saco de la nevera, los escacho y directos a la sartén, pero... -¡¡OH Dios mío!!, que es esto, serán hijos de la gran madre los huevos, como salpican los muy cabrones, ah que me quemo todos los brazos con el aceite, como quema, como quema, ah, que alguien me alcance un traje ignifugo o un escudo antiexplosivos, pero bueno, joer va a ser mejor que llame a los bomberos y aún por encima se me están chamuscando, a ver como los saco de ahí que no va a haber quien se los coma.- Tras hacerme con una paellera como escudo y con una espumadera como lanza me enfrenté a los temidos huevos fritos, la sangrienta batalla duró segundos, pero a mi parecer fueron interminables horas. No hubo vencedores ni vencidos, solamente heridos que tardarán mucho en recuperarse, tanto física como mentalmente. El campo de batalla era una llanura desolada, no quedaba nada de aquellos parajes hermosos que fueran tan meticulosamente cuidados hace solo unos minutos, ahora solo había destrucción y caos (que se le va a hacer tendré que limpiar otra vez la cocina).
Una vez terminada la batalla e izada la bandera blanca, cogí mi plato y me fui al salón a comer. Enciendo la televisión, es una costumbre que tengo, creo que ya no se comer si no está la caja tonta funcionando, vaya que raro que haya anuncios (es una ironía, lo aclaro porque en mi mente se aprecia el tono irónico pero al transcribirlo a palabras se pierde un poco), hago un poco de zapping, apenas faltan dos minutos para las cuatro y no ponen nada decente en ninguna cadena. Las típicas películas de bajo presupuesto que cubren el espacio televisivo de los domingos por la tarde, ¡espera! en la sexta ponen Padre de Familia y luego Futurama, me encantan estas series, me río un montón con ellas. ¿Qué? Ah, que estáis pensando que soy una infantil porque me gustan los dibujos animados, ya claro, que típico, pues sabéis que os digo, que los que piensan eso es que no están muy bien informados en el tema y os lo puedo demostrar, ya no voy a entrar ni siquiera en el tema hentai, pero si veis series como “Evangelion” o “Kenshin”, las películas de “La Princesa Mononoke” o “La Tumba de las Luciérnagas” os daréis cuenta que no van dirigidas precisamente a un público infantil, además todo el mundo tiene derecho a ver lo que quiera y si le gusta “Tarta de Fresa” también tenemos que entenderlo y respetarlo aunque no lo compartamos, al igual que no conocer a “Hello Kitty” no supone un pecado ni tampoco el fin del mundo.
Confirmado definitivamente, se me va la pinza, si es que alguna vez la tuve y no cuentan las de colgar la ropa, ni las de recoger el pelo, ni las que se utilizan para encender los coches cuando se quedan sin batería que de esas tengo y lamentablemente no funcionan como proveedoras de cordura.
Volvamos en la medida de lo posible a un estado de lucidez, venga Laura que tú puedes, deja la mente en blanco, concéntrate en la respiración, inspira por la nariz hasta que notes como se te llenan los pulmones y se mueve el diafragma, expira por la boca lentamente, inspirar, expirar, inspirar, expirar... mucho mejor así, donde va a parar, más relajada la mente, sin pensamientos absurdos, sin teorías incoherentes, hasta podría dar el pego si parezco una persona normal y todo, incluso me está entrando el apalancamiento, creo que podría echarme un siestecilla en el sofá ahora que ya tengo el estomago lleno.
Toc, Toc, pues parece que no voy a tener un minuto de descanso, ¿Quién llamará ahora a la puerta? Mejor hago como que no estoy, toc, toc:

- Soy yo Carso, ábreme la puerta que tengo noticias frescas

Espero un poco más que seguro que se cansa... “Tini nini ti ni ni, tini nini ti ni ni ♪♪”, mierda el móvil.

- Vamos que estoy escuchando el politono de Tubular Bell de tu móvil, ábreme que se que estas ahí.

A tomar por saco la siesta, me levanto y de paso que voy hacía la entrada llevo el plato de la comida al fregadero, abro la puerta y sin hacer ni una pausa para saludar vuelvo hacia el sofá y me desplomo sobre él:

- Oye maleducada, no saludes siquiera.
- Tío no te quejes tanto que por lo menos te he abierto, anda pasa y cierra la puerta.
- Vaya, no creo que pueda soportar tanto entusiasmo por tu parte.
- Que bien se te da la ironía, ¿has estado practicando?
- No, bueno un poco, pero no te preocupes que tu sigues siendo la profesional.
- Muy interesante si, pero espero que las noticias frescas que me prometías no tengan nada que ver con esto ya que has interrumpido una siesta inminente y hace mucho que no duermo.
- Así que hace mucho que no duermes Eh!! ¿Que harás tú por las noches? ¡¡Guarrilla!! (se sienta a mi lado en el sofá)
- Jajaja guarrilla, ¡cuidado que puedes llegar a ofenderme! Jejeje
- Ya, seguro, no te las des ahora de mojigata que sabes que tengo razón.
- Bueno, pues que me quiten lo bailado. A ver si vas a ser uno de esos hombres que juzgan a las mujeres por no ser unas amas de casa esclavas de sus maridos.
- Eh!! ya sabes que yo apoyo la liberación de la mujer, aunque eso de tener una esclava errrrr.....
- (le asesto una colleja) Plas, deja tu mente perversa a un lado, di adiós a tus fantasías de cuero negro, látigos de siete puntas, cera quemada y cuerdas.
- Au, eso ha dolido, pero como me conoces jejeje. Se nota que tú también piensas en verde.
- Si tenemos que pedirle derechos de autor a Heineken por el lema del anuncio, con un poco de suerte nos hacemos famosos... por ser los idiotas que intentaron sacarle pasta a una marca de cervezas.
- Eso seguro, pero antes de que se te vaya más la pinza te diré lo que venía a contar.
- No te cortes.
- ¿Preparada? Siéntate que es muy fuerte.
- ¡Pero si estoy acostada!
- Ah, eso también puede valer.
- Dale de una vez pesado.
- Pues la noticia es que: ¡Me he enamorado!
- ¿Qué te has enamorado?
- Si
- ¿¿Qué te has enamora??
- Eso he dicho.
- ¡¡¡¡¡¡ ¿Qué te has enamorado? !!!!!
- ¿Tanto te sorprende?
- ¿Sorprenderme?, ¿Sorprenderme de qué?, ¿De que sea la cienmillonésima vez que te has enamorado? Yo te mato, no he podido dormir la siesta por esto, para una vez que me había entrado el sueño. (lo miro con cara de asesina a sueldo)
- Pero es que esta vez es diferente. (me pone ojitos y pucheros para intentar ablandarme el corazoncito, lástima que no tenga porque la táctica buena)
- ¿Diferente?, no fue eso lo mismo que dijiste cuando lo de la cajera del supermercado al que ibas todos los días a comprar solo por verla, de la chica de la tienda de móviles donde cambiaste seis veces de teléfono sin necesitarlo, de la dependienta de la tienda de deportes donde te gastaste el sueldo de un mes en ropa que luego ni usaste, de la profesora de la autoescuela donde repetiste aposta el examen práctico para poder compartir más horas de conversaciones insustanciales en el coche, de la monitora de aeróbic que se te insinuaba con posturitas durante la clase (como si de otra cosa se tratase el aeróbic más que de poner posturitas al ritmo de la música), de la señora de la limpieza de la empresa en la que trabajabas antes, de la maître del restaurante donde cenamos en fin de año, de la madre de Pedrín compañero y amigo nuestro desde párvulos, de la camarera del último local de marcha al que fuimos juntos y si no me falla la memoria, incluso me lo confesaste a mi en una noche de copas y risas.
- Bueno todos cometemos errores y además estaba súper borracho.
- Ya ya, pero al día siguiente me lo repetiste y al siguiente y al siguiente y así durante varias semanas, si estabas borracho todos esos días tendrías que asistir a alcohólicos anónimos para que te echen un cable. Menos mal que finalmente te entró en la cabecita que cuando yo digo que no, es que no.
- Jejeje ya sabes cual es mi lema, “el que la sigue la consigue” aunque en tu caso me tuve que conformar con ser solo amigos.
- Pues eso tío, lo que yo te decía que la próxima vez que estés por una chica no me lo digas hasta el día antes de la boda, solo entonces me creeré que vas en serio.
- Digo yo que por lo menos necesitaras que te avise con una semana de antelación, por si tienes que ir a comprar un vestidito y pedir cita en la peluquería, ya sabes, esas cosas que hacéis las chicas para poneros guapas.
- Una semana jajaja, vestidito y peluquería, me parto contigo. Yo me doy una ducha pillo el primer trapo que me venga a la mano y me planto tal cual en la iglesia, vamos como que me llamo Laura. Además no puedo arreglarme tanto no vaya a ser que el novio se enamore de mí y me lo confiese, AH NO, ¡espera!, que eso ya lo has hecho.
- Y me putearas con ello toda la vida.
- Sí, jejeje.
- Eres mala.
- Y me encanta.
- Ups, perdona un segundo que me está vibrando el móvil en el bolsillo, a ver quien me llama... ¡ES ELLA!, ¿Qué hago? ¿Qué hago? Que nervios, OH dios...
- Pues lo primero cógele el teléfono que se va a cortar.

Se aclara la garganta, pone cara de concentración, da un salto del sofá y contesta a la llamada mientras camina de un lado para otro por el salón:

- Hola guapa. ¿Qué tal?
- Nada importante, ¿Por qué?
- Claro, lo que pasa es que ahora mismo no estoy en casa...
- No mujer, que sí que me apetece.
- Aja, aja.
- Muy bueno jejejeje
- Mira podemos hacer una cosa. Te doy una hora y te paso a recoger por tu casa para invitarte a cenar.
- No era una pregunta, así que no me valen las excusas.
- Jajaja
- Mejor que no te dé tiempo a arreglarte, así no nos podrá pedir derechos de autor Disney por plagiarle una de sus películas.
- Pues cual va a ser, La bella, o sea tu y la bestia que no puede ser otro más que yo.
- Vaya, gracias por el piropo pero a tu lado soy una mera sombra que pasa desapercibida.
- A las diez entonces. No me hagas esperar mucho.
- Ciao bella. (con acento italiano y todo)

Cuelga el teléfono, se para de golpe, suelta un suspiro, se gira hacia mí, me mira con cara de asustado:

- La bella y la bestia de donde has sacado eso, casi me caigo del sofá de la risa.
- ..............................
- Una mera sombra, snif, snif, ya me has hecho llorar de tanto reirme, estarás contento.
- ..............................
- Y esa voz de seductor de telenovela, solo te faltaba el acento sudamericano jejeje.
- ..............................
- Lo más raro de todo es que la chavalica te dijese que sí.
- ..............................
- Hay gente muy rara en el mundo.
- ..............................
- ¿Carso?
- ..............................
- Tío dime algo que me estas asustando.
- Te, ten, te, teng, te, te, te, ten, tengo...
- ¿Tienes?
- Tengo una cita y solo una hora para prepararme. Me marcho. Adiós. Ya nos veremos y te contaré.
- Adi...

Antes de que me diese tiempo de despedirle ya había salido de mi casa como alma que lleva el diablo; aún por encima me deja la puerta abierta, pues nada, a levantarse otra vez del sofá.
Me pongo en pie y con paso calmado me dirijo de nuevo a la entrada del piso, pienso que se me ha pasado toda la tarde mientras hablaba con Carso, por lo menos ahora podré descansar un rato, cierro la puerta y me vuelvo al punto de origen, subo el sonido del televisor para poder escuchar las noticias del telediario: “accidente de tráfico en la A-59 dos utilitarios sufren un choque frontal en el que muere el tripulante de uno de los vehículos implicados y su acompañante resulta herido grave, milagrosamente los cinco miembros de la misma familia que viajaban en el otro coche resultaron ilesos” Ya, milagrosamente leches, lo que pasa es que la familia viajaba en un Mercedes CLK-500 que es un tanque y los pobres de los otros iban en un Renault Twingo que nada tenía que hacer contra el Mercedes...
TOC, TOC, llaman de nuevo a la puerta, pero bueno, otra visita, menudo día más concurrido. TOC, TOC, -Ya va, un segundo-, ¿Quién será a estas horas? Otra vez más abandono mi cómoda postura para poner los pies en el suelo a medida que me siento; y mediante un costoso esfuerzo consigo alzarme mientras se me escapa una especie de gruñido. TOC, TOC, TOC, -que sí, que ya voy- que ímpetu, como siga así va ha echar la puerta abajo, para evitar que esto ocurriera abrí la puerta sin pararme a ojear por la mirilla, algo que siempre se debe hacer por cuestiones de seguridad, entonces una chica pelirroja se abalanza sobre mi para abrazarme dándome un susto de muerte, la separo como puedo y me doy cuenta de que es...

- Bon soir ma petite soeur.
- Yaiza!!! ¿Qué haces aquí?, ¿No estabas trabajando en Francia?, ¿Vienes de vacaciones? y ¿Qué te has hecho en el pelo?
- Lo estaba pero ya no, me vengo a vivir contigo hermanita. (se acerca y me abraza de nuevo mientras me da un beso en la mejilla)
- ¡¡¡Espera!!! Será una broma ¿no?
- N´est pas. Va totalmente en serio (coge unas maletas que tenía cuidadosamente ocultas en el pasillo y se adentra con paso decido en el piso dejándome con la palabra en la boca)
- Eh...
- ¡Ya tienes compañera de piso!

No puede ser, vamos, esto tiene que ser un sueño, claro, me he quedado dormida mientras veía el telediario y estoy teniendo una pesadilla, voy a pellizcarme y seguro que no siento... Au que daño, pues sí que es real, entonces ya puedo ir diciendo adiós a mi tranquilidad y a la libertad de vivir sola pero... ¿Por qué ha vuelto mi hermana de Francia? Y lo más importante ¡¿Quién le ha dado permiso para que se instale en mi casa?! Creo que esto es el inicio de una verdadera historia de miedo y de las buenas, tiembla H. P. Lovecraft, te ha salido competencia, tus novelas de terror al lado de mi futura convivencia serán como cuentos para niños.


CONTINUARA...