martes, 26 de enero de 2010

Guerra, amor y reencuentro. C. II

Capítulo 2

Así que el padre de Marva está vivo, ¿Por qué me habrá mentido al respecto? ¿Qué esconde está familia? ¿Y la falta de contacto con su padre? ¿Por qué la buscará él? ¿Qué querrá averiguar sobre ella? ¿Sabrá que soy amiga de su hija y por eso me ha dado el caso a mí? ¿Debería aceptar el encargo? El tío tiene pinta de estar forrado, ¿En que trabajará?, ¿Cuánto tendrá pensado pagarme? Demasiadas preguntas y todas sin respuesta, será mejor que...

- Detective Nit me está prestando atención, estoy hablando con usted.
- Disculpe señor Mann estaba pensando en el mejor proceso de actuación para este caso. ¿Qué es lo que me estaba diciendo?
- Pues le comentaba que el dinero no es problema, y le proponía entregarle la mitad por adelantado y el resto a medida que me vaya dando información (vuelve a buscar en el maletín y ahora saca un talonario). ¿Dos mil euros le parece bien para empezar?
- Todavía no le he dicho que vaya a aceptar el...
- Tiene razón es muy poco, tres mil euros para ir comenzando con la investigación, creo que es una muy buena oferta.
- Si es muy tentadora, pero la cuestión no es el dinero (no me puedo creer que este rechazando tres mil euros, no he tenido tanta pasta junta en mi vida)
- ¿A no?
- No, es que tengo muy poca información, es posible que me lleve mucho tiempo localizar al sujeto.
- A mi hija.
- Eso quería decir, a la señorita... (extiendo el brazo para hacerme con los papeles de encima de la mesa y busco el nombre como si no me lo supiera de memoria, aunque debo confesar que mi asignatura pendiente sigue siendo el recordar los nombres, a los cinco minutos de la presentación ya no me acuerdo de cómo se llaman y siempre resulta muy embarazoso.), la señorita Marva Mann.
- Se que no dispongo de mucha información pero tenía entendido que ha usted le gustaban los retos.
- Y me gustan, pero lo que quiero decirle es que no le puedo garantizar que vaya a encontrar a su hija y por lo tanto, tampoco obtendría ninguna información.
- Jajaja eres el primer detective que contrato que no se abalanza sobre el dinero nada más verlo encima de la mesa, por no mencionar lo de la garantía de obtener información jejeje. Al final voy a pensar que no quieres aceptar el caso.
- No es eso, solo que...
- Solo que nada, ya se que no hay garantías de que la vayas a encontrar, ni de que obtengas información pero aún así quiero que lo intentes; y quiero que aceptes el dinero para que te sea más fácil conseguirlo, inviértelo para comprar material o para sobornar a alguien, lo que hagas con él me da igual.
- Pues si que lo veo convencido.
- Terminaré encontrando a mi niña y si no lo hace usted lo hará cualquier otro.
- Muy bien, aceptaré el caso si me responde a una pregunta.
- Usted dirá
- ¿Qué quiere exactamente que averigüe sobre ella? Y no me salga con todo lo posible. Necesito saber porque está tan interesado.
- Pues básicamente si está bien, a salvo. En un principio pensé que la habían secuestrado para pedir un rescate, ya que desapareció sin dejar rastro. Ahora sé que se marcho voluntariamente y necesito oír de su boca una explicación. (noto como sus ojos empiezan a llenarse de lágrimas, se agacha a firmar el cheque en un intento de disimular sus emociones).
- ¿Y si ella no quiere hablar con usted? Digo yo que no se escapa nadie de casa así como así, sin ningún motivo importante.
- ¿Me está insinuando algo o directamente me está acusando señorita?
- No lo pretendía, pero debe tener en cuenta que mis principios me prohíben darle información que comprometa la seguridad de cualquier persona y en este caso particular es la señorita Marva la que me preocupa.
- Pero que daño querría hacerle un padre a su hija.
- Cosas más raras se han visto. Así que haremos lo siguiente: primero intento localizarla, averiguar si se encuentra bien e indagar sobre los motivos de su huida, en segundo lugar y una vez obtenida está información se la entrego para finalmente, si su hija acepta, organizarles un encuentro en el que puedan hablar de sus asuntos. Si le gusta bien, sino búsquese a otro que le haga el trabajo.
- Um! (frunce el ceño mientras hace un gesto de desaprobación con la cabeza) Tendré que conformarme, pero si consigue que acepte verme seguro que el importe del pago por sus servicios se incrementará notablemente.
- No se ofenda pero parece que usted lo soluciona todo con dinero.
- Mis años de experiencia me han valido para darme cuenta que el dinero soluciona muchas más cosas de lo que la gente se cree, aunque es cierto que ni compra la felicidad ni la salud te puedo asegurar que ayuda, y mucho, a tener ambas.
- Me lo imagino y creo que tiene toda la razón. ¿Cerramos el trato?
- Si, aquí tiene su cheque, es al portador así que tenga cuidado de no perderlo.
- No se preocupe lo guardaré muy bien. (agarro el cheque y miro la cantidad escrita, nunca por mi mente pasaron imágenes mías con tanto dinero en las manos, me hubiese gustado que fuera en efectivo y en billetes de varias cantidades, la sensación de ver tanto dinero junto tiene que ser impactante, mientras que en un cheque solo ves un trocito de papel que apenas tiene valor real y no pesa nada).
- ¿Todo Ok?
- Si, todo perfecto. ¿Tiene algo más que añadir? ¿alguna pregunta?
- No, además seguiremos en contacto, ya tiene mi teléfono en la memoria de su móvil. (recoge su maletín del suelo y se levanta)
- Se como ponerme en contacto con usted no se preocupe. (lo acompaño hasta la puerta)
- Espero tener buenas noticias pronto.
- No me cabe la menor duda de que tendrá noticias, lo que no le puedo asegurar es que vayan a ser de su agrado.
- Jeje, siempre tan sincera. Adiós señorita Nit.
- Ha sido un placer señor Mann.

Cierro la puerta y me dirijo rápidamente a mi dormitorio, saco del cajón de mi mesa de trabajo el bloc de dibujo y un lápiz con la finalidad de hacer un retrato del “supuesto” padre de Marva, los primeros trazos salen solos, las líneas que configuran su barbilla poco pronunciada, la mandíbula ancha con su piel perfectamente afeitada, las orejas casi cubiertas en su totalidad por un tupido cabello canoso, la frente con sus arrugas de expresión, unas cejas a las que no les sobresale ni un pelo de más, enormes ojos azules que ocupan gran parte del cuadrante superior del rostro, la nariz alargada con un toque aguileño (una de las pocas notables diferencias que le encontré con Marva, ¿será que se ha hecho una rinoplastia?) y los labios, quizás un poco más anchos de lo común pero sin exagerar. No, no me han quedado iguales y ahora donde está la goma para borrarlo, ¡aja! al fondo del cajón, ¡te pille! parece que me tenias miedo. Borro las líneas que forman los labios, siempre tengo problemas para dibujarlos, nunca me salen naturales y no se porqué. Los hago de nuevo pero esta vez sin delimitarlos tanto y difuminándolos un poco, extendiendo el grafito con la punta de los dedos, ahora si tienen un pase. Para terminar, sombreo un poco las mejillas para dar sensación de profundidad y le añado unas arruguitas de expresión en la comisura de boca y ojos. Perfecto ya tengo una imagen que poder enseñar par identificar al señor Mann, ahora que he terminado el retrato me doy cuenta de que es un hombre muy atractivo y pienso que en su juventud debió tener bastante éxito con las mujeres.
De repente me ruge el estomago, miro el reloj y me sorprendo al ver que son las tres y veintidós de la tarde, normal que tenga hambre, si solo he desayunado un café. No se qué prepararme, creo que... me tomaré unos huevos fritos, con mucha yema, sin que se pasen demasiado para poder mojar el pan, y con sus patatitas fritas crujientes a las que se le puede echar un poco de salsa brava ñam ñam, que rico. Está decidido hoy almuerzo unos huevos con patatas fritas.
Voy del dormitorio a la cocina y al pasar por el salón me doy cuenta de que me he olvidado de guardar el cheque, el cual se encuentra todavía en la mesa, inmóvil, impasible, ocupando un espacio mínimo; y pensar que tiene el valor de tres mil euros. Antes de nada decido guardarlo en mi escondite secreto, sabéis eso que dicen que el dinero no crece debajo de las piedras, pues como a mi me gusta romper con las leyes impuestas decidí desmontar está teoría de la naturaleza y lo hice empleando un regalo al que en un principio no le vi mucha utilidad, aunque hoy por hoy es mi cofre del tesoro. Una pequeña caja de madera que le hace la función de soporte a mi basalto, ¿sabéis lo que es un basalto? pues una prismática roca volcánica de color negro verdoso, al parecer compuesta de feldespato y piroxena o augita, lo cierto es que me parece una piedra hermosísima.
Una vez puestas a buen recaudo mis ganancias debajo de la piedra, ahora si que es el momento de cocinar. Me recojo el pelo en una coleta para que no me caiga ninguno mientras preparo la comida, que después fastidia un montón encontrárselo en el plato; y ya no digamos comérselo, que no sería tampoco la primera vez que me pasa y claro, después con que nivel de credibilidad puedo decir yo que no tengo pelos en la lengua. Lo cierto es que no necesito un gato en casa para tener el suelo lleno de pelos, un día de estos va a pasar rodando una bola como esas que salen en las películas del lejano oeste cuando se van a retar los dos vaqueros en un duelo, pues igual, solo que hecha de diferente materia prima.
Pero volvamos al momento preparación del almuerzo aunque lo del duelo tampoco va muy desencaminado, ya lo veréis:
Le echo aceite a la sartén, enciendo el hornillo y la pongo encima. Mientras se calienta el aceite voy cortando las patatas muy finitas para meterlas en la freidora, una vez cortadas les añado un poco de sal y para dentro a freír; el aceite ya chirría en la sartén, es el momento de echar los huevos, los saco de la nevera, los escacho y directos a la sartén, pero... -¡¡OH Dios mío!!, que es esto, serán hijos de la gran madre los huevos, como salpican los muy cabrones, ah que me quemo todos los brazos con el aceite, como quema, como quema, ah, que alguien me alcance un traje ignifugo o un escudo antiexplosivos, pero bueno, joer va a ser mejor que llame a los bomberos y aún por encima se me están chamuscando, a ver como los saco de ahí que no va a haber quien se los coma.- Tras hacerme con una paellera como escudo y con una espumadera como lanza me enfrenté a los temidos huevos fritos, la sangrienta batalla duró segundos, pero a mi parecer fueron interminables horas. No hubo vencedores ni vencidos, solamente heridos que tardarán mucho en recuperarse, tanto física como mentalmente. El campo de batalla era una llanura desolada, no quedaba nada de aquellos parajes hermosos que fueran tan meticulosamente cuidados hace solo unos minutos, ahora solo había destrucción y caos (que se le va a hacer tendré que limpiar otra vez la cocina).
Una vez terminada la batalla e izada la bandera blanca, cogí mi plato y me fui al salón a comer. Enciendo la televisión, es una costumbre que tengo, creo que ya no se comer si no está la caja tonta funcionando, vaya que raro que haya anuncios (es una ironía, lo aclaro porque en mi mente se aprecia el tono irónico pero al transcribirlo a palabras se pierde un poco), hago un poco de zapping, apenas faltan dos minutos para las cuatro y no ponen nada decente en ninguna cadena. Las típicas películas de bajo presupuesto que cubren el espacio televisivo de los domingos por la tarde, ¡espera! en la sexta ponen Padre de Familia y luego Futurama, me encantan estas series, me río un montón con ellas. ¿Qué? Ah, que estáis pensando que soy una infantil porque me gustan los dibujos animados, ya claro, que típico, pues sabéis que os digo, que los que piensan eso es que no están muy bien informados en el tema y os lo puedo demostrar, ya no voy a entrar ni siquiera en el tema hentai, pero si veis series como “Evangelion” o “Kenshin”, las películas de “La Princesa Mononoke” o “La Tumba de las Luciérnagas” os daréis cuenta que no van dirigidas precisamente a un público infantil, además todo el mundo tiene derecho a ver lo que quiera y si le gusta “Tarta de Fresa” también tenemos que entenderlo y respetarlo aunque no lo compartamos, al igual que no conocer a “Hello Kitty” no supone un pecado ni tampoco el fin del mundo.
Confirmado definitivamente, se me va la pinza, si es que alguna vez la tuve y no cuentan las de colgar la ropa, ni las de recoger el pelo, ni las que se utilizan para encender los coches cuando se quedan sin batería que de esas tengo y lamentablemente no funcionan como proveedoras de cordura.
Volvamos en la medida de lo posible a un estado de lucidez, venga Laura que tú puedes, deja la mente en blanco, concéntrate en la respiración, inspira por la nariz hasta que notes como se te llenan los pulmones y se mueve el diafragma, expira por la boca lentamente, inspirar, expirar, inspirar, expirar... mucho mejor así, donde va a parar, más relajada la mente, sin pensamientos absurdos, sin teorías incoherentes, hasta podría dar el pego si parezco una persona normal y todo, incluso me está entrando el apalancamiento, creo que podría echarme un siestecilla en el sofá ahora que ya tengo el estomago lleno.
Toc, Toc, pues parece que no voy a tener un minuto de descanso, ¿Quién llamará ahora a la puerta? Mejor hago como que no estoy, toc, toc:

- Soy yo Carso, ábreme la puerta que tengo noticias frescas

Espero un poco más que seguro que se cansa... “Tini nini ti ni ni, tini nini ti ni ni ♪♪”, mierda el móvil.

- Vamos que estoy escuchando el politono de Tubular Bell de tu móvil, ábreme que se que estas ahí.

A tomar por saco la siesta, me levanto y de paso que voy hacía la entrada llevo el plato de la comida al fregadero, abro la puerta y sin hacer ni una pausa para saludar vuelvo hacia el sofá y me desplomo sobre él:

- Oye maleducada, no saludes siquiera.
- Tío no te quejes tanto que por lo menos te he abierto, anda pasa y cierra la puerta.
- Vaya, no creo que pueda soportar tanto entusiasmo por tu parte.
- Que bien se te da la ironía, ¿has estado practicando?
- No, bueno un poco, pero no te preocupes que tu sigues siendo la profesional.
- Muy interesante si, pero espero que las noticias frescas que me prometías no tengan nada que ver con esto ya que has interrumpido una siesta inminente y hace mucho que no duermo.
- Así que hace mucho que no duermes Eh!! ¿Que harás tú por las noches? ¡¡Guarrilla!! (se sienta a mi lado en el sofá)
- Jajaja guarrilla, ¡cuidado que puedes llegar a ofenderme! Jejeje
- Ya, seguro, no te las des ahora de mojigata que sabes que tengo razón.
- Bueno, pues que me quiten lo bailado. A ver si vas a ser uno de esos hombres que juzgan a las mujeres por no ser unas amas de casa esclavas de sus maridos.
- Eh!! ya sabes que yo apoyo la liberación de la mujer, aunque eso de tener una esclava errrrr.....
- (le asesto una colleja) Plas, deja tu mente perversa a un lado, di adiós a tus fantasías de cuero negro, látigos de siete puntas, cera quemada y cuerdas.
- Au, eso ha dolido, pero como me conoces jejeje. Se nota que tú también piensas en verde.
- Si tenemos que pedirle derechos de autor a Heineken por el lema del anuncio, con un poco de suerte nos hacemos famosos... por ser los idiotas que intentaron sacarle pasta a una marca de cervezas.
- Eso seguro, pero antes de que se te vaya más la pinza te diré lo que venía a contar.
- No te cortes.
- ¿Preparada? Siéntate que es muy fuerte.
- ¡Pero si estoy acostada!
- Ah, eso también puede valer.
- Dale de una vez pesado.
- Pues la noticia es que: ¡Me he enamorado!
- ¿Qué te has enamorado?
- Si
- ¿¿Qué te has enamora??
- Eso he dicho.
- ¡¡¡¡¡¡ ¿Qué te has enamorado? !!!!!
- ¿Tanto te sorprende?
- ¿Sorprenderme?, ¿Sorprenderme de qué?, ¿De que sea la cienmillonésima vez que te has enamorado? Yo te mato, no he podido dormir la siesta por esto, para una vez que me había entrado el sueño. (lo miro con cara de asesina a sueldo)
- Pero es que esta vez es diferente. (me pone ojitos y pucheros para intentar ablandarme el corazoncito, lástima que no tenga porque la táctica buena)
- ¿Diferente?, no fue eso lo mismo que dijiste cuando lo de la cajera del supermercado al que ibas todos los días a comprar solo por verla, de la chica de la tienda de móviles donde cambiaste seis veces de teléfono sin necesitarlo, de la dependienta de la tienda de deportes donde te gastaste el sueldo de un mes en ropa que luego ni usaste, de la profesora de la autoescuela donde repetiste aposta el examen práctico para poder compartir más horas de conversaciones insustanciales en el coche, de la monitora de aeróbic que se te insinuaba con posturitas durante la clase (como si de otra cosa se tratase el aeróbic más que de poner posturitas al ritmo de la música), de la señora de la limpieza de la empresa en la que trabajabas antes, de la maître del restaurante donde cenamos en fin de año, de la madre de Pedrín compañero y amigo nuestro desde párvulos, de la camarera del último local de marcha al que fuimos juntos y si no me falla la memoria, incluso me lo confesaste a mi en una noche de copas y risas.
- Bueno todos cometemos errores y además estaba súper borracho.
- Ya ya, pero al día siguiente me lo repetiste y al siguiente y al siguiente y así durante varias semanas, si estabas borracho todos esos días tendrías que asistir a alcohólicos anónimos para que te echen un cable. Menos mal que finalmente te entró en la cabecita que cuando yo digo que no, es que no.
- Jejeje ya sabes cual es mi lema, “el que la sigue la consigue” aunque en tu caso me tuve que conformar con ser solo amigos.
- Pues eso tío, lo que yo te decía que la próxima vez que estés por una chica no me lo digas hasta el día antes de la boda, solo entonces me creeré que vas en serio.
- Digo yo que por lo menos necesitaras que te avise con una semana de antelación, por si tienes que ir a comprar un vestidito y pedir cita en la peluquería, ya sabes, esas cosas que hacéis las chicas para poneros guapas.
- Una semana jajaja, vestidito y peluquería, me parto contigo. Yo me doy una ducha pillo el primer trapo que me venga a la mano y me planto tal cual en la iglesia, vamos como que me llamo Laura. Además no puedo arreglarme tanto no vaya a ser que el novio se enamore de mí y me lo confiese, AH NO, ¡espera!, que eso ya lo has hecho.
- Y me putearas con ello toda la vida.
- Sí, jejeje.
- Eres mala.
- Y me encanta.
- Ups, perdona un segundo que me está vibrando el móvil en el bolsillo, a ver quien me llama... ¡ES ELLA!, ¿Qué hago? ¿Qué hago? Que nervios, OH dios...
- Pues lo primero cógele el teléfono que se va a cortar.

Se aclara la garganta, pone cara de concentración, da un salto del sofá y contesta a la llamada mientras camina de un lado para otro por el salón:

- Hola guapa. ¿Qué tal?
- Nada importante, ¿Por qué?
- Claro, lo que pasa es que ahora mismo no estoy en casa...
- No mujer, que sí que me apetece.
- Aja, aja.
- Muy bueno jejejeje
- Mira podemos hacer una cosa. Te doy una hora y te paso a recoger por tu casa para invitarte a cenar.
- No era una pregunta, así que no me valen las excusas.
- Jajaja
- Mejor que no te dé tiempo a arreglarte, así no nos podrá pedir derechos de autor Disney por plagiarle una de sus películas.
- Pues cual va a ser, La bella, o sea tu y la bestia que no puede ser otro más que yo.
- Vaya, gracias por el piropo pero a tu lado soy una mera sombra que pasa desapercibida.
- A las diez entonces. No me hagas esperar mucho.
- Ciao bella. (con acento italiano y todo)

Cuelga el teléfono, se para de golpe, suelta un suspiro, se gira hacia mí, me mira con cara de asustado:

- La bella y la bestia de donde has sacado eso, casi me caigo del sofá de la risa.
- ..............................
- Una mera sombra, snif, snif, ya me has hecho llorar de tanto reirme, estarás contento.
- ..............................
- Y esa voz de seductor de telenovela, solo te faltaba el acento sudamericano jejeje.
- ..............................
- Lo más raro de todo es que la chavalica te dijese que sí.
- ..............................
- Hay gente muy rara en el mundo.
- ..............................
- ¿Carso?
- ..............................
- Tío dime algo que me estas asustando.
- Te, ten, te, teng, te, te, te, ten, tengo...
- ¿Tienes?
- Tengo una cita y solo una hora para prepararme. Me marcho. Adiós. Ya nos veremos y te contaré.
- Adi...

Antes de que me diese tiempo de despedirle ya había salido de mi casa como alma que lleva el diablo; aún por encima me deja la puerta abierta, pues nada, a levantarse otra vez del sofá.
Me pongo en pie y con paso calmado me dirijo de nuevo a la entrada del piso, pienso que se me ha pasado toda la tarde mientras hablaba con Carso, por lo menos ahora podré descansar un rato, cierro la puerta y me vuelvo al punto de origen, subo el sonido del televisor para poder escuchar las noticias del telediario: “accidente de tráfico en la A-59 dos utilitarios sufren un choque frontal en el que muere el tripulante de uno de los vehículos implicados y su acompañante resulta herido grave, milagrosamente los cinco miembros de la misma familia que viajaban en el otro coche resultaron ilesos” Ya, milagrosamente leches, lo que pasa es que la familia viajaba en un Mercedes CLK-500 que es un tanque y los pobres de los otros iban en un Renault Twingo que nada tenía que hacer contra el Mercedes...
TOC, TOC, llaman de nuevo a la puerta, pero bueno, otra visita, menudo día más concurrido. TOC, TOC, -Ya va, un segundo-, ¿Quién será a estas horas? Otra vez más abandono mi cómoda postura para poner los pies en el suelo a medida que me siento; y mediante un costoso esfuerzo consigo alzarme mientras se me escapa una especie de gruñido. TOC, TOC, TOC, -que sí, que ya voy- que ímpetu, como siga así va ha echar la puerta abajo, para evitar que esto ocurriera abrí la puerta sin pararme a ojear por la mirilla, algo que siempre se debe hacer por cuestiones de seguridad, entonces una chica pelirroja se abalanza sobre mi para abrazarme dándome un susto de muerte, la separo como puedo y me doy cuenta de que es...

- Bon soir ma petite soeur.
- Yaiza!!! ¿Qué haces aquí?, ¿No estabas trabajando en Francia?, ¿Vienes de vacaciones? y ¿Qué te has hecho en el pelo?
- Lo estaba pero ya no, me vengo a vivir contigo hermanita. (se acerca y me abraza de nuevo mientras me da un beso en la mejilla)
- ¡¡¡Espera!!! Será una broma ¿no?
- N´est pas. Va totalmente en serio (coge unas maletas que tenía cuidadosamente ocultas en el pasillo y se adentra con paso decido en el piso dejándome con la palabra en la boca)
- Eh...
- ¡Ya tienes compañera de piso!

No puede ser, vamos, esto tiene que ser un sueño, claro, me he quedado dormida mientras veía el telediario y estoy teniendo una pesadilla, voy a pellizcarme y seguro que no siento... Au que daño, pues sí que es real, entonces ya puedo ir diciendo adiós a mi tranquilidad y a la libertad de vivir sola pero... ¿Por qué ha vuelto mi hermana de Francia? Y lo más importante ¡¿Quién le ha dado permiso para que se instale en mi casa?! Creo que esto es el inicio de una verdadera historia de miedo y de las buenas, tiembla H. P. Lovecraft, te ha salido competencia, tus novelas de terror al lado de mi futura convivencia serán como cuentos para niños.


CONTINUARA...

lunes, 11 de enero de 2010

De Cazadora de Infidelidades a Detective.

CAPÍTULO 1



Una mañana más de un mes sin ninguna importancia, otro día caluroso de invierno, más propio de un país tropical que de la siempre lluviosa Galicia. El sol que entra por la ventana iluminando todo el piso me descubre otra vez con los ojos abiertos, es tanta la claridad que emanan sus rayos que me cuesta mantenerlos así y los cierro un instante.
¿Dónde han quedado los días grises? Esos en los que los paraguas hacen que la muchedumbre parezca un enorme monstruo; un ser poseído por la rutina, el tiempo cronometrado, el estrés de las grandes ciudades, un animal domesticado compuesto por insignificantes individuos que luchan por llegar a sus puestos de trabajos a tiempo, rezando porque no sea ese el día en que al jefe se le de por estar puntual en su despacho. No son más que un recuerdo en la memoria de unos pocos, valientes guerreros que se aferran por seguir ejercitando su cerebro luchando contra todas esas formas de evadirse de la realidad que nos venden los medios de comunicación a cada minuto, juventud, belleza, sexo, sexo y más sexo.
Aparto de mi mente de estos razonamientos y pienso que el insomnio es el mejor aliado a la hora de crear una teoría.
¿Cuánto puede aguantar un ser humano sin dormir? Me asalta la pregunta mientras cojo un vaso de la estantería, ¿puede uno volverse loco si su cerebro no descansa?, el café y el azúcar al lado de la nevera, ¿estaré loca?, magnifico no queda leche y ahora que tomo para desayunar, mejor bajo a la cafetería. Me visto sin prisa, el tiempo se convierte en algo completamente relativo cuando vives las veinticuatro horas del día despierta, miro a mi alrededor y me doy cuenta de que el piso esta hecho realmente una pocilga, ropa sucia encima de la cama, restos de comida de la cena del día anterior sobre la mesa de trabajo, los documentos de mi último caso esparcidos por todo el suelo del salón y una pila de sartenes sucias en el fregadero, menudo desastre, será mejor que luego lo organice todo un poco pienso mientras fecho la puerta con llave, se escucha el seguro al cerrarse y entonces inicio la cuenta atrás, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno y…

-Buenos días Laura, ¿has madrugado mucho hoy?
-Hola señora Martínez. ¿Qué tal se encuentra?
-Cuantas veces tengo que decirte que me llames Lola; y no me trates de usted que me hace sentir mayor.
-Disculpa Lola, es la costumbre, bueno me voy que tengo un día duro de trabajo.
-Espera un segundo, todavía no me has dado una respuesta.
-¿Una respuesta?, ¿a qué?
-Que cabecita la tuya, a la cena en mi casa, ya sabes, con presentación incluida.
-Se me había olvidado, tendré que ver la agenda y hacer un hueco.
-Tienes que dejar un poco de lado el trabajo de vez en cuando y hacer más vida social, que te vas a quedar para vestir santos jejeje.
-¡Pero si yo tengo una vida social muy concurrida!
-Claro, lo que tú digas chiquilla, piénsatelo y de paso te presento a mi hijo que también está soltero y por lo que se hace mucho que no pasa un hombre por tu casa.
-Lola. ¡Hasta luego! (me escapo dejándola con la palabra en la boca).
-Bueno pues dame una respuesta pronto (me grita Lola mientras me voy alejando con paso acelerado para que no me siga).

Mi vecina, la señora Martínez siempre tan apropiada en sus comentarios, pero a la muy cotilla no le falta razón en lo que dice, si necesitas una fuente de fiar para conocer los trapos sucios de cualquier vecino Lola es la persona con quien tienes que hablar. En más de un ocasión me ha ayudado a resolver un encargo.
Por cierto me dedico a la investigación, a mi me gusta decir que soy una cazadora de infidelidades, me contrata uno de los miembros de la pareja para espiar al otro y descubrir si le está engañando. ¿Os resulta penosa la falta de confianza que pueden tener algunas personas? pues lo peor de todo es que en el 95% de los casos que llevo el cliente tiene razón y su pareja tiene una aventura, el 5% restante simplemente se reúne con los colegas a escondidas para despotricar de su vida matrimonial, tomarse unas cañas e intentar ligar con cualquier chica medianamente guapa que se les pase por delante mientras salen de fiesta; y recalco lo de intentar porque muy pocos consiguen derribar la presa, con estas estadísticas quien se anima a tener una relación formal, yo está clarísimo que no; y si alguien tiene dudas que se lo pregunte a Doña Cotilla, que lleva una cuenta perfecta de los hombres que pasan por mi puerta.
Bajo por las escaleras mientras se escuchan gritos en el quinto A, parece una discusión muy acalorada, lo cierto es que no me sorprende, todos los días se escucha algún ruido en este piso, cuando no son insultos son portazos y si no pues una buena borrachera que termina en una pelea de pareja, un día de estos saldrá en las noticias: “otra victima de la violencia de genero, hombre mata a su esposa asestándole tres puñaladas en el pecho con el cuchillo del pan” y entrevistarán a los vecinos que seguramente dirán que no se lo esperaban, que eran una pareja normal, muy educados y cariñosos, vamos que los pilló totalmente por sorpresa. Toda una sarta de mentiras que les hará sentir mejor, apaciguando su sentimiento de culpa por no haber hecho algo antes. ¡¡Eh!! Que se lo que estáis pensando y yo ya le ofrecí mi ayuda a la muchacha pero me contesto que me metiera en mis asuntos, bueno no fueron exactamente esas sus palabras pero suprimí los tacos y las amenazas para no herir la sensibilidad de algunos lectores, el caso es que por lo menos lo intenté y no me quedé con los brazos cruzados.
Continúo bajando las escaleras, es lo que tiene vivir en un séptimo piso sin ascensor, tardas más de tres minutos en bajar al portal y aunque parezca mentira durante este breve periodo de tiempo pueden transcurrir un montón de sucesos, sino que le pregunten a los eyaculadores precoces.
Nada más poner un pie en la calle una corriente de aire caliente atraviesa mi cuerpo y siento como mis pulmones se van calentando a medida que se llenan, ¿Cuántos grados tendremos esta mañana? Camino con paso ligero para llegar lo antes posible a la cafetería de la esquina, me voy cruzando con la gente, haciendo trazados imposibles para evitar chocarme con ellos. Parece mentira, es que la gente no se puede quedar en casa durmiendo tranquilamente, que es Domingo, se supone que la peña no tiene que madrugar pero parece que el buen tiempo hace que deseen aprovechar al máximo su día de descanso. Tras varios zigzag, un choque de hombro y un salto de longitud para esquivar la cagada de un perro llego a la puerta de la cafetería. Procedo a abrirla muy lentamente y mientras que va saliendo todo el humo de los fumadores, aquellos que se toman su desayuno con triple ración de nicotina en los pulmones, pero con zumo de naranja natural recién exprimido que el artificial tiene conservantes y son malísimos para la salud.
Por un momento me veo como si me enfocase una cámara en tercera persona, como si mi alma se escapase de mi cuerpo y desde lo alto echase un mirada a mí ser inmóvil, entonces me siento como la protagonista de una película de terror, rodeada de una espesa niebla y escuchando murmullos indescifrables que parecen cánticos de una secta satánica. Una vez disipada la nube de humo y terminado el trance de mi alma entro en el local, como siempre a estas horas de la mañana se encuentra detrás de la barra Marva.
Marva es una de esas personas que no dejan indiferente a nadie que la conozca o tenga la suerte de cruzarse con ella, una chica de las que a medida que van caminando por la calle consiguen que te gires a echarle un último vistazo solo para comprobar si es real o tu visión te la ha jugado. Lo peor, que cuando la miras por segunda vez te das cuenta de que todavía es más impresionante de lo que te había parecido, una rubia de metro setenta y seis de estatura con unas curvas perfectamente colocadas a las que solo le faltan las señales de limite de velocidad o la indicación de “curvas peligrosas”, lo cierto es que más de uno se ha llevado un buen leñazo por intentar trazarlas con demasiada prisa (seguro que sabéis a lo que me estoy refiriendo, como dice el refranero español: piensa mal y acertarás) y luego llega el momento de las cortas distancias.
Nada más acercarte te sorprende su aroma, un perfume exquisito, mezcla perfecta entre flores silvestres, agua fresca y algún otro componente que todavía no he sido capaz de identificar; una vez acostumbrado el olfato son tus ojos los que se llevan la siguiente sorpresa, se dan cuenta de que están siendo mirados fijamente, casi atacados por unas pupilas rodeadas de un iris que a veces es color azul cristalino y otras tiende a un tono grisáceo; nunca visto por mi parte en otro ser humano, no se, me recuerdan al mar y al igual que este cambian de color por diferentes factores, lo que me ha permitido después de varios años conocer cual es el estado emocional de Marva con solo mirarla un segundo, aunque he de deciros que el color es lo de menos, lo realmente inquietante es la mirada en si misma, te da la impresión de que puede leerte el pensamiento, descubriendo cualquier mentira que le quieras hacer creer y muchas veces es así, ya que ambas compartimos el gusto por el estudio del lenguaje no verbal, consiguiendo con éxito un esplendido dominio de la lectura del idioma corporal, en mi caso requerimiento imprescindible para desarrollar muchos de los encargos realizados por mis clientes y en el suyo un mero entretenimiento.
Bueno, una vez hechas las presentaciones creo que es el momento oportuno de seguir con la historia; y si mi memoria no me falla estábamos justo cuando me adentro en la cafetería y me dirijo a la barra a pedir; mientras cruzo el local me voy fijando en las personas que se encuentran en su interior, en la mesa de la entrada un caballero de unos cincuenta y ocho años se está fumando un puro mientras lee el periódico, en la mesa contigua un grupo de cinco amigos, chavales de veinte pocos se toman el café mientras cuentan las anécdotas de la noche anterior, la de la ventana está ocupada por dos mujeres de un gran parecido físico por lo que supongo que serán hermanas o a lo menos familiares, la última mesa ocupada, la del fondo, sirve de nidito de amor a una pareja acaramelada que parecen vivir ajenos al mundo que les rodea. Los cinco taburetes de la barra se encuentran ocupados todos por hombres de una media de edad de unos treinta años, me llama especialmente la atención uno que va vestido de traje y corbata, parece tener prisa y lo demuestra mediante su obsesión por ver el reloj que lleva el la muñeca, un rolex de oro diría yo aunque la lejanía no me permite confirmarlo al cien por cien, como mínimo dirigió su mirada seis veces al complemento de su muñeca en menos de diez segundos. Apuró un último sorbo a su taza de café, le hizo una seña a Marva para que le cobrase y dejó el euro cincuenta que cuesta encima de la barra para no perder ni un solo segundo en su apresurada marcha.
Aprovecho el taburete vacío para tomar asiento, en mi caso de una manera más calmada que su huésped anterior. Mientras espero que Marva me atienda me entretengo leyendo el periódico, como siempre y por no variar la primera página tiene por portada una tragedia a todo color, prefiero no hacerle caso y como de costumbre voy directamente a la sección de las necrológicas, parece que no ha muerto ningún conocido, mejor que no soporto los funerales. Sigo pasando las hojas mirando los titulares de las noticias esperando a ver si alguna me llama la atención, subida de impuestos, recesión económica, cierre de empresas, accidentes de tráfico, OH una noticia de jóvenes prometedores que llegarán a ser estrellas, bueno una noticia optimista de cinco no está nada mal. El sonido de unos tacones sobre las plaquetas me hace levantar la mirada y frente a mí me encuentro a una Marva más sonriente que de costumbre dirigiéndome la palabra:

-¡Buenos días! Que raro que te dejes ver con tanta compañía.
-Ya ves tengo un días sociable, quien sabe quizás haga algún amigo nuevo hoy.
-No me digas que el buen tiempo te está ablandando el carácter, ya te imagino vistiendo de rosa para ir al cine a ver una película romanticona de las que te sube el azúcar con solo mirarlas.
-Eh tampoco lo flipes demasiado, que lo de la película tiene un pase porque es la mejor manera que se me ocurre de luchar contra el insomnio que vengo sufriendo últimamente, fijo que no pasan más de diez minutos antes de que me quede a dormir, pero lo de vestirme de rosa, tendrían que hacerme un transplante completo de cerebro y aún así tengo mis dudas de que usase ese color.
-Jejeje Todavía no se que trauma tienes con el rosa pero nunca había visto a nadie tan maniático a la hora de elegir el color de sus cosas.
-Ya ves, soy un bicho raro, por cierto si me pones un café con leche grande yo te lo agradezco, cuando puedas claro.
-Ahora mismito te lo pongo, espera un segundo. (sonriendo de oreja a oreja).
-Oye a ti te ha pasado algo.
-¿A mi? ¡Que va!
-Vamos Marva que a mi no me engañas, esa sonrisa, el buen humor, la manera de caminar que parece que vas andando sobre almohadas de pluma de pato y ese brillito en los ojos. ¡Tú has conocido a alguien!
-¿Sabes? En momentos como este te puedo llegar a odiar. (me pone el café en la barra). ¿Por qué de plumas de pato las almohadas?
-No me cambies de tema para evitar darme la razón. Además debe ser importante porque te has puesto tan nerviosa que se te han olvidado los azucarillos.
-Dos ¿verdad? (se sonroja aunque intenta disimularlo)
-Si. Bueno y quien es la persona culpable de tus futuras arrugas y patas de gallo, tanto reírte te va a dejar secuelas, ¿es alguien que conozca? ¿cliente de la cafetería? y lo más importante ¿tiene pasta?
-Todavía no es nada serio, nos acabamos de conocer, así que no se mucho de su vida. ¡Oye tu siempre obsesionada con el dinero!
-Será porque no lo tengo. Sabes que con solo pedírmelo averiguo hasta cuando dejó de hacerse pis en la cama. ¿Qué me dices?
-Ni se te ocurra que ya se como terminan tus investigaciones.
-Con un éxito arrollador en la obtención de información veraz.
-No. Con alguien en el calabozo.
-Eso solo paso una… no dos… espera con los arrestos de los casos Remolino y Liso fueron…
-Lo que yo decía, mejor que cuentes las veces que no te metiste en líos que acabas antes.
-Bueno pero estoy libre y sin cargos (contesto mientras me rasco la cabeza, le guiño un ojo y saco un poco la lengua. Gestos que utilizo siempre que me pillan en una de las mías)
-Si, aunque no me lo explico.
-Dejémoslo en que tengo unas dotes de convicción muy desarrolladas. Pero no me líes que todavía no me has dicho quien es, a que dedica el tiempo libre, en que lugar se enamoró de ti…
-Para no sigas cantando que va a llover, ya conozco esa canción y mira que pena, acaban de entrar clientes, si me disculpas tengo que ir a atenderlos.
-Oye tú, Eh, no te vas a librar tan fácilmente de mí, te sacaré toda la verdad tarde o temprano. (Me bebo el café de un trago, tras tanta conversación ya estaba casi frió)

Observo como Marva me echa la lengua mientras se dirige a la mesa ocupada por los nuevos clientes, dos hombres mayores que parecen sacados del libro de Castelao “Os dous de sempre” con sus boinas negras y sus puros encendidos, uno de ellos además traía un bastón que lo hacía más caracterizable, se miran entre ellos mientras hablan brevemente y riendo se dirigen a Marva para decirle lo que van a tomar, entonces ella asiente con la cabeza les sonríe y en menos de dos segundos se planta de nuevo en la barra.

-Lo siento Marva pero no podrás huir de mi eternamente, además las dos sabemos que terminarás contándomelo, ¿Por que alargar el misterio?
-Porque me divierte. (Coloca dos cafés en la bandeja, uno solo y uno con leche)
-No te olvides los chupitos de Licor café.
-Está todo controlado, vaya es impresionante lo que has mejorado, ya eres una profesional leyendo los labios, lo tendré en cuenta para futuras conversaciones que no quiera que tu escuches.
-Escuchar, lo que se dice escuchar no lo iba ha hacer.
-Tú ya me entiendes, ¡Ups! te está sonando el móvil.
-Pues sí, ¿Quién será un domingo a estas horas? Hola.
-Buenos días, ¿podría hablar con el detective Nit?
-Si, soy yo, ¿en que puedo ayudarle?
-Tengo un caso para usted, es sencillo, solo necesito que recaude información sobre cierta persona.
-Antes de aceptar necesito conocer más detalles.
-Por supuesto, ¿podemos quedar en su oficina para hablarlo personalmente?
-Perfecto, ¿sabe donde es?
-Si.
-Pues nos vemos ahí en una hora. ¿le parece bien?
-Allí estaré.
-Parece que tengo un nuevo caso. Marva cóbrame el café que tengo una hora para poner decente mi casa antes de recibir al cliente. Ya sabes lo que dicen “no hay una segunda oportunidad de dar una buena primera impresión”.
-Es un euro diez.
-Aquí tienes. Me voy pitando que tengo mucho que limpiar.
-Pues ya nos veremos y me cuentas.
-Tendremos que hacer un intercambio de información mi caso a cambio de tu nueva relación.
-Si, seguro que si, anda vete y buena suerte.
-Gracias pero no la necesito. Ciao bella.

Una vez iniciada la cuenta atrás para “El Encuentro” (a que escrito así entre comillas y en mayúsculas parece súper importante) solo podía pensar en una cosa: ¿Por qué no podría tener contratada una asistenta del hogar que me hiciera todas las tareas domésticas? La respuesta es sencilla, porque cobran y mis ingresos económicos son básicos tirando a muy escasos. Así pues, como de costumbre me toca limpiar mi propia mierda, una obligación de la que solo se pueden escapar las personas adineradas, con clase, pijas o aquellas que quieren aparentar y administran su dinero de una manera poco convencional. Vaya con este razonamiento e llegado a una conclusión bastante acertada, ¿Como podemos diferenciar si una persona tiene pasta o no? Pues averiguando si tiene servicio de limpieza jejeje.
Mientras me entretenía pensando en estas chorradas llegué hasta mi casa sin apenas darme cuenta, armándome de valor abrí la puerta para observar de nuevo el estado del piso. OH! Está incluso más desordenado y sucio de lo que recordaba, debe ser el echo de que ahora se que tengo que limpiarlo todo. Ánimo Laura (me digo a mi misma), cuanto antes empieces, antes terminarás.
Manos a la obra, primero abrir las ventanas para airear el ambiente, segundo recoger todos los papeles esparcidos y archivarlos, tercero tirar restos de comida, cuarto lavar la vajilla, quinto cambiar la ropa de la cama y hacerla, sexto echar ropa sucia a lavar, séptimo limpiar el polvo de los muebles, octavo pasar la aspiradora al suelo, noveno adecentar el sofá, décimo colgar la colada, undécimo poner la cafetera y preparar café (el aroma de café es el mejor ambientador y siempre le puedes ofrecer uno al cliente), doceavo cerrar las ventanas y por último dar un repaso final para que quede todo en perfecto estado.
Bueno, ahora que ya tengo enumeradas todas las tareas falta lo más difícil, hacerlas. Vamos a poner música de batalla, a ver, está no, está tampoco, ¡ya la tengo! The Final Countdown de Europe, la canción perfecta sin ninguna duda, motivación a tope, a darle caña.
Después de mucho esfuerzo, alguna que otra palabra mal sonante y a falta de cinco minutos para que fuese la hora de la cita terminé de adecentar el piso, mirándolo ahora hasta parece más grande, que lastima de no sacarle una par de fotos en plan: El antes y el después. El ruido de la cafetera llama mi atención, el café está listo, ¡mierda que todavía no tengo leche!, se la pediré a Lola ante de que llegue… vaya demasiado tarde en cuanto abro la puerta me encuentro de frente a un caballero con el puño izquierdo levantado y cara de sorpresa.

-Buenos días, soy la detective Nit, pase por favor.
-Vaya debe ser usted muy buena en su trabajo porque no me ha hecho falta ni llamar a la puerta para que se diese cuenta de que ya me encontraba aquí.
-Buena no, la mejor. (sonrió por dentro al recordar su cara de sorpresa).
-Además segura de si misma eso es una gran virtud.
-Puede sentarse en sofá si quiere, ¿le sirvo un café?
-No gracias. (se sienta y deja el maletín que traía a su izquierda). Tenía la idea de que era usted un hombre. Nit no es un nombre muy femenino que digamos.
-Nit es solamente mi nombre profesional.
-Entiendo, cuestión de seguridad supongo, ¿y por que escogió un nombre en catalán? ¿sabe que significa noche?
-Si lo sabía aunque el origen no tiene nada que ver con ese idioma, ¿Señor?
-Mann, Rudyar Mann.
-Un nombre alemán si no me equivoco.
-Si, pero hace muchos años que dejé mi país y vine a España. Pero no hablemos de mí, vayamos a lo que realmente importa.
-Bueno pues entonces dígame en que puedo ayudarle.
-Hace varios años que le sigo la pista a una persona pero desde tres años atrás no he conseguido volver a localizarla, he contratado a los mejores detectives y lo único que han conseguido averiguar es que reside actualmente en esta ciudad.
-Pues entonces no serían tan buenos y teniendo en cuenta que lo más difícil es ubicar la situación del sujeto...
-Pues en definitiva lo que quiero es... - (coge el maletín y empieza a rebuscar en su interior) -, quiero que obtenga toda la información posible de esta persona (pone sobre la mesa unas fotografías).
-Eso no es problema (agarro las fotos y les echo un vistazo, intento disimular mi gesto de sorpresa al darme cuenta de quien es...).
-Se llama Marva Mann Zárate, es mi hija.

Menuda sorpresa, pero si Marva me había dicho que sus padres estaban muertos. En menudo fregado me voy a meter, ahora que hago, rechazo el caso y soy fiel a mi amiga, cojo el dinero y le doy la información a mi cliente, le cuento lo ocurrido a Marva, me tiro por la ventana y acabo con la historia, pues todo ello lo podréis descubrir en el siguiente capítulo. Ahí os quedáis con las ganas.




CONTINUARA...