lunes, 11 de enero de 2010

De Cazadora de Infidelidades a Detective.

CAPÍTULO 1



Una mañana más de un mes sin ninguna importancia, otro día caluroso de invierno, más propio de un país tropical que de la siempre lluviosa Galicia. El sol que entra por la ventana iluminando todo el piso me descubre otra vez con los ojos abiertos, es tanta la claridad que emanan sus rayos que me cuesta mantenerlos así y los cierro un instante.
¿Dónde han quedado los días grises? Esos en los que los paraguas hacen que la muchedumbre parezca un enorme monstruo; un ser poseído por la rutina, el tiempo cronometrado, el estrés de las grandes ciudades, un animal domesticado compuesto por insignificantes individuos que luchan por llegar a sus puestos de trabajos a tiempo, rezando porque no sea ese el día en que al jefe se le de por estar puntual en su despacho. No son más que un recuerdo en la memoria de unos pocos, valientes guerreros que se aferran por seguir ejercitando su cerebro luchando contra todas esas formas de evadirse de la realidad que nos venden los medios de comunicación a cada minuto, juventud, belleza, sexo, sexo y más sexo.
Aparto de mi mente de estos razonamientos y pienso que el insomnio es el mejor aliado a la hora de crear una teoría.
¿Cuánto puede aguantar un ser humano sin dormir? Me asalta la pregunta mientras cojo un vaso de la estantería, ¿puede uno volverse loco si su cerebro no descansa?, el café y el azúcar al lado de la nevera, ¿estaré loca?, magnifico no queda leche y ahora que tomo para desayunar, mejor bajo a la cafetería. Me visto sin prisa, el tiempo se convierte en algo completamente relativo cuando vives las veinticuatro horas del día despierta, miro a mi alrededor y me doy cuenta de que el piso esta hecho realmente una pocilga, ropa sucia encima de la cama, restos de comida de la cena del día anterior sobre la mesa de trabajo, los documentos de mi último caso esparcidos por todo el suelo del salón y una pila de sartenes sucias en el fregadero, menudo desastre, será mejor que luego lo organice todo un poco pienso mientras fecho la puerta con llave, se escucha el seguro al cerrarse y entonces inicio la cuenta atrás, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno y…

-Buenos días Laura, ¿has madrugado mucho hoy?
-Hola señora Martínez. ¿Qué tal se encuentra?
-Cuantas veces tengo que decirte que me llames Lola; y no me trates de usted que me hace sentir mayor.
-Disculpa Lola, es la costumbre, bueno me voy que tengo un día duro de trabajo.
-Espera un segundo, todavía no me has dado una respuesta.
-¿Una respuesta?, ¿a qué?
-Que cabecita la tuya, a la cena en mi casa, ya sabes, con presentación incluida.
-Se me había olvidado, tendré que ver la agenda y hacer un hueco.
-Tienes que dejar un poco de lado el trabajo de vez en cuando y hacer más vida social, que te vas a quedar para vestir santos jejeje.
-¡Pero si yo tengo una vida social muy concurrida!
-Claro, lo que tú digas chiquilla, piénsatelo y de paso te presento a mi hijo que también está soltero y por lo que se hace mucho que no pasa un hombre por tu casa.
-Lola. ¡Hasta luego! (me escapo dejándola con la palabra en la boca).
-Bueno pues dame una respuesta pronto (me grita Lola mientras me voy alejando con paso acelerado para que no me siga).

Mi vecina, la señora Martínez siempre tan apropiada en sus comentarios, pero a la muy cotilla no le falta razón en lo que dice, si necesitas una fuente de fiar para conocer los trapos sucios de cualquier vecino Lola es la persona con quien tienes que hablar. En más de un ocasión me ha ayudado a resolver un encargo.
Por cierto me dedico a la investigación, a mi me gusta decir que soy una cazadora de infidelidades, me contrata uno de los miembros de la pareja para espiar al otro y descubrir si le está engañando. ¿Os resulta penosa la falta de confianza que pueden tener algunas personas? pues lo peor de todo es que en el 95% de los casos que llevo el cliente tiene razón y su pareja tiene una aventura, el 5% restante simplemente se reúne con los colegas a escondidas para despotricar de su vida matrimonial, tomarse unas cañas e intentar ligar con cualquier chica medianamente guapa que se les pase por delante mientras salen de fiesta; y recalco lo de intentar porque muy pocos consiguen derribar la presa, con estas estadísticas quien se anima a tener una relación formal, yo está clarísimo que no; y si alguien tiene dudas que se lo pregunte a Doña Cotilla, que lleva una cuenta perfecta de los hombres que pasan por mi puerta.
Bajo por las escaleras mientras se escuchan gritos en el quinto A, parece una discusión muy acalorada, lo cierto es que no me sorprende, todos los días se escucha algún ruido en este piso, cuando no son insultos son portazos y si no pues una buena borrachera que termina en una pelea de pareja, un día de estos saldrá en las noticias: “otra victima de la violencia de genero, hombre mata a su esposa asestándole tres puñaladas en el pecho con el cuchillo del pan” y entrevistarán a los vecinos que seguramente dirán que no se lo esperaban, que eran una pareja normal, muy educados y cariñosos, vamos que los pilló totalmente por sorpresa. Toda una sarta de mentiras que les hará sentir mejor, apaciguando su sentimiento de culpa por no haber hecho algo antes. ¡¡Eh!! Que se lo que estáis pensando y yo ya le ofrecí mi ayuda a la muchacha pero me contesto que me metiera en mis asuntos, bueno no fueron exactamente esas sus palabras pero suprimí los tacos y las amenazas para no herir la sensibilidad de algunos lectores, el caso es que por lo menos lo intenté y no me quedé con los brazos cruzados.
Continúo bajando las escaleras, es lo que tiene vivir en un séptimo piso sin ascensor, tardas más de tres minutos en bajar al portal y aunque parezca mentira durante este breve periodo de tiempo pueden transcurrir un montón de sucesos, sino que le pregunten a los eyaculadores precoces.
Nada más poner un pie en la calle una corriente de aire caliente atraviesa mi cuerpo y siento como mis pulmones se van calentando a medida que se llenan, ¿Cuántos grados tendremos esta mañana? Camino con paso ligero para llegar lo antes posible a la cafetería de la esquina, me voy cruzando con la gente, haciendo trazados imposibles para evitar chocarme con ellos. Parece mentira, es que la gente no se puede quedar en casa durmiendo tranquilamente, que es Domingo, se supone que la peña no tiene que madrugar pero parece que el buen tiempo hace que deseen aprovechar al máximo su día de descanso. Tras varios zigzag, un choque de hombro y un salto de longitud para esquivar la cagada de un perro llego a la puerta de la cafetería. Procedo a abrirla muy lentamente y mientras que va saliendo todo el humo de los fumadores, aquellos que se toman su desayuno con triple ración de nicotina en los pulmones, pero con zumo de naranja natural recién exprimido que el artificial tiene conservantes y son malísimos para la salud.
Por un momento me veo como si me enfocase una cámara en tercera persona, como si mi alma se escapase de mi cuerpo y desde lo alto echase un mirada a mí ser inmóvil, entonces me siento como la protagonista de una película de terror, rodeada de una espesa niebla y escuchando murmullos indescifrables que parecen cánticos de una secta satánica. Una vez disipada la nube de humo y terminado el trance de mi alma entro en el local, como siempre a estas horas de la mañana se encuentra detrás de la barra Marva.
Marva es una de esas personas que no dejan indiferente a nadie que la conozca o tenga la suerte de cruzarse con ella, una chica de las que a medida que van caminando por la calle consiguen que te gires a echarle un último vistazo solo para comprobar si es real o tu visión te la ha jugado. Lo peor, que cuando la miras por segunda vez te das cuenta de que todavía es más impresionante de lo que te había parecido, una rubia de metro setenta y seis de estatura con unas curvas perfectamente colocadas a las que solo le faltan las señales de limite de velocidad o la indicación de “curvas peligrosas”, lo cierto es que más de uno se ha llevado un buen leñazo por intentar trazarlas con demasiada prisa (seguro que sabéis a lo que me estoy refiriendo, como dice el refranero español: piensa mal y acertarás) y luego llega el momento de las cortas distancias.
Nada más acercarte te sorprende su aroma, un perfume exquisito, mezcla perfecta entre flores silvestres, agua fresca y algún otro componente que todavía no he sido capaz de identificar; una vez acostumbrado el olfato son tus ojos los que se llevan la siguiente sorpresa, se dan cuenta de que están siendo mirados fijamente, casi atacados por unas pupilas rodeadas de un iris que a veces es color azul cristalino y otras tiende a un tono grisáceo; nunca visto por mi parte en otro ser humano, no se, me recuerdan al mar y al igual que este cambian de color por diferentes factores, lo que me ha permitido después de varios años conocer cual es el estado emocional de Marva con solo mirarla un segundo, aunque he de deciros que el color es lo de menos, lo realmente inquietante es la mirada en si misma, te da la impresión de que puede leerte el pensamiento, descubriendo cualquier mentira que le quieras hacer creer y muchas veces es así, ya que ambas compartimos el gusto por el estudio del lenguaje no verbal, consiguiendo con éxito un esplendido dominio de la lectura del idioma corporal, en mi caso requerimiento imprescindible para desarrollar muchos de los encargos realizados por mis clientes y en el suyo un mero entretenimiento.
Bueno, una vez hechas las presentaciones creo que es el momento oportuno de seguir con la historia; y si mi memoria no me falla estábamos justo cuando me adentro en la cafetería y me dirijo a la barra a pedir; mientras cruzo el local me voy fijando en las personas que se encuentran en su interior, en la mesa de la entrada un caballero de unos cincuenta y ocho años se está fumando un puro mientras lee el periódico, en la mesa contigua un grupo de cinco amigos, chavales de veinte pocos se toman el café mientras cuentan las anécdotas de la noche anterior, la de la ventana está ocupada por dos mujeres de un gran parecido físico por lo que supongo que serán hermanas o a lo menos familiares, la última mesa ocupada, la del fondo, sirve de nidito de amor a una pareja acaramelada que parecen vivir ajenos al mundo que les rodea. Los cinco taburetes de la barra se encuentran ocupados todos por hombres de una media de edad de unos treinta años, me llama especialmente la atención uno que va vestido de traje y corbata, parece tener prisa y lo demuestra mediante su obsesión por ver el reloj que lleva el la muñeca, un rolex de oro diría yo aunque la lejanía no me permite confirmarlo al cien por cien, como mínimo dirigió su mirada seis veces al complemento de su muñeca en menos de diez segundos. Apuró un último sorbo a su taza de café, le hizo una seña a Marva para que le cobrase y dejó el euro cincuenta que cuesta encima de la barra para no perder ni un solo segundo en su apresurada marcha.
Aprovecho el taburete vacío para tomar asiento, en mi caso de una manera más calmada que su huésped anterior. Mientras espero que Marva me atienda me entretengo leyendo el periódico, como siempre y por no variar la primera página tiene por portada una tragedia a todo color, prefiero no hacerle caso y como de costumbre voy directamente a la sección de las necrológicas, parece que no ha muerto ningún conocido, mejor que no soporto los funerales. Sigo pasando las hojas mirando los titulares de las noticias esperando a ver si alguna me llama la atención, subida de impuestos, recesión económica, cierre de empresas, accidentes de tráfico, OH una noticia de jóvenes prometedores que llegarán a ser estrellas, bueno una noticia optimista de cinco no está nada mal. El sonido de unos tacones sobre las plaquetas me hace levantar la mirada y frente a mí me encuentro a una Marva más sonriente que de costumbre dirigiéndome la palabra:

-¡Buenos días! Que raro que te dejes ver con tanta compañía.
-Ya ves tengo un días sociable, quien sabe quizás haga algún amigo nuevo hoy.
-No me digas que el buen tiempo te está ablandando el carácter, ya te imagino vistiendo de rosa para ir al cine a ver una película romanticona de las que te sube el azúcar con solo mirarlas.
-Eh tampoco lo flipes demasiado, que lo de la película tiene un pase porque es la mejor manera que se me ocurre de luchar contra el insomnio que vengo sufriendo últimamente, fijo que no pasan más de diez minutos antes de que me quede a dormir, pero lo de vestirme de rosa, tendrían que hacerme un transplante completo de cerebro y aún así tengo mis dudas de que usase ese color.
-Jejeje Todavía no se que trauma tienes con el rosa pero nunca había visto a nadie tan maniático a la hora de elegir el color de sus cosas.
-Ya ves, soy un bicho raro, por cierto si me pones un café con leche grande yo te lo agradezco, cuando puedas claro.
-Ahora mismito te lo pongo, espera un segundo. (sonriendo de oreja a oreja).
-Oye a ti te ha pasado algo.
-¿A mi? ¡Que va!
-Vamos Marva que a mi no me engañas, esa sonrisa, el buen humor, la manera de caminar que parece que vas andando sobre almohadas de pluma de pato y ese brillito en los ojos. ¡Tú has conocido a alguien!
-¿Sabes? En momentos como este te puedo llegar a odiar. (me pone el café en la barra). ¿Por qué de plumas de pato las almohadas?
-No me cambies de tema para evitar darme la razón. Además debe ser importante porque te has puesto tan nerviosa que se te han olvidado los azucarillos.
-Dos ¿verdad? (se sonroja aunque intenta disimularlo)
-Si. Bueno y quien es la persona culpable de tus futuras arrugas y patas de gallo, tanto reírte te va a dejar secuelas, ¿es alguien que conozca? ¿cliente de la cafetería? y lo más importante ¿tiene pasta?
-Todavía no es nada serio, nos acabamos de conocer, así que no se mucho de su vida. ¡Oye tu siempre obsesionada con el dinero!
-Será porque no lo tengo. Sabes que con solo pedírmelo averiguo hasta cuando dejó de hacerse pis en la cama. ¿Qué me dices?
-Ni se te ocurra que ya se como terminan tus investigaciones.
-Con un éxito arrollador en la obtención de información veraz.
-No. Con alguien en el calabozo.
-Eso solo paso una… no dos… espera con los arrestos de los casos Remolino y Liso fueron…
-Lo que yo decía, mejor que cuentes las veces que no te metiste en líos que acabas antes.
-Bueno pero estoy libre y sin cargos (contesto mientras me rasco la cabeza, le guiño un ojo y saco un poco la lengua. Gestos que utilizo siempre que me pillan en una de las mías)
-Si, aunque no me lo explico.
-Dejémoslo en que tengo unas dotes de convicción muy desarrolladas. Pero no me líes que todavía no me has dicho quien es, a que dedica el tiempo libre, en que lugar se enamoró de ti…
-Para no sigas cantando que va a llover, ya conozco esa canción y mira que pena, acaban de entrar clientes, si me disculpas tengo que ir a atenderlos.
-Oye tú, Eh, no te vas a librar tan fácilmente de mí, te sacaré toda la verdad tarde o temprano. (Me bebo el café de un trago, tras tanta conversación ya estaba casi frió)

Observo como Marva me echa la lengua mientras se dirige a la mesa ocupada por los nuevos clientes, dos hombres mayores que parecen sacados del libro de Castelao “Os dous de sempre” con sus boinas negras y sus puros encendidos, uno de ellos además traía un bastón que lo hacía más caracterizable, se miran entre ellos mientras hablan brevemente y riendo se dirigen a Marva para decirle lo que van a tomar, entonces ella asiente con la cabeza les sonríe y en menos de dos segundos se planta de nuevo en la barra.

-Lo siento Marva pero no podrás huir de mi eternamente, además las dos sabemos que terminarás contándomelo, ¿Por que alargar el misterio?
-Porque me divierte. (Coloca dos cafés en la bandeja, uno solo y uno con leche)
-No te olvides los chupitos de Licor café.
-Está todo controlado, vaya es impresionante lo que has mejorado, ya eres una profesional leyendo los labios, lo tendré en cuenta para futuras conversaciones que no quiera que tu escuches.
-Escuchar, lo que se dice escuchar no lo iba ha hacer.
-Tú ya me entiendes, ¡Ups! te está sonando el móvil.
-Pues sí, ¿Quién será un domingo a estas horas? Hola.
-Buenos días, ¿podría hablar con el detective Nit?
-Si, soy yo, ¿en que puedo ayudarle?
-Tengo un caso para usted, es sencillo, solo necesito que recaude información sobre cierta persona.
-Antes de aceptar necesito conocer más detalles.
-Por supuesto, ¿podemos quedar en su oficina para hablarlo personalmente?
-Perfecto, ¿sabe donde es?
-Si.
-Pues nos vemos ahí en una hora. ¿le parece bien?
-Allí estaré.
-Parece que tengo un nuevo caso. Marva cóbrame el café que tengo una hora para poner decente mi casa antes de recibir al cliente. Ya sabes lo que dicen “no hay una segunda oportunidad de dar una buena primera impresión”.
-Es un euro diez.
-Aquí tienes. Me voy pitando que tengo mucho que limpiar.
-Pues ya nos veremos y me cuentas.
-Tendremos que hacer un intercambio de información mi caso a cambio de tu nueva relación.
-Si, seguro que si, anda vete y buena suerte.
-Gracias pero no la necesito. Ciao bella.

Una vez iniciada la cuenta atrás para “El Encuentro” (a que escrito así entre comillas y en mayúsculas parece súper importante) solo podía pensar en una cosa: ¿Por qué no podría tener contratada una asistenta del hogar que me hiciera todas las tareas domésticas? La respuesta es sencilla, porque cobran y mis ingresos económicos son básicos tirando a muy escasos. Así pues, como de costumbre me toca limpiar mi propia mierda, una obligación de la que solo se pueden escapar las personas adineradas, con clase, pijas o aquellas que quieren aparentar y administran su dinero de una manera poco convencional. Vaya con este razonamiento e llegado a una conclusión bastante acertada, ¿Como podemos diferenciar si una persona tiene pasta o no? Pues averiguando si tiene servicio de limpieza jejeje.
Mientras me entretenía pensando en estas chorradas llegué hasta mi casa sin apenas darme cuenta, armándome de valor abrí la puerta para observar de nuevo el estado del piso. OH! Está incluso más desordenado y sucio de lo que recordaba, debe ser el echo de que ahora se que tengo que limpiarlo todo. Ánimo Laura (me digo a mi misma), cuanto antes empieces, antes terminarás.
Manos a la obra, primero abrir las ventanas para airear el ambiente, segundo recoger todos los papeles esparcidos y archivarlos, tercero tirar restos de comida, cuarto lavar la vajilla, quinto cambiar la ropa de la cama y hacerla, sexto echar ropa sucia a lavar, séptimo limpiar el polvo de los muebles, octavo pasar la aspiradora al suelo, noveno adecentar el sofá, décimo colgar la colada, undécimo poner la cafetera y preparar café (el aroma de café es el mejor ambientador y siempre le puedes ofrecer uno al cliente), doceavo cerrar las ventanas y por último dar un repaso final para que quede todo en perfecto estado.
Bueno, ahora que ya tengo enumeradas todas las tareas falta lo más difícil, hacerlas. Vamos a poner música de batalla, a ver, está no, está tampoco, ¡ya la tengo! The Final Countdown de Europe, la canción perfecta sin ninguna duda, motivación a tope, a darle caña.
Después de mucho esfuerzo, alguna que otra palabra mal sonante y a falta de cinco minutos para que fuese la hora de la cita terminé de adecentar el piso, mirándolo ahora hasta parece más grande, que lastima de no sacarle una par de fotos en plan: El antes y el después. El ruido de la cafetera llama mi atención, el café está listo, ¡mierda que todavía no tengo leche!, se la pediré a Lola ante de que llegue… vaya demasiado tarde en cuanto abro la puerta me encuentro de frente a un caballero con el puño izquierdo levantado y cara de sorpresa.

-Buenos días, soy la detective Nit, pase por favor.
-Vaya debe ser usted muy buena en su trabajo porque no me ha hecho falta ni llamar a la puerta para que se diese cuenta de que ya me encontraba aquí.
-Buena no, la mejor. (sonrió por dentro al recordar su cara de sorpresa).
-Además segura de si misma eso es una gran virtud.
-Puede sentarse en sofá si quiere, ¿le sirvo un café?
-No gracias. (se sienta y deja el maletín que traía a su izquierda). Tenía la idea de que era usted un hombre. Nit no es un nombre muy femenino que digamos.
-Nit es solamente mi nombre profesional.
-Entiendo, cuestión de seguridad supongo, ¿y por que escogió un nombre en catalán? ¿sabe que significa noche?
-Si lo sabía aunque el origen no tiene nada que ver con ese idioma, ¿Señor?
-Mann, Rudyar Mann.
-Un nombre alemán si no me equivoco.
-Si, pero hace muchos años que dejé mi país y vine a España. Pero no hablemos de mí, vayamos a lo que realmente importa.
-Bueno pues entonces dígame en que puedo ayudarle.
-Hace varios años que le sigo la pista a una persona pero desde tres años atrás no he conseguido volver a localizarla, he contratado a los mejores detectives y lo único que han conseguido averiguar es que reside actualmente en esta ciudad.
-Pues entonces no serían tan buenos y teniendo en cuenta que lo más difícil es ubicar la situación del sujeto...
-Pues en definitiva lo que quiero es... - (coge el maletín y empieza a rebuscar en su interior) -, quiero que obtenga toda la información posible de esta persona (pone sobre la mesa unas fotografías).
-Eso no es problema (agarro las fotos y les echo un vistazo, intento disimular mi gesto de sorpresa al darme cuenta de quien es...).
-Se llama Marva Mann Zárate, es mi hija.

Menuda sorpresa, pero si Marva me había dicho que sus padres estaban muertos. En menudo fregado me voy a meter, ahora que hago, rechazo el caso y soy fiel a mi amiga, cojo el dinero y le doy la información a mi cliente, le cuento lo ocurrido a Marva, me tiro por la ventana y acabo con la historia, pues todo ello lo podréis descubrir en el siguiente capítulo. Ahí os quedáis con las ganas.




CONTINUARA...


5 comentarios:

  1. MUY BUENO, MUY BUENO, MUY BUENO. ¡Si señor!, genial el capítulo 1, estoy deseando leer el resto, umm...... se pone interesante. En calidad de lector , que es la mia, la puesta en la escena estupenda, con tu descripción detallada , volé a la ciudad por un momento y hasta me olía el delicioso aroma del café recien hecho, además, no me es dificil imaginar a Marva. ¿ Te has inspirado en alguien concreto con lo del cambio de color de ojos?, jaja!!. Sólo un pequeño detalle a corregir, y sin que se entere nadie...: duele ver en un relato tan wappo - cojo un Baso de la estanteria.... menudo gazapo se te ha escapado cuando lo escríbias.... ja ja, en cuanto antes corrígelo. Lo del piso desordenado, me lo imagine al instante, ¿ por qué será?, jaja, tienes muchas virtudes y cualidades, pero el orden en tu casa no es la tuya, quien te creó se olvidó de dotarte del orden... caxis!! , Me reí mogollón con lo de la canción de la cuenta atrás de europe, por supuesto que es la mejor música para limpiar, tinoninóoooooooo, tinoninoníiiiiiiiiii, tinoninooooooooo, tinoninonínino-níiiiiiiii- ninoní- ninonino-ninoníiiii, ..... jaja!!!
    espero tu proximo capitulo con mucha ilusión.
    besote.
    pd: colgaron un anuncio de detectives en la pagina , ¿lo viste?. ciao noche, perdon nit...

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  2. muy buena novela son n¡muy buenas bueno de digo tu tambien tienes una gran imajinacion cuidate ,marc xang

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  3. Ostis que gazapo jejeje ahora lo cambi.

    Muchas gracias a las dos por dedicarme vuestro tiempo a mis idas de pinza pero estoy en un etapa creativa que se le va a hacer.

    Por cierto el segundo capítulo ya está en marcha y promete mucho.

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  4. no es por meter prisa, pero :
    ESTAMOS ESPERANDO EL PROXIMO CAPITULO!!!!

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  5. ya va, ya va, lo iba a subir hoy pero con las prisas metí en el pendrive el documento que no era así que hasta mañana y si no anda el jefe por aquí nada.

    Además ahora toy super liada con el trabjo y los dos cursos y no doy pa más, un poquito de paciencia que lo bueno siempre se hace esperar.

    PD: Como me ha jodido lo del pendrive, todo el finde terminando el segundo capítulo para equivocarme de archivo al copiarlo, manda carallo.

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